FÍSICA Y METAFÍSICA

Resumen de uno de los debates de FORΦιDENTIDΛD,
celebrado el 19 de diciembre de 2009


http://www.foro-identidad.es/2009/12/fisica-y-metafisica.html


Se abre el debate con algunas reflexiones por parte de un contertulio acerca del pensamiento de Heidegger, el cual se planteó el problema en su obra de 1929 ¿Qué es metafísica? Entendiendo que el problema de la metafísica se hace incomprensible sin el concurso del método fenomenológico, el alemán quiere llegar a la esencia de la metafísica. Trata así de llegar a la esencia del ser humano, desde donde deriva a la nada. La nada es considerada angustia, y esta última el origen de la metafísica. En todo este desarrollo se reconoce la influencia de Kierkegaard.

Otro participante advierte que la metafísica empieza con el método mayéutico, con las preguntas de Sócrates, como la más característica, ¿qué es la verdad? Frente a los pre-socráticos, que suponen que las cosas son como son y no de otra manera, se pretende así la búsqueda de la esencia última de las cosas. Existe un problema fundamental aquí: distinguir con claridad el conocimiento de lo natural del propio de la metafísica. En este sentido, se señala que Kant supuso un punto de inflexión al pedir una nueva metafísica no basada en conceptos medievales. Aquella no era crítica, siendo necesaria sustituirla.

Y es que, como advierte un tercer tertuliano, física y metafísica son dos términos antitéticos. La primera, referida a la materia y ajustada mucho más a la lógica y a las matemáticas; la segunda, no obstante, constituyendo el núcleo de la filosofía. Es una ontología que está más allá de lo físico; y lo físico no está aún bien definido. Todo para concluir que no basta con crítico, es necesario igualmente establecer un buen aparato conceptual.

¿Qué tiene de actual la metafísica?, se pregunta alguien. Se contesta que Kant delimitó la ocupación primordial de la metafísica y de la ciencia; y a partir de ahí se ha revolucionado la ciencia. Surge aquí, en relación con esto, el problema de la idea del progreso. ¿La ciencia va a llegar a desentrañar todo sobre la materia o van a quedar misterios? Desde el momento en que la ciencia no puede abarcar todo sobre la materia (más aún, sobre la realidad), la metafísica va a tener un lugar. Se insiste en que la idea del progreso del conocimiento hay que contextualizarla y que subyace en ella una secularización de ideas religiosas.

Hay un cierto consenso a la hora de señalar que es equivocado confrontar física y metafísica. La metafísica se dedica al ser, siendo el ser su fuente de trabajo. Se sostiene que a la esencia de las cosas no se va a poder llegar desde la física, teniendo ahí su contenido la metafísica. Sin embargo, la mentalidad actual es que gracias a la ciencia y la tecnología va a poder ser explicado todo. Pero en 1931, se señala, Kurt Gödel publicó sus dos teoremas de incompletitud, que venían a significar que no existe un método lógico capaz de resolver cualquier problema o demostrar cualquier teorema. Las matemáticas son incompletas, la ciencia también. Y esto porque “ningún sistema consistente se puede usar para demostrarse a sí mismo”, según dice el segundo de los teoremas citados. Existen, además, cuestiones que intrínsecamente no pueden ser resueltas por la ciencia. Se cuestiona igualmente la capacidad de la ciencia histórica para explicar los hechos históricos. Otro participante responde a esto último que la ciencia histórica tiene su método de trabajo, que es a posteriori y no experimental, dado el objeto de conocimiento al que se enfrenta. Añade que en el objeto de análisis de las ciencias naturales y de las ciencias sociales existe un elemento diferencial, la voluntad humana, que hace más difícil el trabajo para las segundas.

Una nueva cuestión se desarrolla en este denso debate. ¿Por qué presuponemos que hay lógica en la materia? ¿Por qué se aspira a la verdad? Quien plantea estas dos preguntas sostiene que no somos los agentes del conocimiento al no poder pensar lo que queremos, existiendo multitud de elementos que escapan a nuestro arbitrio. Sócrates dijo que lo mejor que puede hacer el hombre es conocerse a sí mismo. Pero el hombre no puede dar explicación de sí mismo, ya que lo debe hacer con sí mismo y no lo puede hacer de otra manera. No hay que ser proclive a lo que se entiende por progreso. El hombre se está olvidando de sí mismo, ya que no se conoce. Aún no sabe si es un quien o un qué. Si se conociera bien a sí mismo quizás no se lanzaría a conocer determinadas cosas que tienen un gran coste y un mínimo rendimiento. Concluye este participante con la afirmación de que la base de la estructura molecular humana es desconocida, es decir, no nos conocemos.

Reaparece ahora el problema de los límites de la ciencia. Se duda acerca del origen del hombre. Y esto porque se considera fruto de una serie de acontecimientos que podrían no haber ocurrido. Lo que los científicos llaman evolución es realmente una historia y la historia no tiene explicación. A esta afirmación se le responde que la ciencia trata de saber sobre lo que ha sido y es y no sobre lo que pudo ser.

En este punto el debate evoluciona hacia una digresión acerca de los derechos humanos, considerados por uno de los participantes como muy importantes, al reconocer la dignidad humana. Otro de los contertulios responde afirmando que la humanidad es, ante todo, un concepto zoológico, convertido en otra cosa en un contexto histórico y cultural muy concreto (la Ilustración). Menciona la idea de Carl Schmitt acerca de que quien utiliza el vocablo humanidad pretende engañar. Y esto es así porque quien hace esto pretende interpelar desde una posición moral supuestamente más elevada.■

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