INVOCANDO A LA BESTIA INTERIOR

ARES - MARTE

¡Eh, vida!, aquí estoy, tu mayor sufridor, tu mayor héroe, el que siempre se ríe cada vez que le atizas. He aquí yo, el que te dice que sí, el que te dice ¡más!, el que ríe y llora, el que se regodea en la amargura y en la alegría, el que te saborea y te desafía, el que solitario te mira a la cara sin complejos y sin miedo a sucumbir.

Los tiempos de la raza se perdieron y he aquí un superviviente de sangre viva, viejos sueños y realidades pasadas. Soy el descuartizador y el creador, ¡sí!, ese soy yo, y quiero que me teman y que me amen por lo que me temen, ¡no soy de amor sencillo y bobalicón! Que me quieran los fuertes, que se me arrodillen los fuertes con dignidad, a ellos les daré algo por lo que luchar y por lo que vivir.

Algún día alzaré el puño y cuando caiga no habrá bastardo vivo. Llegará la hora de la devastación, llegará la hora de los que con acero irrompible descoyuntarán los huesos de los traidores, ¡la bestia rubia lleva demasiado tiempo en su guarida anestesiada y drogada!… ¡cuando salga no habrá piedad! Que la historia de los hombres me odien, me da igual, tras la muerte al cobijo del Olimpo me reiré, ¡una eternidad me espera!, ¡los dioses me aguardan!, ¡todo un devenir me hará justicia!

¡Muerte al extranjero!, ¡muerte al traidor!… ¡ninguna represión me parará! A mis iguales yo les ofreceré mi puño y yo les pediré el suyo, moriremos como hombres por una causa noble. La vida no significa nada si no se vive, la muerte significa menos si no has vivido.

¡Bestia rubia, despierta!, un hombre europeo requiere de tu fuerza. Quiero un futuro sin pena y sin culpa, un futuro sin misericordia pero si con empatía, quiero un futuro de hombres valerosos capaces de lo imposible. ¡Qué lo imposible sea demasiado fácil!.. ¡Quiero hombres que no sean hombres, quiero hombres que se vean superados por sí mismos!... ¡oh!, ¡bestia rubia!, ¡enséñanos el camino del superhombre!, ¡brota de mí como una flor!... ¡no quiero vivir como un capullo!

La fuerza se impondrá, los niños llorarán, una época de destrucción se hace necesaria. He aquí que se verá quien merece vivir y quién merece ser recordado. Repudiemos la paz, de ella solamente hemos fabricado cansancio, destruido nuestra patria y corrompido nuestra sangre. Un pueblo de guerreros se hace obligatorio, mi consuelo será un puñetazo en la cara y ver mi nariz rota, eso me hará sentir ante un hombre de mi altura, ¡lo demás me parecerá digno sólo de oprobio y desprecio!

El infierno me sabe a poco, eso es para los abrahámicos, a mí sólo me espera la gloria. ¡Europeos!, ¡hoy más que nunca Esparta en nuestros puños!, ¡hoy más que nunca Roma en nuestro espíritu!, ¡hoy más que nunca un pagano en nuestras venas! ¡Que la sangre brote a borbotones, nuestra victoria será sangrienta o no será! La batalla no será sencilla, ¡nuestro enemigo es temible y diverso! De mil caras se compone, todas ellas contrarias a la belleza. Y de nuestras mujeres hemos de sacar lo mejor, quieran o no, ¡con los asuntos de la posteridad no se juega! ¡Qué de su flujo broten cachorros!, ¡que de su vientre brote lo mejor de nuestra raza!

El futuro es nuestro si queremos. No temas ser fuerte, no temas someter al débil, no te dejes conmover por su llanto y su debilidad. Defiende tu patria, defiende tu sangre, defiende el vientre de tu mujer y a tus hijos, ¡no mancilles tu herencia con el mestizaje!… Si no lo haces, ¡muere!, te lo mereces… A buena gana yo te descabezaré.■