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LAS TIRANÍAS MODERNAS

RESUMEN DE UN DEBATE DE FORO IDENTIDAD, CELEBRADO EL 14 DE ABRIL DE 2012

Asistentes: Carlos P, Daorino, De Lorenzo, JCab, Mago M., Pablo de La Línea.
Duración: 11:05-13:00 horas.
Autor de esta síntesis: De Lorenzo

Daorino inicia el debate ex abrupto advirtiendo de que hoy no va a hacer ninguna introducción mencionando los textos propuestos en la página web, pues ya cada uno, dice, debería haberlos leído y estudiado. Continúa su disertación hablando de Gadafi, al que tantos tenían por tirano. Cuenta que éste no hizo nada en contra de Occidente, ni de Europa. Añade que incluso tenía buenas relaciones y acuerdos con líderes europeos. Gadafi pertenecía a la Internacional Socialista, pero tampoco la izquierda salió en su defensa, concluye.

Mago Márquez quiere hacer un análisis de naturaleza más estructural, no centrado en personas, y habla de la tiranía del dinero, fenómeno que a su juicio se halla presente tanto en la derecha como en la izquierda. La primera tiene el dinero y lo conserva; la segunda no lo tiene pero lo busca. De Lorenzo se muestra de acuerdo con el enfoque que propone Mago Márquez ya que la tiranía, dice, no es sólo de personas, también de estructuras. Pero Daorino parece resistirse a esta perspectiva estructuralista afirmando que detrás de una estructura hay personas. Pero De Lorenzo, animado, desarrolla el argumento de lo que él entiende por factor estructural en la forma de gobierno. Cuando se alcanzan ciertas magnitudes poblaciones, explica, no existe escapatoria a la dictadura. Es un posterior trabajo de análisis el que nos dirá si tal dictadura es o no es tiránica. Se dice que la democracia se inventó en la ciudad-estado griega, particularmente en Atenas y en las que tenían regímenes políticos similares al de Atenas. Pero con los criterios que hoy se manejan de democracia, la democracia ateniense no sería considerada tal democracia, pues sólo votaba el 10% de la población aproximadamente. Añade De Lorenzo aquí la reflexión de que identificar presencia de sufragio universal con ausencia de dictadura, e incluso de tiranía, es absurdo, considerando como prueba de esto el actual régimen plutocrático y electoral que hay en España, de clara naturaleza tiránica, a su juicio.

Daorino interviene ahora para dar la definición de tirano. Dice que la tiranía está en la persona y que tirano es aquel que actúa contra aquellos a los que está gobernando. Tras haber pronunciado estas palabras parece sentirse muy satisfecho consigo mismo. Pone, a continuación, el ejemplo de Hacienda. También comenta, con gran excitación, que hay gobiernos democráticos sólo preocupados por los intereses de partido. Y, con el mismo empeño, añade que España está bajo la tiranía de la Unión Europea, lo mismo que Grecia, que está sin gobierno, sin soberanía, sometida a la Unión Europea y a los bancos. Ante esta mención a la Grecia moderna, Mago Márquez responde como un resorte: Grecia está así, dice, por haber gastado lo que no tiene; sucesivos gobiernos socialdemócratas endeudaron al país para contentar al pueblo, siendo el de Zapatero un caso similar, concluye. De Lorenzo introduce aquí el problema de la inmigración que, considera, ha perjudicado mucho a España y a Grecia. Los inmigrantes tienen una tasa de actividad bastante menor que los españoles, dice, con lo que, mientras estén aquí, ha habido y hay que mantenerlos, siendo esto un importante factor de depauperación.

Mago Márquez decide inflexionar. Y habla del Tíbet, que en Occidente era considerado, según dice, un remanso de paz. Pero Tíbet era una dictadura, sostiene con énfasis, donde los monasterios estaban muy bien y el pueblo sojuzgado. Luego los comunistas chinos han desalojado a esos dictadores y han impuesto su dictadura y el Tíbet se ha desarrollado mucho, elemento en el que ha tenido una especial relevancia el ferrocarril, concluye como aprobando este proceso. Pero De Lorenzo no está nada feliz con este relato, no porque lo considere esencialmente falso, sino por la evaluación positiva que del mismo parece hacer Mago Márquez. Y así, un De Lorenzo henchido de sí mismo, denuncia con vehemencia la brutal política colonialista del comunismo chino que, introduciendo millones de chinos en el Tíbet mediante el tren precisamente, ha logrado que hoy en aquel territorio vivan más chinos que tibetanos. Los chinos son ahora mayoría en muchas ciudades del Tíbet, añade, lo mismo que en muchos pueblos de España los inmigrantes son mayoría y los españoles minoría. Eso es colonialismo, uno ejecutado por el comunismo nominal chino contra el Tíbet y el otro por el capitalismo mundialista contra España, y hay que denunciarlo, concluye.

JCab parece verse estimulado por esta geografía de la tiranía y habla de la tiranía de los hermanos Castro. Primero parecen libertadores, comenta, pero el tiempo les convierte en tiranos. De Lorenzo recoge esta reflexión para hablar de la Casa Castro, como dinastía cubana, expresión a la que responde JCab con alborozo. También se pregunta acerca del porqué los comunistas y gente de izquierda en general en España defienden la república cuando el comunismo gobernante se ha hecho monárquico, como atestiguan los casos de Cuba y de Corea del Norte. Este comentario no deja de hacer sonreír a Daorino, a JCab y a Mago Márquez.

JCab inflexiona y se manifiesta rotundamente en contra de todo matrimonio, que identifica como una tiranía absoluta. “Anularía todos los matrimonios”, vocifera. “El matrimonio es horroroso, es lo peor que hay” añade, gritando igualmente. Tras esto parece sentirse más capacitado para continuar. Lanza el argumento de que es absurdo ceder todos tus bienes a una mujer por causa del enamoramiento, siendo esto último un engaño. El matrimonio es una tiranía, insiste. Pero Daorino reacciona. Éste le pregunta al intrépido JCab si lo suyo no es una tiranía. Como denunciándolo truena: “¡Vamos a hablar de la tiranía del egoísmo!” Dice que la condena jcabiana del matrimonio es fruto de un sistema y que la gente ni quiere tener hijos, ni formar una familia, ni comprometerse, sino que sólo piensa en divertirse y en el sexo rápido. “Conozco muchas amigas de treinta años que, por su actitud, las imagino con cincuenta años con cinco gatos, solas, o trabajando en un burdel regentado por chinos”, concluye. Y así, de esta manera y no de otra, fue como Daorino se convirtió en un formidable paladín de la institución matrimonial.

Pablo de la Línea, divertido y, a lo que parece, con intención de divertirse, muestra a JCab un libro, que le recomienda. Jocoso y exultante enuncia el título: Taller de seducción: guía para mejorar la autoestima, gustar a los demás y abrirse al amor. Todos ríen, especialmente Daorino, con muy abundantes y sonoras risotadas. JCab responde inmediatamente, calificando al libro de mentira. Pero Pablo de la Línea le conmina a no acaparar el mercado de las palabras, que también es un mercado, según dice.

De Lorenzo retoma ahora el asunto de la tiranía de la banca y la finanza. Denuncia con energía que el Banco Central Europeo presta dinero a los bancos al 1% de interés, mientras que estos últimos prestan a la gente al 5% ó 6%. Pablo de la Línea, siempre atento al papel salmón, añade a esto el dato de que ni siquiera prestan, salvo que tengan mucha seguridad de devolución. Ahora invierten el dinero en deuda y ganan más, señala con amargura. Para concluir con una petición muy típica en él: “Todos tenemos que asumir nuestra parte alícuota de culpa, ya que todos estamos en la pequeña usura”. De Lorenzo no está de acuerdo con esta última afirmación e insta a no socializar la culpa.

Esta intensa sesión está a punto de terminar. El rifirrafe del final es mejor transcribirlo directamente en forma de diálogo: 

- JCab: Es tiranía no darse cuenta de que somos unos tiranos.
- Pablo de la Línea (provocador): ¿Y cómo se sale de la tiranía?
- JCab (dialogante): Mediante el altruismo.
- Pablo de la Línea (desafiante): Pero, ¿eso cómo se hace? Aquí y ahora.
- Daorino (terciando y escandalizando): Prefiero presentarme con hombres armados al Parlamento.
- Pablo de la Línea (indignado y vociferando): ¿Qué solución es esa? ¿Quítate tú para ponerme yo?
- Daorino (retador): ¿Qué pasa?, ¿qué pasa?
- Pablo de la Línea (ridiculizando la expresión): ¿Qué pasa?, ¿qué pasa? ¡Anda ya!
- Daorino (firme): Cada uno decide cómo solucionarlo.
- Pablo de la Línea (nervioso y gritando): ¡No acapares la palabra, tirano! ¡No acepto tu tiranía!
- Todos (voces de difícil transcripción).
-        
Y así terminó este particular debate, en el que nadie pudo dejar de ser quién es y cada uno pareció felicitarse de su propia actuación.■


Frases célebres:
- JCab: El matrimonio es horroroso, es lo peor que hay.
- JCab: El enamoramiento es un engaño.
- Daorino: ¡Vamos a hablar de la tiranía del egoísmo! (denunciando la condena del matrimonio hecha por JCab).
- Daorino: Conozco muchas amigas de treinta años que, por su actitud, las imagino con cincuenta años con cinco gatos, solas, o trabajando en un burdel regentado por chinos.
- JCab: Es tiranía no darse cuenta de que somos unos tiranos.

EL RACISMO Y LA INTOLERANCIA DEL MARXISMO CULTURAL (2/2)

CONTRA EL RACISMO Y LA MORAL DE LOS PROGRES

Son tiempos difíciles,
pero paradójicamente divertidos.

Todo el mundo habla de razas excepto cuando no quiere que le llamen racista. Hay que mantenerse firme y hablar de razas, incluso cuando moleste. Es más, las razas existen siempre y cuando nadie defienda la suya (siendo blanco), porque entonces te salen con miles de artimañas argumentativas para escudarse o defenderse de lo que consideran un ataque racista verbal. Si un negro defiende su raza todo aquel que no ponga buena cara se verá envuelto en un auténtico ambiente de exclusión, pues negarle la identidad a ese negro sería un acto de racismo. Y es que a todas horas se habla de razas para diferenciar al negro, al chino, etc. (paradojas de la vida cotidiana), sin embargo al blanco le dicen que las razas no existen. Dicho todo esto hay que destacar que la psicología del marxista cultura es altamente contradictoria, refutándose ellos mismos, siendo muy complicado hacer una crítica global a este tipo de sacerdote que va del dogmatismo al relativismo, de un argumento a su contradicción, con suma facilidad.

En este nuevo mundo de lo cultural, "donde sólo existe lo cultural para hacer una valoración de la realidad, de la sociedad...", que nada tiene que ver con lo biológico -según los marxistas culturales- no sólo no tiene valor el sexo, sino tampoco la raza. Es decir, el marxista cultural, en su nuevo dualismo, lamenta que lo biológico sea una imposición, algo 'inmodificable', pero a la vez celebra que dicha realidad para nada afecte al ser social (algo muy cristiano, por otro lado, ¡ese odio al cuerpo!, a lo físico, a lo natural... ¡pero el marxista cultural a la vez te emputece... para joder el cuerpo!); por lo cual, y partiendo de que todos son iguales, se trate de mujeres y de hombres, de chinos, de negros, de indios o de blancos, el marxista cultural nos quiere convertir en seres sin biología o ajenos a ella donde el determinismo biológico no tenga sus efectos "en la teoría", y sólo en la teoría, pues la realidad se muestra exquisitamente evidente, afortunadamente evidente, totalmente irrefutable. Entonces, para los marxistas culturales, un negro y un blanco no son un negro y un blanco, sino dos "personas iguales", dos personas culturalmente diferentes (por imposición) que deberán evolucionar hacia la cultura global que constituirá el "Hombre Nuevo". Y la cosa no acaba ahí, son meras personas culturales con (pero sin) sexo, con (pero sin) raza, con (pero sin) nada, SÓLO CON ROLES OPCIONALES. Para estos el roll de madre puede hacerlo un hombre, así que ¿nos convencerán de que podemos hacer el rol de negro, es decir, ser étnicamente negros? ¿Convencerán a los negros de que podrán ser étnicamente blancos y componer obras como las de Mozart y menos hip hop? Por lo tanto, si la sexualidad es inmodificable pero la feminidad y la masculinidad son opcionales, imposiciones sociales, ¿nos convencerán de que la raza es inmodificable (siempre que no la nieguen de primeras) pero que la etnia es una imposición social que surge por unas diferenciaciones artificiales generadas por grupos de hombres y no por la biología? ¿Diferencias que surgen de la irracionalidad de un grupo de personas que no han sabido ver lo iguales que son a cualquier homínido?

La raza es un concepto biológico y como tal es desechable, no interesa, no importa... al ingeniero social; al corruptor moderno sólo le interesa cargarse lo biológico, pues este no debe jugar un papel en lo cultural ni en la propia vida. Debemos mantenernos firmes y reafirmar nuestra esencia natural, porque si no viviremos en un mundo fantasmagórico, hecho sólo de ideas, de razón "sin sentidos", con razón procesada con el cerebro y no sentida desde el mundo. El marxista cultural va en contra de la vida, pues no es un hombre de este mundo, de lo real, sino de otra parte, del mundo de las ideas.

Y ahora pasemos a analizar tres esquemas que explican todo esto.


El primero de los esquemas es el de "sexo y género", que ya conocemos por una publicación anterior en este blog:


Para el análisis de los siguientes esquemas he hecho una serie de cambios en el anterior para explicar dos posibles mentalidades que puede tener el marxista cultural, pues marxistas culturales hay de tantos tipos como matices pueden ellos mismos darle a sus ideas. Pero hablamos siempre de matices rocambolescos, con apariencia de verosimilitud, que surgen más de la fantasía de la razón, que de la propia realidad. El progre es el único capaz de sostener a la vez que todos somos iguales. que a la vez diferentes, que las razas no existen y que existe la raza humana, lo cual le convierte en una alimaña bastante compleja.

El esquema número dos establece la lógica menos paranoica del marxismo cultural, ya que relativiza la raza sin negar su evidencia. En este esquema el hombre es tratado como un ser social, como he repetido hasta el hartazgo, dándole al papel biológico una importancia insignificante, como si lo biológico no determinara ciertas actitudes, como si lo biológico no determinara la inteligencia, la fuerza, ¡la cultura!, etc., como si lo biológico simplemente diera lugar a variantes de fenotipo, siendo lo de dentro "lo mismo" (esto no lo dice el esquema pero se deduce ateniéndonos a la lógica del primero de los esquemas). Lo que importa es la persona, y la persona no es un concepto biológico, sino moral. El hombre es persona, puede serlo, pero ante todo es hombre (género HOMO), es decir, 'animal'. ¡Qué manía en aislar al hombre del reino animal!

Obviamente, lo biológico no determina la cultura de forma absoluta, pues el medio es un factor de influencia importante.

He de señalar que el tipo de marxista cultural especificado en el esquema número dos también puede aseverar, al no ser un negacionista de la raza, que la única raza existente es la humana, cambiando el lado izquierdo del esquema:

RAZA
ES BIOLÓGICO
SE TRANSMITE GENÉTICAMENTE
NO ESTABLECE NINGUNA DIFERENCIA REAL
ENTRE GRUPOS HUMANOS
NO ES EL ORIGEN DE LA DIFERENCIA
ES INMODIFICABLE

El esquema número tres es más delirante, y es a su vez el más extendido, pudiéndose resumir en una sentencia: las razas no existen. Bajo esta lógica el hombre no tiene una dimensión biológica, siendo el único ser sobre la tierra que no la tiene. Quien sostiene tamaña estupidez sólo basa sus conjeturas en un absoluto: el hombre es un ser determinado socialmente, es un ser moral. Para este un negro puede ser étnicamente un latino o un nórdico. 'Qué más da si lo que determinará tu etnia será si te adaptas o no a un tipo de determinación social', piensa este tipo de marxista cultural. La etnia es, de esta forma, y como lo son lo femenino y lo masculino, un rol social. Mañana podremos ser esquimales si queremos, o de los Bakongo. En el mundo globalizado todo será posible y cada uno no será lo que es, que es lo que debemos descubrir, sino lo que quiera ser. Y aquí podríamos derivar hacia el problema filosófico de la libertad... ese otro dogma marxista cultural cuando tal concepto es tratado con esa ideología que sólo lleva a una parte: al desarraigo.■


Vídeos sobre RACISMO LEGAL:
- Un racismo legal - Del silencio mediático a la manipulación periodística
- Racismo Anti Blanco Agresion por parte de 5 moros de mierda en un cercanias de Madrid

Enlaces:
- Artículos publicados en El Mundo de Daorino con etiqueta "Sobre las Razas"
- Artículos publicados en El Mundo de Daorino con etiqueta "Marxismo Cultural"

EL RACISMO Y LA INTOLERANCIA DEL MARXISMO CULTURAL (1/2)

CONTRA EL RACISMO Y LA MORAL DE LOS PROGRES

El progre es el único capaz de sostener a la vez que todos somos iguales, que a la vez diferentes, que las razas no existen y que las razas deben de mezclarse (mestizaje). Luego nos hablan de "raza humana", raza humana en lugar de especie humana, lo cual nos desvela en toda su miseria a este ser tan exento, tan ayuno, tan abstinente de cultura y, a la vez, tan sabelotodo y tan alimaña.

Si en el mundo hay racistas, son aquellos que quieren reducir todo a lo mismo. Si hay odio hacia lo diferente, existe precisamente en aquellos que quieren reducir todo a lo mismo. Si no les molestara la diversidad no se empeñarían tanto en la igualdad. Así que racistas e intolerantes, odiadores e inversores del orden natural, esos son los marxistas culturales, los nuevos sacerdotes, los nuevos oradores que levantan su voz en variopintos púlpitos con esa nueva moral de esclavos que caracteriza a nuestra modernidad. Hombres que son capaces de decir una cosa e inmediatamente después la contraria y salir airosos, hombres que a cada momento dicen una cosa distinta, aunque siempre dirigidas hacia un mismo fin. Alcemos el martillo alegremente, y peguemos fuerte, ¡Nietzsche no ha muerto!

Pero también hay algunos rapados, muchos 'fachas' y muchos casposos que no han superado la derecha y la izquierda, viviendo enfrascados en esquemas de división política del pasado, autoproclamándose herederos de la pestilencia derechista; hablamos de escoria que se llama identitaria sin saber lo que ello conlleva, siendo la justificación del progre para joder a todo un movimiento, un movimiento identitario de verdad, que quiere desprenderse del lastre que supone todo lo anterior. Esa escoria blanca se autoproclama racista, piensa con el odio, siendo tan imbéciles como los progres, pues ellos también quieren reducir todo a lo mismo, sólo que a su propia raza. Yo quiero diversidad, pues así mido mi propia superioridad. Lo débil, lo inferior, existe para engrandecernos. Por supuesto, mi diversidad no es la de todos juntos, sino la de cada uno en su sitio.

Al progre, en realidad, lo que le molesta de estos falsos identitarios y de los identitarios auténticos, no es que odien  (pues ellos también odian, aunque no lo sepan) o que no odien racialmente respectivamente, sino que no se odien a sí mismos, que no se sientan culpables por ser lo que son, o que no se den cuenta de que las razas no existen, que existe sólo la humana y por lo tanto no sean racistas contra los "inhumanos". Y así es, les molesta que no se hayan enterado de que las razas no existen, pues todo proviene "de las diferencias provocadas por las tensiones entre las diferentes etnias, restándole valor al componente biológico y real de la raza". Y entiéndase etnia como un concepto que para nada tiene que ver con su origen etimológico, sino, en este contexto, bajo los parámetros del marxista cultural, como algo que únicamente se ciñe a lo cultural.

Por supuesto, existe un racismo identitario, que yo defiendo, y que explico en este artículo:


En un sentido identitario, racismo adquiere su significado etimológico y real, alejado de toda emoción de odio. Ser racista en sentido identitario no es odiar, sino apreciar la diversidad, poner en 'valor' la raza, ese inmutable sello identitario.

No obstante, la paradoja está en que son los progres los abanderados del antirracismo. 


Esa canción va dirigida a y en contra de (tácitamente) los blancos, mezclándose la endofobia por parte de unos españolitos traidores y el odio de unos inmigrantes ascendidos a "personas que nos dan lecciones de moral". Pero no han condenado públicamente canciones como las que podréis ver más abajo, no han generado un revuelo espantoso, ni ocupado cientos de minutos en telediarios y programas televisivos. Estas canciones, al parecer, no incitan al odio, ni a la violencia, pues están echas por los "oprimidos". Existe pues un racismo legal, un racismo en sentido progre además, pues se basa en el odio, un odio que siempre niegan: el que existe de "otros" hacia los blancos.




Un negro puede azotarte, un chino puede mearse encima de ti, un ecuatoriano puede pegarte con un palo, todo el que viene de fuera puede joderte porque ellos son los superiores moralmente (eso se creen y a eso los han encumbrado). Eso no es racismo al parecer, pues se considera que el racismo es sólo una actitud del hombre blanco (las razas no existen, pero bien que diferencian al blanco de los demás). Cuando el que no es blanco actúa de forma racista no se le considera, entonces, racista, sino una VÍCTIMA. Se le disculpa, se le justifica, se dice que ha sido provocado por las diferencias sociales, porque vive en un ambiente de exclusión, etc. La culpa es siempre nuestra. Hoy debemos luchar contra el racismo legalizado contra nosotros los blancos, y también contra la endofobia de miles de traidores, a quienes deseo que prueben en toda su plenitud, contra la pared y con los pantalones bajados, toda su multiculturalidad. ¿Se dirán a sí mismos, contra la pared, mientras son sodomizados por un nigeriano de dos metros, que lo que les pasa es culpa suya y que lo que hace falta es más integración? Porque ellos siempre salen con eso, parece ser que la fórmula "más integración" es la panacea... la solución de todos los problemas, cuando no significa otra cosa que dejar entrar a más inmigrantes y convertir a los autóctonos en ciudadanos de segunda.■

EL FEMINISMO, ESA IDEOLOGÍA MARXISTA CULTURAL (I)

Marxistas culturales, ¿queréis batalla cultural?... ¡Adelante!

Llevo muchos días un tanto obsesionado con el feminismo y empeñado en defender a las mujeres de todo lo que las quiere destruir. Es un tema que me apasiona. Que me obsesione no quiere decir que se haya apoderado de mí, sino que en él veo un sendero fascinante que explorar, uno de los pilares fundamentales de nuestro mundo globalizado, un punto a profundizar en serio para conocer al enemigo, ese enemigo feminista, ya sea hombre o mujer, porque va en contra de la mujer y de lo femenino. Y por supuesto, cómo no, también va en contra de los hombres.

Gracias a mi novia me ha llegado un libro de formación de CC.OO. llamado “La igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”. Aquí os lo dejo en pdf, y aunque la edición que manejo es distinta los contenidos son idénticos: PROPAGANDA DE CC.OO. Se trata de un libreto que aspira a ser “de formación”, pero que no deja de ser propaganda marxista cultural, un panfleto, un medio de adoctrinamiento para con la mujer y el hombre.

La base de dicho panfleto es la igualdad. La igualdad supone que tanto hombres como mujeres no tienen ningún punto diferencial, que ambos sexos constituyen un idéntico respecto el otro y que por lo tanto sus rolles sociales deben ser los mismos -(esta frase no está bien dicha bajo la lógica marxista cultura, pero ya desarrollaré en un segundo artículo la diferencia sexo/género para estos ideólogos). Así que hombres y mujeres son iguales, dicta el dogma feminista. Si lo son, ¿por qué tanto empeño en estas campañas de apología de la igualdad?, ¿por qué tanta discriminación positiva? Lo que es es sin necesidad de esfuerzo. Y es que la realidad se impone pavorosa a vista de todos y los inversores de valores, los patrocinadores de la destrucción de nuestro pueblo, lo saben, y por ello se empecinan en confundirnos mediante la razón con supercherías y palabras bonitas, a sabiendas de que calarán fácilmente en un pueblo que no ha salido de su estupidez supina, que se sabe que traga con todo mientras tenga el estómago lleno y el desván repleto de cosas inútiles; vivimos en una sociedad no hecha para la crítica, inmadura, que asiente y avanza como un burro.

Si por algo destaca el feminismo es por su actitud poco democrática. No admite discusión, todos sus dictados son verdades absolutas. Cuando una feminista habla el dogma lo somete todo, la feminista o el feminista está dominado completamente por el dogma; pero si sale alguien no conforme con el pensamiento que nos imponen los ingenieros sociales del marxismo cultural se vuelven, en el mejor de los casos, relativistas y dialécticas/os, aparentemente democráticas/os y demostrando cierto respeto fingido; y en el peor de los casos, son censuradores/as, difamadores/as... Algunos ejemplos de dogmas incuestionables del feminismo:

- La mujer ha estado sometida al hombre desde siempre.
- La mujer antes no podía trabajar.
- Todos los hombres eran unos borrachos y pegaban a sus mujeres.
- Los hombres son primarios, guarros y unos salidos.
- Los hombres son unos hipócritas.
- Todos los hombres son machistas.
- La mujer es igual que el hombre, pero luego dicen:
- La mujer es mejor que el hombre, o:
- La mujer es igual que el hombre pero diferente.
- El matrimonio es una institución machista.
- El aborto da libertad a la mujer.
- La iglesia católica (y sólo la iglesia católica) es machista.

Sin embargo, si aplicamos esos dogmas a la inversa, todo son “peros”. Cualquier mujer podrá aseverar cualquiera de esas sentencias que no recibirá crítica, excepto si Daorino está presente, jajaja… Es curioso también que si tomas una actitud crítica, las mujeres y algunos hombres, poco dados/as al debate, saldrán al paso con ciertas frases de este tipo:

- ¿Por qué te calientas tanto la cabeza?
- ¿Pero a ti qué más te da?
- ¿No es malo estar siempre discutiendo?
- Te pones como un energúmeno.
- Eres un machista.
- Eres un antiguo.
- ¡En qué mundo vives!
- Actualízate.
- No te gusta nada.
- Siempre estás en contra de todo.
- Eres un quejica.

Como veis, la mujer feminista, o el hombre feminista, a sabiendas o no, es huidizo/a respecto al debate, siempre y cuando no sea un verdadero marxista, es decir, de los teóricos, de los críticos... Por supuesto, no todas las mujeres son así, ni todos los hombres. Así que qué pena que no me encuentre ante verdaderos marxistas, esos sí que aman la discusión, con esas personas sí que puede uno pasarlo bien si de confrontar ideas se trata. Pero si en algo reside el éxito del marxismo cultural es en haber inoculado en el mundo ideas como auténticos dogmas de fe, es decir, que no den lugar a discusión, tal y como se deduce de todo lo anterior. El mundo entero ha dicho sí a esos dogmas. Yo, como librepensador, me resisto a todo dogma.

Yo no puedo defender un concepto de igualdad entre hombre y mujer sin tener en cuenta el elemento biológico, un elemento insoslayable. Partiendo de que hombre y mujer son diferentes toda igualdad se hace imposible, incluso desde una perspectiva moral o cultural. Pero hoy la igualdad supone una forma, en este asunto, de minusvalorar a la mujer: la mujer es la mejor siendo mujer, y no puede aspirar a otra cosa que ha desarrollarse como mujer. Estos libros de adoctrinamiento echan la culpa al hombre de que la mujer no se haya podido desarrollar más en ciertas facetas, cuando a lo mejor la mujer no ha querido desarrollarlas, prefiriendo ocuparse de otras cosas, de lo que a ella le hace mujer. ¿Por qué ahora esto? ¿A qué viene esta nueva moral? Esta inversión en la mentalidad femenina es un fenómeno prácticamente nuevo, al menos a nivel masivo, pues en la historia existen ejemplos aislados. De la misma forma nos echan la culpa, a los europeos o a occidente en general, del subdesarrollo de los países africanos de piel negra, cuando estos países siempre han vivido en el subdesarrollo. ¿Qué culpa tenemos nosotros de la miseria de otros? La inoculación de la culpa, un elemento de la que es deudor todo marxismo cultural de su ascendencia abrahámica. MORAL DE ESCLAVOS, MORAL DE ESCLAVIZAR, ESE ES EL ÁNIMO QUE MUEVE A TODO MARXISMO, A TODO ABRAHAMISMO, A TODO HOMBRE INFERIOR Y DÉBIL.

Las feministas y toda su ascendencia y prole ideológica sienten un odio visceral hacia lo tradicional. Todo lo que antaño dignificaba a la mujer hoy es algo antimoderno e infame. Estas mujeres echan la culpa al catolicismo y al franquismo de todo (y pasarán décadas y seguirán con lo mismo), viven enamoradas de la libertad sin saber lo que es... Y desde que Europa perdió la guerra en 1945 los ingenieros sociales se han empeñado en ir en contra de la mujer, esa mujer antaño equilibrada, que prefería su papel tradicional a su nuevo papel de concubinas del régimen democrático: el orden natural de las cosas parece que se ha roto.

No olvidemos que durante la Segunda República la derecha ganó unas elecciones gracias al voto femenino. Hoy los republicanos de izquierdas y sus amigos nos engatusan con sus consignas de mujer víctima, de que la mujer nunca ha gozado de libertad excepto en la Segunda República, a pesar de haber preferido ésta su papel tradicional excepto en los tiempos modernos. Yo digo que la mujer nunca ha dejado de trabajar, yo digo que la mujer ha sido la más conservadora y que ha sido la garante de que las tradiciones y los valores se mantengan vivos. Es a la mujer a quien el sistema ataca hoy, pues bien sabe que emputeciéndola, que poniéndola al servicio del capital masivamente, que confrontándola contra el hombre, dinamitarán toda la base sobre la cual se sostiene toda sociedad saludable, toda cultura sana: la mujer, la que siempre ha sido protectora, nido de amor y seguridad hogareña. Los hombres siempre se han empeñado, si acaso, excepto algunos con intenciones siniestras, en salvaguardar tesoro tan valioso. Hoy, todo lo que la mujer consigue, lo consigue gracias a la discriminación positiva. Su único mérito es haber nacido mujer, “porque ella lo vale”. ¿Vais a permitir esto, mujeres? Yo sé que sois capaces de conseguir las cosas por vosotras mismas, yo sé que podéis ser mujeres y cada vez mejores, dejar de pensar en ser como los hombres, pues no somos ni debemos ser ninguna cima para vosotras, excepto si se trata de amarnos.

En las páginas dedicadas a la “Historia por la lucha de la libertad” de dicho panfleto, se dice algo muy interesante que me ha sorprendido leer:

«Republicanos de izquierda, radical-socialistas y radicales fueron los grupos políticos que más se opusieron a la concesión de sufragio femenino, ya que pensaban que este estaba destinado a la derecha conservadora. No obstante, también se utilizaron argumentos más absurdos: el voto femenino podía constituir una fuente de discordia dentro de los matrimonios; la mujer no estaba capacitada para votar ya que en ella predominaba la emoción y no la reflexión; la mujer carecía de inteligencia y voluntad, etc.

Para paliar estas “insuficiencias” algunos diputados propusieron limitar el derecho al voto a las mujeres mayores de 45 años, no muchas teniendo en cuenta la esperanza de vida de la época, o incluso se planteó conceder el voto a la mujer de forma provisional; si se comprobaba que el voto femenino iba a los partidos conservadores, se suprimía de nuevo el sufragio.»

Esto lo dice un panfleto de CC.OO.; hagámosles caso, aunque sea por esta vez, por tal arrebato de lucidez y de objetividad.■

Artículos de interés:
- EL LOGRO FEMINISTA (I)
- EL LOGRO FEMINISTA (II)

CHÉ GUEVARA S.A. (DECONSTRUYENDO AL MITO)

por DAORINO

Nota introductoria: Nuestros "amigos" los marxistas son muy amigos, a su vez, de la deconstrucción siempre y cuando ésta vaya dirigida hacia aquellas instituciones, personas y hechos sociales o históricos que ellos, en el fondo, desprecian. Pero, ¿acaso la deconstrucción es sólo aplicable a los enemigos del marxismo? No lo creo así. Hagamos nuestra la deconstrucción, sólo por un rato, y apliquémosla con rigor a uno de los mitos más queridos, y más rentables, de la ideología marxista, la figura del Ché Guevara, con la que los propagandistas de semejante ideología llevan encandilando a imbéciles de distinto pelaje desde hace al menos cuarenta años. (León Riente)


PATRIA O MUERTE. ¿PUEDES SER PATRIOTA SÓLO SI ERES MARXISTA?


¿PARA CUÁNDO LA CONDENA DEL COMUNISMO SIN TITUBEOS? ¿PARA CUÁNDO UNA HISTORIA SIN MENTIRAS?


LOS HOMOSEXUALES FUERON PERSEGUIDOS DURANTE EL CASTRISMO, ASÍ COMO EN OTROS REGÍMENES COMUNISTAS. SIN EMBARGO EN LA ALEMANIA NAZI CABE DESTACARSE TRES CORRIENTES: "La primera abogaba por la aceptación de la homosexualidad y la eliminación del §175, cuya cabeza visible más conocida era Ernst Röhm, jefe de las SA y él mismo homosexual. La segunda corriente sería la representada por Hitler mismo, que personalmente no parecía tener nada en contra los homosexuales, mientras fueran discretos. Finalmente estaban aquellos que eran profundamente homófobos, entre los que se cuenta Heinrich Himmler, que llegaría a ser jefe de las SS." (Fuente original: AQUÍ)


Röhm era un personaje muy controvertido, de espíritu arrogante e impulsivo y de carácter irascible; conocido entre la sociedad por su relativamente abierta homosexualidad, que llegaba a expresar sin vergüenza. Röhm sirvió como teniente en las filas bávaras durante la Primera Guerra Mundial, donde se destacó por su valentía en combate, siendo gravemente herido en la cara en 1914 en la Lorena, Francia. (Para ampliar la información del adorable, altivo y viril Röhm: AQUÍ)

Si alguien quiere ser totalitario, si alguien quiere venerar a genocidas, si alguien quiere ser dogmático o lo es (y quiere ocultarlo) pero a la vez ser considerado democrático y luchador por las libertades, el sistema democrático actual –y el mercado al que sirve dicho sistema de valores, que presumiblemente vela por nuestras libertades y derechos– pone a su alcance todo un abanico de iconos y líderes, una generosa oferta, entre ellos al engrandecido Comandante Ché Guevara, que para su escarnio se ha convertido en un mero producto de merchandising. Su rostro adorna camisetas, llaveros, paredes con sus posters, me atrevería a afirmar que la guevaramanía ha abarcado casi todo. Es, sin duda, el genocida más políticamente correcto que ha existido y que existe, pues el Ché sigue bien “presente”, como una estrella muerta en la inmensidad del cosmos. ¿Se imaginan tal aceptación en Hitler? ¿Se imaginan a los adolescentes yendo con una camiseta de Hitler? ¿O de Goebbels? ¿O de Mussolini? Sin embargo se puede venerar incluso a Stalin, al “bueno” de Stalin, y tener fantasías utópicas con un Lenin o un Pol Pot.

Por mi parte, no considero condenable moralmente –y voy a ser irónico, que nadie vaya pidiendo cita al abogado para barajar acciones legales contra mí– el hecho de que hayan cometido genocidios. No lo condeno porque Bush nos demostró que moramente (es decir, legalmente) se pueden cometer genocidios, al igual que los sucesivos gobiernos de Israel desde su creación en territorio usurpado. Es la superioridad moral del momento lo que dice qué genocidios son buenos o malos, o mejor dicho, qué genocidios se pueden conocer y cuáles no, incluso sobre quiénes puede inventarse genocidios y arrojar todo tipo de falacias.

Para mí el Ché es sólo un revolucionario que salía muy bien en las fotos. Hay que reconocer que en ellas salía favorecido y he de decir que posiblemente los fotógrafos marxistas sean mejores que los de cualquier ideología (jajajajaja). Tenía su encanto aquel comandante con esa barba y esa humareda que le acompañaba, producto de su vicio con los puros, unos puros que no todo el mundo podía permitirse. Además, los propagandistas marxistas son unos auténticos genios si se trata de ello; porque esas fotos son algo más que el álbum fotográfico familiar del Ché, son auténticas obras de arte propagandística que tienen como objetivo hacer al gran líder de los “adolescente” y trasnochados cercano, bondadoso e incluso atractivo para las mujeres. Esos poderosísimos fondos rojos con que se adornan algunos pósters del Ché, esa sugestiva estrellita de cinco puntas, ese blanco y negro que dibuja la atractiva silueta de la efigie del Ché… seamos sinceros, todo ello contiene un punto sugestivo e hipnótico, un diseño que sabe llegar, que arrebata y que es capaz de apoderarse de tu mente. Me imagino a muchos adolescentes viendo esos posters y esa efigie enigmática, ese icono encumbrado a las bondades: es más que comprensible que todo adolescente ingenuo y bienintencionado se quiera parecer al mito. Pero bien, hablemos de este personaje, ejemplo para muchos de los autodenominados de izquierdas o libertarios ¡que no saben nada del Ché! No voy a hablar de nacimiento y de muerte, no me detendré en cosas que todo el mundo sabe y que todo el mundo puede buscar fácilmente, sino que me ceñiré a lo polémico, a lo que para mí es polémico, lo que sé que puede molestar y acarrearme problemas con muchos fanáticos. Además, para qué mentiros, me gustaría que los rojeras comentaran en mi blog, necesito debate, pugna, dialéctica... y tener mucha mala reputación en esos círculos. (jajajaja)

Comunista de copa, café y puro
Para hablar del Ché voy a empezar por su abuelo. Su abuelo se llamaba Patricio Julián Lynch y Roo, y fue considerado el hombre más rico de Sudamérica. Su padre también fue un hombre de posibles, empresario –biógrafo de su hijo, al que aquí tratamos– y perteneciente a la clase alta argentina. Con esto no pretendo criticar al Ché, las ideas que uno posee son al margen de su propia realidad personal, sino a aquellos que en nombre de la humanidad y los necesitados aclaman como ejemplo a seguir al hijo de papa de un burgués que proclamaba "¡patria o muerte!"; sin duda no dejaba mucha elección a los perroflautas actuales, que no quieren patrias ni morir por nada. Además, sería una torpeza por mi parte intentar atacar al Ché en este sentido (en el de ser hijo de), pues el que muchos vean que el Ché renunciara a una vida más o menos fácil, dentro de los negocios y los sustanciosos beneficios, para luchar por esas causas justas como la humanidad… le engrandece (según mis amigos marxistas).

Sin hacer especial hincapié en ello, he de mencionar la ascendencia judía del Ché. Su madre, Celia de la Serna, fue una judía de origen ruso llamada realmente Sonia Sheinerman -¿Por qué se cambian tanto de nombre los judíos?-. Como sabréis, la ascendencia judía se transmite por línea materna. Y bien, es curiosa la dominancia de los judíos dentro del marxismo. Quien está instruido en lecturas prohibidas como las de David Duke lo saben:
Los documentos también establecían, sin duda, la naturaleza judía de la Revolución (Rusa). En uno de los informes oficiales de Schuyler, desclasificado en 1958, casi cincuenta años después de haber sido escritos y despachados, escribía: "Es probablemente imprudente decirlo muy alto en los Estados Unidos, pero el movimiento bolchevique es y ha sido dirigido y controlado desde el principio por judíos rusos de la mayor significación..." 
(…) El 9 de Junio de 1919, Schuyler cita a Wilton como sigue: 
Una lista confeccionada en 1918 por Robert Wilton, corresponsal del Times de Londres de Rusia refleja que en aquellos días habían 384 comisarios, incluyendo a 2 negros, 13 rusos, 15 chinos, 22 armenios y más de 300 judíos. De éstos últimos, 264 habían llegado de los Estados Unidos desde la caída del Gobierno Imperial. 
No había, por supuesto, razón alguna para impugnar los informes del Times o del capitán Schuyler. No daba crédito a mis ojos mientras observaba aquellos papeles dispersos sobre la mesa del comedor de casa. Me maravillaba de que pudiera ser verdad que la "Revolución Rusa" hubiera tenido tan sólo 13 rusos étnicos entre 384 miembros principales de su estructura gubernamental. La descripción de Churchill sobre "agarrar al pueblo ruso por el pelo de sus cabezas" cobró vida en las páginas que recibí de nuestros Archivos Nacionales. 
Una vez que empecé mis comprobaciones, los Archivos Nacionales continuaron enviándome los más increíbles documentos- No sólo nuestro principal agente de Inteligencia escribió al Presidente de los Estados Unidos sobre la naturaleza judía del Comunismo, sino que también lo hizo nuestro embajador en Rusia, David R. Francis. En Enero de 1918 cablegrafió a nuestro gobierno, afirmando:  
La mayoría de los líderes bolcheviques, la mayoría de los cuales son judíos, y el 90% de los cuales son exiliados que han regresado, se preocupan muy poco por Rusia o por cualquier otro país; son internacionalistas y están tratando de empezar una revolución social a escala mundial. - David Francis, embajador americano en Rusia en tiempos de la Revolución.”
Supremacismo Judío, de David Duke. Págs. 58-59

Con todo esto no pretendo relacionar al Ché con la Revolución Rusa, sino a la raza judía con la causa marxista; y que nadie me acuse de antisemitismo, pues esto es así y ellos mismos se jactan de ello. Y seamos realistas, objetivos, veamos el fenómeno en su esencia, la impunidad del marxismo en todos los ámbitos de la vida es apabullante, sino no se explicaría cómo en 1939 se les declaró la guerra a los alemanes por invadir Polonia por el oeste, estallando así la Segunda Guerra Mundial, ¡pero no a los rusos, que hicieron lo propio por el este!

Y para no alargar el artículo termino con unas palabras inéditas de León Riente y una reflexión personal. Las palabras de León Riente dicen:

El Che Guevara era un racista. Un racista en el peor sentido de la palabra, suponiendo que exista alguno bueno, que lo dudo. Quién aún cuestione el racismo del Che Guevara que revise El año que estuvimos en ninguna parte, y algunos artículos al respecto que han ido haciéndose públicos desde hace algunos años. Totalitario, intransigente, este niño de papá comunista aborrecía la supuesta molicie revolucionaria de los negros centroafricanos. Tuvo ocasión de conocerlos en el año en que estuvo en África, tratando de dinamizar las guerrillas comunistas por entonces existentes en El Congo. Y es que los guerrilleros negros tenían otras formas, otras costumbres, otras maneras, otros tiempos, ¡sus tiempos!, que Che Guevara condenaba y castigaba mediante rígida disciplina más que cuartelaria. Ese es el hombre, ese es el mito, un marxista sudamericano azotador de negros. ¿Para cuándo la película sobre el "señorito Guevara" dirigiendo a estos guerrilleros al estilo del terrateniente norteamericano de la plantación de algodón del siglo XIX, o más bien al estilo de la caricatura de esta época pergeñada por tanto film político? ¿Cuándo la verdad sobre este "bwana" marxista?

Eso me pregunto, ¿para cuándo? Los europeos con sangre europea, ¡pues en la sangre está nuestro pueblo!, y con consciencia de lo planteado, estamos más que hartos de soportar la propaganda hollywoodiense en la que se victimiza a los “elegidos” y se demoniza al siempre noble hombre blanco europeo o eurodescendiente, impulsor y capaz de lo peor y de lo mejor, pero motor de desarrollo en todas las ramas del saber.

El Ché aclamaba la patria como una especie de ideal, pero él iba más allá luchando por la humanidad. ¿Qué tipo de humanidad? Como siempre parece que hay quienes son más humanos que otros, incluso parece que los hay inhumanos. El propio Ché se dio cuenta, y lo escribió, si no no se explicaría cómo el luchador por las libertades, venerado por todo tipo de oenegetas y libertarios actuales, además de por buena parte del espectro político de la izquierda, dijera que los negros eran tales porque no se bañaban o que los indios argentinos tienen un olor más repugnante que el de un excremento de vaca. ¿Qué podría esperarse de un comunista? Son ellos los más racistas, los mismos que reduciendo todo a lo mismo quieren simplificar al hombre a una misma cosa, a una misma forma, dirigirlo hacia un mismo pensamiento. Nada es como os lo han contado, nada es lo que parece. Odio, desprecio, checa y fanatismo es lo que encontraréis en todo exaltado seguidor de esta ideología, capaz de cualquier atrocidad para conseguir la máxima irreal de que "todos son iguales", o "iguales pero diferentes", fórmula moderna derivada de la anterior para hipnotizar a desprevenidos. Y si os vienen con buenas palabras, con mestizaje, con multiculturalidad, etc., decirles bien claro que son unos racistas y que su superioridad moral (la que ellos creen tener) no os convence. No dejaros engañar por su verborrea, con ella conseguirán acabar de destruir nuestra cultura, nuestra identidad; con su verborrea nos han convencido de todo lo que ellos son: racistas, homófobos, intolerantes, dogmáticos... Pero todos los comunistas no son así y es porque la mayoría no saben por qué lo son.

En este blog, un blog que condena el racismo, sólo podemos defender la diversidad racial y la diferenciación natural. No somos iguales y a mí, como identitario, no me causa ningún trauma. Hemos, si acaso, de celebrarlo y condenar a la ideología que ha causado más terror en toda nuestra historia. Sin embargo, esto es ignorado por la mayoría, ni siquiera se enseña en las escuelas (o fábricas de marxistas). Es más, se les encumbra, prefiriendo denostar a aquellos que embargados de amor por aquello que era más que ellos y que a la vez les hacía más grandes, a aquellos que, poseídos por grandes valores y convencidos de que su lucha era justa para ellos y para los del futuro, lucharon por su patria, su sangre y su libertad aún a riesgo de sus vidas, una libertad auténtica, aquella libertad paradójica de la que tanto he hablado en este blog, una libertad de los fuertes, la del mandar y la del obedecer, una libertad que pervive a pesar de los pesares y que pasado mañana, quién sabe, erguirá su mano alzada hacia el cielo, pero esta vez para vencer... ¡sin piedad!... a todos nuestros enemigos, a los enemigos de los pueblos, a los enemigos de la sangre, a los enemigos de la vida.

Y este es el Ché, el que nadie os va a contar excepto en lugares como este blog.■


Artículos o webs de interés:
- ERNESTO CHE GUEVARA SHEINERMAN

Racionalidad y racionalización en los sucesos históricos y manipulación de masas

(Introducción a un debate de Foro Identidad celebrado el 9 de abril de 2011 a cargo de Daorino. Para ver los textos a los que se hace referencia y leer el resumen del debate, visitar el siguiente enlace: FI)

Racionalidad, racionalización, historia, manipulación de masas… Son temas recurrentes de Foro Identidad, temas que siempre vuelven y que siempre se mencionan en casi todos los debates, especialmente el que concierne a la manipulación. Pero también hemos hablado concretamente estos asuntos muchas veces bajo diferentes títulos. La última vez fue el 29 de mayo y el 12 de junio de 2010 bajo el título Memoria Histórica, un título que fue acompañado por dos subtítulos, uno por cada uno de los debates que se celebró. El primero rezaba así: ¿Es la historia una falsificación?; mientras que el segundo decía: Segunda República (1931-2010). Fueron dos debates muy constructivos, menos no puede pedirse de Foro Identidad –en la página web están los resúmenes publicados, por si queréis leerlos. Es por lo tanto evidente que en Foro Identidad existe una clara preocupación sobre la libertad de pensamiento y todo aquello que no la hace posible: todo lo que no la hace posible va desde la libertad total hasta el autoritarismo total; ambas formas son formas de totalitarismo y es a voluntad que no hemos de cegarnos ni ser arrastrados por el totalitarismo libertario o por el totalitarismo más coercitivo.

Como siempre, para formarnos y tener unas ideas con las que trabajar para encauzar el debate, proponemos una serie de textos que pueden verse en la página web y que suelen publicarse el segundo lunes después de la última tertulia.

El primer texto ha sido extraído de la enciclopedia virtual denominada Metapedia. El texto se titula Revisionismo Histórico. Revisionismo es toda interpretación y estudio de la historia. Pero hoy en día existe una historia oficial, una historia dogmatizada con una línea muy clara: existen hechos incuestionables que no pueden estar sujetos a revisión. La Historia establecida ha sido conquistada por el dogma, en definitiva: ¿qué racionalidad puede aplicarse entonces a la historia? ¡Todo es manipulación! Si existen hechos incuestionables, inamovibles, etc., ¿qué sentido tiene la historiografía como disciplina encargada de investigar los hechos históricos? Si bien se dice que “la historia la han escrito los vencedores”, hoy esa frase adquiere una dimensión tan real que rebatirla me parecería producto de una mentalidad obnubilada: darse cuenta de eso es ser disidente. Hoy el revisionismo cuestiona esa historia oficial, esa historia basada en dogmas. Quien se salga de lo establecido por lo políticamente correcto corre el riesgo de ser marginado por los catedráticos y por la masa social, corre el riego de ser tachado de innumerables improperios; para quienes cuestionan el dogma histórico, su victoria consiste en llevar el vituperio con orgullo, como símbolo de victoria, pues la certeza sobre que el mundo está realmente lobotomizado adquiere un tinte de realidad deslumbrante.

A nosotros nos dan igual los catedráticos. Hoy ser historiador es como ser psicólogo. Si los segundos no se diferencian demasiado de los videntes que salen por la tele de madrugada, los primeros no se diferencian de un cuentacuentos, de un narrador de ficciones. Un verdadero historiador no narra la historia, sino que investiga, contrasta, hace de su trabajo una labor científica, no científica empírica, sino científica como fuente de saber que es, como disciplina que tiene un método de trabajo; tampoco somete los hechos a condena moral, pues eso no es hacer justicia a la historia, no es ceñirse a los hechos. En todo caso el verdadero historiador no debería llamarse jamás así, sino historiógrafo, pues la historia es simplemente la fuente de trabajo. El historiógrafo no hace historia, sino que la estudia, la investiga, ata cabos sueltos. Historiadores si son los falsificadores, los que han construido una historia oficial, artificial y llena de mentiras: ellos si son narradores de historias, ellos sí que hacen historias e historia oficial, muchas veces ficticia u omitida o falsificada. La fórmula es sencilla: lo que no convenga se omitirá, se deformará o se reescribirá, mientras que lo que convenga se magnificará, se superlativizará.

El segundo texto se titula “Estrategias de manipulación de masas. Hacer amar la propia servidumbre pensando que es libertad”. En dicho texto pueden leerse unas palabras de Noam Chomsky:
“La manipulación y la utilización sectaria de la información deforman la opinión pública y anulan la capacidad del ciudadano para decidir libre y responsablemente. Si la información y la propaganda resultan armas de gran eficacia en manos de regímenes totalitarios, no dejan de serlo en los sistemas democráticos; y quien domina la información, domina en cierta forma la cultura, la ideología y, por tanto, controla también en gran medida a la sociedad”
Poco que añadir a las palabras de Chomsky, matizaría su conceptualidad, pues no es la mía y aparte Chomsky no deja de ser el sistema, pero no lo haré porque no procede y alargaría este escrito bastante.

Hoy, que vivimos el totalitarismo de la libertad, nadie se cree que no es libre, ni siquiera se plantea si es libre o no de forma seria. Ese es el gran logro del totalitarismo de la modernidad. Quienes nos damos cuenta de esto somos tildados de locos, de rebeldes, de incoherentes… de todo. Sin embargo, somos seres más conscientes, más conscientes que la mayoría. ¿Por qué unos se dan cuenta y otros no? Está claro, unos podemos, con mayor o menor éxito, salirnos de los cauces de manipulación, mientras que otros son arrastrados, y ahí tiene mucho que ver la inteligencia y la naturaleza de cada individuo: no todo el mundo es capaz de tomar las riendas de su destino, al menos las riendas de su propio pensamiento. ¿Y a dónde nos está llevando toda esta manipulación de los medios? A la asunción de lo mediocre, de la decadencia, al auto-odio, a convertir a las masas en combatientes contra fantasmas como Hitler y contra otros espíritus que ya no existen. ¿No es absurdo?

El tercer texto se llama 101, que nos introduce en el texto de Orwell, 1984, con una cita muy elocuente: "Quién controla el pasado controla el futuro: quién controla el presente controla el pasado". Vitali, un poeta argentino de una sensibilidad singular, ferviente peronista, enemigo del imperialismo y amante de las cosas que hoy hacen a los hombres “malvados” y “terribles”, sostiene que la obra de Orwell, concretamente esa frase, está superada. Dice que el propio Gran Hermano crea su propia disidencia. Es el colmo de la manipulación. Sin duda, para Vitali, la disidencia no es menos libre por disentir, sino que se obliga a estar más pendiente que nadie del Gran Hermano. Por supuesto, yo no estoy deacuerdo con Vitali. Es cierto que hay una especie de disidencia que le hace el juego al sistema, pero existe otra, otra disidencia que es enemiga mortal del sistema y que vive machacaba y asediada cada día por los adalides de la libertad. Y esa disidencia no sale en la tele ni se encuentra incrustada en algunos partidos políticos minúsculos, si acaso se encuentra en uno o dos blogs. Y es que ser antisistema no se trata sólo de disentir, eso lo hace cualquiera. Y que tomen nota muchos.

Los que habéis leído 1984 recordaréis que en esa distopía existía un ministerio muy singular, denominado Miniver (Ministerio de la Verdad) que “se dedica a manipular o destruir los documentos históricos de todo tipo (incluyendo fotografías, libros y periódicos), para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado”. Hoy no podemos saber hasta qué punto esto se ha convertido en una realidad, pero está claro que los historiadores –que no los dedicados a la historiografía- al menos hacen palimpsesto sobre la historia real, ya sea omitiendo hechos o inventando otros para luego adoctrinar con esa historia ficticia en los colegios, institutos y universidades.

Llegados aquí planteo lo siguiente: ¿qué posibilidad existe de racionalidad y racionalización en los sucesos históricos? Sólo hay lugar para la manipulación de masas y el palimpsesto.

Por último tengo que hablar de un texto sobre el eminente HEGEL, La Filosofía de la Historia. Del texto sobresale una expresión que nos viene muy bien para el debate. Dicta así: “Para Hegel la reflexión sobre la historia supone una interpretación: la imparcialidad es imposible. Hay que interpretar la historia desde la racionalidad; hay que atender a los hechos para discernir el proceso racional que se da en la historia.”

Yo, sin embargo, creo que se puede hacer una historia imparcial, es decir, justa, y que, además, se puede hacer una historia objetiva, que obviamente surgirá de la subjetividad analítica (que no emocional) del propio historiógrafo. Creo, en definitiva, que una historia imparcial y objetiva ha de alejarse de los sentimentalismos y de los intereses del poder o filias políticas, sean cuales sean. La historia es algo muy serio, una construcción humana de la que todos formamos parte. Yo no quiero que me falsifiquen, yo no quiero mentiras, no quiero demonios ni dioses en la historia, quiero que la historia de los hombres se cuente, pero alejadas de toda condena moral; pues la moral, cuando escribe historia, manipula.

Para concluir, decir que muchas veces me he imaginado en la habitación 101. Para quienes no lo sepan se trata, según la novela 1984, de un espacio de tortura donde los rebelados son sometidos a aquello que les causa más terror. Seré irónico ahora, pues de poco sirve ser serio: creo que es precisamente hoy cuando nos someten a lo que nos causa más terror, constantemente y sin fin. Orwell no vaticinó las dimensiones de esa habitación 101, no recuerdo una descripción muy concreta de metros cuadrados y demás. Sin duda esa habitación no existe, pero la realidad ha superado la ficción una vez más, pues sin duda no ha sido necesaria ninguna habitación concreta. Ese espacio de tortura es planetario, universal. Sólo ha sido necesario hacer llegar la televisión a cada casa, y dentro de cada casa poner una en cada cuarto. Todos vivimos en el espacio de tortura 101, un espacio ubicuo. ¡Cómo demonios no me había dado cuenta antes! Supongo que el sistema sabe perfectamente que en el interior de cada persona hay un “rebelado” y que por ello merece una tortura constante.

Vivir en 1984 no es nada agradable.

Gracias por escucharme.■

DISIDENCIA Y MANIPULACIÓN DE MASAS


No seamos ingenuos, basta de quejarse y de lloriquear, basta de tanta compasión y de tanto confraternizar con quien no lo merece, basta de integrar a lo inintegrable, basta de corromper y de destruir la UNIDAD; porque ahora hay que luchar para hacerse con el poder, y que tiemblen los memócrtas, los banqueros, los liberticidas y los hombres de la neutralidad política de todo tipo, que tiemblen los oenegetas, los extraños y los débiles, porque la bestia rubia despertará en pos de la libertad de los pueblos, de la libertad de individualidades que harán grande la propia identidad colectiva, ¡nuevos tiempos para la raza y la grandeza se avecinan!, aunque tal vez en otro ciclo. Es entonces el poder, no otra cosa, lo que queremos; pero importa el medio, pues para tal fin hay que llegar intachable, no mancillado: no hay que pagar cualquier precio, sino el precio justo. Será un precio elevado, en todo caso. Pero nosotros no somos hombres prácticos, no somos hombres de la bolsa, no nos interesan las fluctuaciones, nos interesa el PUEBLO y nuestros VALORES. No queremos a la democracia, no a esta democracia ficticia, hecha de sufragios, democracia que no significa el poder del y en el pueblo, sino la entrega del pueblo de su propio poder a unos hombres o grupos de hombres que sólo miran por sus intereses o por los propios del partido. Nosotros no necesitamos partidos, nosotros no necesitamos ser políticos (profesionales), nosotros somos guerreros, nosotros somos un movimiento, una espada de luz que se yergue hasta al centro mismo del sol negro, donde todo tiene un orden; nosotros, el pueblo, el poco pueblo que queda, somos el enlace que queda entre el centro y la tierra, somos un rayo, un rayo de voluntad y fuerza, imagen aún viva de nuestros dioses olímpicos.

Lo que en realidad nos molesta a muchos disidentes no es que la masa –pues no llega a sociedad– viva manipulada, sino que no esté manipulada por nosotros. Esta realidad no surge con un ánimo real de querer manipular, no con un ánimo real de no querer que la masa se convierta en una sociedad libre con conciencia plena de sí y para sí, sino ante la asunción realista de que NO TODOS los seres humanos poseen la suficiencia para pensar por sí mismos; surge, igualmente, ante la asimilación de que el hombre ha renunciado a su soberanía Y DE QUE NO TODO HOMBRE ES DE NUESTRO PUEBLO, AUNQUE SEA BLANCO Y NACIDO COMO CONSECUENCIA DE GENERACIONES EN NUESTRA PATRIA. Es así que los pocos hombres libres que existen quieren tomar el control de la manipulación de masas, hoy en manos del NOM –un monstruo sin identidad definida, sin localización concreta, disperso y diverso, multicéfalo y ubicuo que es- Y DE CIENTOS DE TRAIDORES; así que no es real intención de manipulación, sino paradójicamente una manipulación hacia la consciencia, para que los hombres sean más soberanos y respondan a su propia voluntad, defendiendo sólo aquello que les hace ser ellos mismos: la familia, el pueblo, la nación, la raza… ¡para que no respondan a los intereses funestos de unas mentes que nadie sabe cómo se llaman, que nadie sabe dónde están y que bajo el anonimato cobarde es evidente que se manifiestan diariamente decantando los asuntos a su propio capricho! No se le escapa nada, es un poder mundial, un poder totalizador. Hay que hacer surgir del individuo su pueblo, su raíz, hay que hacer de tanto desarraigado que vuelva a echar raíces y podar y segar las malas hierbas.

La resistencia es dolorosa –una resistencia dividida, más preocupada en resistirse los unos a los otros a resistir contra el enemigo mortal de todas las identidades habidas sobre la tierra-; asimismo, las satisfacciones son nimias y escasas, pero aún pensando que la libertad es una contradicción en sí misma –pues a sí misma se imposibilita– siempre es mejor morir y sucumbir como un hombre paradójicamente libre que como un hombre aparentemente libre, es decir, no libre, inconsciente.■

¡VOLUNTAD, DETERMINACIÓN, LUCHA!

Ciclo Carl Schmitt y El Concepto de lo Político (I)

AMIGO Y ENEMIGO

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La edición manejada es la siguiente:
Carl Schmitt, EL CONCEPTO DE LO POLÍTICO (Texto de 1932). Ciencias Sociales, Alianza Editorial. Quinta reimpresión, 2009. Versión de Rafael Agapito

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Lo político puede extraer su fuerza de los ámbitos más diversos de la vida humana, de antagonismos religiosos, económicos, morales, etc. Por sí mismo lo político no acota un campo propio de la realidad, sino sólo un cierto grado de intensidad de la asociación o disociación de hombres. (…)
(Carl Schmitt)


I. EL ESTADO Y LO POLÍTICO

El Congreso en plena sesión plenaria
Para Schmitt “el Estado representa un determinado modo de estar con el pueblo” (Pág.49) para sostener posteriormente que “el Estado se muestra como algo político, pero a su vez lo político se muestra como algo estatal” (Pág. 50-51). Es por ello que si bien el Estado es el modo de estar con un pueblo, lo político es el modo de estar con un Estado o el Estado es el modo de estar concreto con lo político. Pero esta concepción un tanto reduccionista parece no ceñirse a la realidad democrática, donde Estado y Sociedad interactúan. El propio Schmitt diría: «Así ocurría allí donde, como en el siglo XVIII, el Estado no reconocía "sociedad" alguna como antagonista, o al menos donde (como en Alemania durante el XIX y parte del XX) el Estado, como poder estable y distinto, se encontraba por encima de la "sociedad"» (pág. 53).

La ecuación Estado=lo-Político carece de la variante “sociedad”, a pesar de ser evidente que en el mundo moderno la sociedad juega un papel político. No obstante, la ecuación de Schmitt adquiere toda su plenitud en el momento que se consigue que la sociedad se identifique plenamente con el Estado. De esta forma el Estado conforma la unidad política sin fisuras y obtiene la autosuficiencia y la capacidad para constituirse en fuerza capaz de determinar quiénes son “amigos” y “enemigos” (endógena y exógenamente) y emprender la “lucha”. Sin duda, esta concepción tiene connotaciones totalitarias y sin duda este texto de Schmitt parece un aporte teórico y doctrinal del totalitarismo en ciertos aspectos. Pero en realidad no es así del todo, por lo que categorizar que Schmitt fue un ideólogo del totalitarismo es una temeridad intelectual (•→), pues como veremos, no hay que analizar el concepto de unidad política bajo la premisa de identificación radical de la sociedad con el estado, lo cual no se da en las democracias, siendo éstas un medio de participación de la sociedad en lo político (siempre que hablemos de democracias parlamentarias con derecho a voto, pues bien sabemos que existen diversos modelos de democracia, algunos calificados de antidemocráticos por lo políticamente correcto) que no propician la cohesión social, demostrándose ineficientes para el desarrllo de una nación, al propiciar el auge de intereses particulares. Podemos decir que la democracia que conocemos -por ejemplo- en lo que ha devenido como Occidente –o así lo llaman- hace muy complicada la unidad política (España es un ejemplo perfecto), mientras que otros sistemas puede que sean mucho más democráticos, como ciertos totalitarismos, donde la plenitud de la sociedad, el pueblo, se reconoce en su estado, por lo que el significado etimológico de democracia (poder del pueblo) alcanza, paradójicamente, un significado más justo, pues seamos realistas: democracia no es que el pueblo decide quién debe tener el poder, sino que el pueblo se atribuye el poder.

II. LAS CATEGORÍAS POLÍTICAS: AMIGO Y ENEMIGO

Aunque lea y parezca buen lector, no es nuestro amigo
«Si se aspira a obtener una determinación del concepto de lo político, la única vía consiste en proceder a constatar y a poner de manifiesto cuáles son las categorías específicamente políticas. (…)

»Supongamos que en el dominio de lo moral la distinción dominio es la del bien y el mal; que en lo estético lo es la de lo bello y lo feo; en lo económico la de lo beneficioso o lo perjudicial, o tal vez de lo rentable y lo no rentable. El problema es si existe alguna distinción específica (…) que se imponga por sí misma como criterio simple de lo político; y si existe, ¿cuál es?

»Pues bien, la distinción política específica, aquella a la que pueden reconducirse todas las acciones y motivos políticos, es la distinción de amigo y enemigo. (…)

» Si la distinción entre el bien y el mal no puede ser identificada sin más con las de belleza y fealdad, o beneficio y perjuicio, ni ser reducida a ellas de una manera directa, mucho menos debe poder confundirse la oposición amigo-enemigo con aquéllas. (…) El enemigo político no necesita ser moralmente malo, ni estéticamente feo, no hace falta que se erija en competidor económico, e incluso puede tener sus ventajas hacer negocios con él. Simplemente es el otro, el extraño, y para determinar su esencia basta con que sea existencialmente distinto y extraño en un sentido particularmente intensivo. (…)» (págs. 56-57)

Carl Schmitt propone una concepción de lo político para su estudio y comprensión, pero sobre todo para clarificar y delimitar lo político. Schmitt quiere establecer los dominios de lo político y es ahí que lo encierra bajo el binomio amigo-enemigo. Y ¿qué es el enemigo?; bien claro lo deja Schmitt: lo extraño, lo diferente; simplemente eso, no es ni un competidor económico ni alguien moralmente malo. Analizando lo político desde esta perspectiva sin duda evitamos equiparar lo político a otro tipo de categorías, como las de bueno y malo, potestad de la moral. El análisis de lo político debe desmarcarse de lo emocional, no es un estado de ánimo ni forma parte del coto privado y personal (la política es cosa pública y por ello el enemigo es también público), sino que es aquello que establece y configura a diversos grupos de hombres en amigos y enemigos, ya surja esta confrontación de lo económico, de lo moral, de lo religioso... Es decir: sólo cuando un grupo de hombres consigue la suficiente fuerza como para poder organizarse en concepto de amigos y enemigos respecto a otros grupos de hombres análogos se alcanza la dimensión política; si por el contrario un grupo de hombres carece de la fuerza para confrontarse, para oponerse realmente a otra fuerza, la dimensión política no existe o al menos no es perceptible. Tal como explicaría el jurista prusiano sin circunloquios: “Todo antagonismo u oposición religiosa, moral, económica, étnica o de cualquier otra naturaleza se transforma en oposición política en cuanto gana la fuerza suficiente como para agrupar de un modo efectivo a los hombres en amigos y enemigos” (Pág. 67)

Sin embargo, es el concepto “enemigo”, más que el de amigo, el que marca la pauta de lo político, la posibilidad de una oposición: qué es la política sino oposición. Para Schmitt “es constitutivo del concepto de enemigo el que en el dominio de lo real se dé la eventualidad de una lucha”. Al incorporar en el terreno de lo político la “lucha” hacemos ya referencia al elemento volitivo de lo político, es decir, aquello que empuja a la acción. De esta forma podemos determinar que no existe lo político sin enemigos ni enemigos sin la posibilidad real de una lucha.

III. LA UNIDAD POLÍTICA Y LA GUERRA

Imagen tomada tras finalizar la Guerra Civil española
«Guerra es una lucha armada entre unidades políticas organizadas, y guerra civil es una lucha armada en el seno de una unidad organizada (que sin embargo se vuelve justamente por ello problemática).» (Pág. 62)

La Guerra procede de la enemista”, sentencia Schmitt. En la guerra el concepto enemigo tiene su significado y sentido obvio pero en la misma lo referente a la “lucha” alcanza un significado pleno.

Como se vislumbra en la cita de más arriba, Schmitt hace una distinción de la guerra. Habla de “guerra” a secas contra otra unidad política, pero también de “guerra civil” dentro de la propia unidad política, lo que es un contrasentido, pues si algo revela una guerra civil es la ausencia de unidad política. Sin embargo, las reflexiones al caso son acertadas y en este momento conviene que así sean para mi posterior reflexión. En la exposición de Schmitt se hace evidente cómo equipara radicalmente política con estado: lo político es el estado y el estado es algo político, podría parafrasearse. También puede deducirse, ya sin confusión, que es el estado la unidad política organizada. Pero lo más importante: en el seno de la unidad política suprema (el Estado) puede sucederse la antítesis amigo-enemigo, es decir, constituirse otras unidades.

Volviendo al principio, hay que reconocer que el hecho de que dentro de un estado pueda darse la lucha armada, es decir, la constitución de diversos grupos de hombres según amigos y enemigos, resulta algo problemático si tenemos en cuenta que todo ello concurre dentro de una misma unidad política, por lo que creo que este asunto es merecedor de su análisis. Si bien en una guerra civil lo que está en juego es el poder del Estado, podemos sacar dos conclusiones:

1. Los dos contendientes luchan por hacerse con la unidad política suprema: el Estado. Lo cual refrendaría la reflexión de Schmitt.

2. Cada uno de los contendientes se constituyen como unidades políticas independientes, es decir, como dos estados. La unidad política sigue existiendo, pero relativo a cada contendiente: los dos contendientes nunca formarán una sola unidad política. La derrota de una de las partes decidirá qué unidad política, es decir, qué forma de estado, prevalecerá, concluyendo así la guerra civil.

-Imaginemos un púlpito sobre el que reposa una manzana. En el caso 1 dos contendientes luchan por hacerse con la manzana. En el caso 2 no hay manzana en el púlpito, cada contendiente tiene una manzana y luchan para que sea su manzana la que repose sobre el púlpìto. En el caso 1 el Estado parece inamovible, algo que siempre está ahí y que busca pretendiente. En el caso 2 el estado es algo mutable y sustituible por cualquier otro tipo de Estado. En el caso 1 luchan por hacerse con la manzana, en el caso 2 por su manzana.

No obstante, el hecho de que en una misma unidad política pueda darse lugar a la configuración de grupos de hombres según amigos y enemigos, y ya dicho esto desde un plano no bélico, deriva inevitablemente al “problema democrático” (que es una guerra civil no-violenta), aunque bien sabemos que en los estados no-democráticos (en realidad me molesta utilizar la palabra democracia para referirme al significado que ha adquirido actualmente según la neolengua) también existen luchas intestinas y agrupaciones de hombres según amigos y enemigos, lo que considero algo muy natural: poco valor puede tener aquello que no genera opositores.

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