DEMOCRACIA Y PLUTOCRACIA

¿La voluntad popular contra el dinero?
Resumen de uno de los debates de FORΦιDENTIDΛD,
celebrado el 17 de abril de 2010
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Comienza el debate con una introducción en la que se comentan los textos propuestos para el debate que se encuentran en nuestra página web. En uno de ellos se relata un caso en el que los sindicatos UGT y CCOO aceptan dinero procedente de Citibank como “pago” por unas negociaciones llegadas a cabo entre la empresa y estos sindicatos, lo que supone un claro ejemplo de relaciones plutocráticas. Posteriormente, se hace referencia a un vídeo donde sale a relucir la incultura de los jóvenes españoles actuales; por último, se refiere un texto donde se informa sobre las donaciones del multimillonario Billy Gates, que tienen como beneficiarios desde lobbies abortistas a gays. Seguidamente se da paso a otro asistente al debate, Daniel Aragón Ortiz, quien hace lectura de un texto que también sirve para prologar el debate. El texto es el que sigue:

«Bienvenidos amigos de Foro Identidad a esta nueva tertulia. El tema de hoy es un tema más complejo de lo que parece. Podemos correr el error de posicionarnos entre la democracia y la plutocracia, pero para ello primero hay que saber qué es cada cosa; pero aún así, ¿posicionarse? Si nos posicionamos en el debate se pierde toda la objetividad. Hay que mantener siempre una postura crítica, y sea la crítica nuestra labor, nuestra labor constructiva. Pero bien sé y sabemos que posicionarse es algo inevitable, por lo que es lícito y cada cual decida qué defender o no defender o… ser neutral.

El tema que vamos a tratar hoy es "DEMOCRACIA Y PLUTOCRACIA" bajo el subtítulo "¿La voluntad popular contra el dinero?". El título y subtítulo no son nada caprichosos. La relación democracia y voluntad popular contra dinero y plutocracia me parecen dos emparejamientos lógicos. Dichos emparejamientos son antagónicos, son, por decirlo de alguna forma, irreconciliables.

Pero ¿qué es la democracia? Etimológicamente puede traducirse como "el poder del pueblo"; y ésta ha derivado a muchas formas, como a socialdemocracia o democracia popular, que es la forma en que se denominan los propios gobiernos de Cuba o China, por ejemplo, los representantes del "socialismo real"; cuando digo "real" no me refiero al "socialismo teórico", sino al que existe en la vida regida por los hombres.

Por otro lado, tenemos el término "plutocracia", ¿qué es la plutocracia? Pues bien, se trata de una forma de gobierno en la que el poder lo ostentan aquellos hombres cuyo poder se mide mediante el dinero o capital. Es, en definitiva, el dinero en el poder.

Definidos los dos términos, es justo preguntarse: ¿vivimos en una democracia o en una plutocracia? ¿es nuestra democracia una plutocracia? También echo a la palestra las siguientes cuestiones: ¿tiene la sociedad mayoría de edad suficiente para afrontar las obligaciones, deberes y derechos que implica una democracia? Y cómo no: ¿vivimos en democracia o es, como dijo uno de los amigos de Foro Identidad hace dos semanas una "democracia hipnótica", un espejismo? Y para concluir. ¿qué sentido tiene la democracia en un país donde no hay solidaridad social, donde solamente se vota lo que interesa -que no es siempre lo que más conviene- y no lo que se debería votar, donde el voto no viene condicionado por el deber y saber obrar, sino por intereses dinerarios? ¿no está nuestra sociedad chantajeada a base de dinero, no es nuestra sociedad en cierta medida igual de corrupta que la clase política aunque sea bajo el ejercicio de connivencia? Nuestra democracia es una democracia del mercado, es decir, lo voy a aclarar, no digo que seamos una democracia de mercado o una democracia con mercado sino una democracia propiedad del mercado, de los capitales, de los plutócratas, de las élites financieras, bursátiles, bancarias… ¿qué sentido tiene entonces la democracia?

Muchos creen que haber llegado a la democracia es una cima, no hay nada mejor después de ella. Esto ha labrado un conformismo ideológico, el exceso de comida y entretenimientos han hecho el resto. Todo eso unido a una enseñanza mediocre donde no salen hombre formados sino niños aún más niños hace que una democracia y su sociedad soberana pierdan la soberanía primero, pero posteriormente se desvalorice, pierda validez y soltura; pero sobretodo capacidad para elegir, capacidad para decidir, capacidad para hacer uso del ejercicio democrático, una responsabilidad que le queda demasiado grande a la mayoría de la sociedad. Una sociedad de analfabetos que saben leer y escribir -séame lícita la ironía-, una sociedad donde la única espiritualidad la encuentran en los programas del corazón y la prensa rosa, no puede ser, amén de muchos gobernantes y algún florero como nuestro príncipe, la sociedad más y mejor formada de la historia de este país. La formación no se rige a base de títulos académicos, eso es lo que menos valor tiene, la formación de una persona debe ser ante todo ética y moral, literaria, científica y filosófica, pero no exclusivamente académica. Quizá piensen que digo una incongruencia, es cierto que en los medios académicos se dan esas materias, pero se hace de forma fría, porque lo primero que hay que hacer es educar en valores, enseñar el valor de la cultura, del aprender, de la familia, de la patria, de la raza y de todo aquello que hay que defender. El mundo académico fabrica personas tituladas para servir al y en el mercado, pero de la voluntad de una persona depende ser culta y responsable.

Y ya he concluido, que comience el debate».

A continuación uno de los presentes manifiesta que ciertamente la ignorancia es un peligro para la democracia, pero que "la democracia es tan buena, que todos pueden y deben formar parte de ella; no se debe excluir a los ignorantes, son ciudadanos como todos los demás y tienen derecho a tomar decisiones". A esto le responden que no se trata de ignorancia en lo académico, sino de madurez democrática, e insiste en que la democracia le queda a la mayoría demasiado grande.

Se habla de la democracia como si ésta fuera sinónima de libertad, comentario que es inmediatamente atacado por otro contertulio al decir que no tiene nada que ver la libertad con la democracia: "Se cae en el error de relacionar democracia con el sufragio universal y la libertad, y a su vez en relacionar el sufragio universal con la libertad; la libertad es otra cosa", concluye. Se habla de la democracia popular y de la democracia capitalista, se hablan de los logros de Cuba y su revolución (que aún continúa) en la cultura y la medicina. Se sostiene que en Cuba hay democracia, que incluso existe mayor nivel democrático que en los países occidentales. Se habla de una sociedad más culta y se plantea: ¿son ellos manipulados, siendo la población más formada? Otros dicen que "señalar que en Cuba hay un sistema más democrático que en Occidente es una auténtica impostura. Al menos aquí existe el sufragio universal y cierta libertad de expresión hasta que eres incómodo para el sistema", se comenta; el mismo contertulio prosigue: "Y si bien pensamos, o mejor dicho, pienso que la democracia occidental es una farsa porque las decisiones populares están condicionadas por una ley electoral injusta y la manipulación de los medios de comunicación gracias en gran medida a una conciencia social ridícula, acomodada, acrítica y pobre, no va a ser mejor en las democracias populares de China o Cuba o en la añorada, por muchos, Unión Soviética, sistemas donde solamente existe o existía un partido y donde las decisiones se toman y se tomaban internamente con apariencia de democracia (gracias al sistema asambleario) pero donde existe y existía el miedo a la crítica, a la deportación, al encarcelamiento, etc. Ambos sistemas son igual de no democráticos, palabra (democracia) que se usa para parecer simpático. Ambos modos de entender la democracia son idénticamente falsos en definitiva, sólo se diferencian en la sutileza y en la brusquedad, pues en ninguna se puede ser crítico o hablar libremente", remata.

Seguidamente, uno de los tertulianos opina que la línea de debate anterior es buena, que efectivamente existe la posibilidad de intelectuales y gente formada manipulada. Otro manifiesta que realmente la gente sabe lo que le interesa y que se puede confiar en su criterio. Pero un tercero señala que "si la gente supiera lo que le interesa no se endeudaría tanto, no viviría más allá de sus posibilidades. Que gente así gobernara en el país garantizaría el déficit presupuestario. La ignorancia es un lastre para cualquier sistema de gobierno democrático. Pero no es lo mismo estar formado que ser culto y responsable". A continuación viene la siguiente exposición: "La opinión pública está mediatizada y por lo tanto está controlada por los medios de comunicación y los plutócratas. Y se manipula tanto en las democracias liberales como en las democracias de partido único"; a esto, otro de los presentes añade: "Tal como vivimos la democracia en Occidente podemos afirmar que es una auténtica decepción de la sociedad civilizada. Que en la cultura occidental haya incultura es un fracaso. La democracia está secuestrada por los partidos, que obedecen a los plutócratas, ¡además de que el bipartidismo no es bueno para la democracia! El fútbol, lo más banal de mundo… la gente sólo habla de fútbol y no habla de más nada, por ejemplo". Siguiendo el mismo hilo de los anteriores contertulios, otro despliega las siguientes reflexiones: "La democracia tiene el tufillo de la libertad pero sin embargo no se puede tener una concepción u opinión crítica. La gente no tiene conciencia de lo que debe o no votar. Sólo se opina de lo que se dice en los medios, la gente no va más allá. La democracia debe ser cultura, fluidez y civilización. Además, la sociedad está perdida, hasta los sindicatos están al servicio de los partidos y los plutócratas desde hace lustros. La democracia aún no la hemos alcanzado. Pensemos que estamos en la Alta Edad Media. Seguimos creyendo en los ricos (y en ser rico), en la Iglesia, en los reyes, etc. La democracia es una aspiración. La democracia no está consolidada".

A continuación se habla sobre la presión social de la incultura y del borreguismo. Se comenta que existe cierta filosofía muy dañina, la de "como todo el mundo lo hace yo lo hago". Eso es muestra de indecisión, de falta de personalidad y debilidad. Al hilo de esto se expresa: "La relación entre ignorancia y formación de opinión pública es evidente. Basta decir una cosa cien veces para que todo el mundo se lo crea. No hay verdadera opinión pública, no hay ni siquiera opinión. Además, la partitocracia dominada por la plutocracia no ayuda a la democracia. Y abundando en lo anterior decir que con el hombre se puede hacer lo que se quiera, es un ser muy plástico y manipulable". Posteriormente este mismo contertulio hace una comparación entre sus amigos de 16 años tiempo atrás con los actuales jóvenes de 16 años y denota que hay un retroceso considerable. La ignorancia es supina y los entretenimientos no ayudan a aglutinar a las personas, a crear un grupo, a hacer de la sociedad algo fuerte y consolidado. Posteriormente, y rompiendo un poco las líneas de debate anteriores pero sin salirse del tema, se plantea lo siguiente: "¿Cómo es posible que mi opinión valga lo mismo que la de alguien que me mira con mala cara por decir alguna palabra que no entiende pero que es muy sencilla?, ¿cómo va a valer lo mismo mi voto crítico y meditado que el de aquel que vota aquello o aquello otro porque todo el mundo lo vota?".

A continuación se arrojó una interesante reflexión: "La cultura abunda en los problemas pero no aporta soluciones, en realidad nos da igual la justicia". Se refiere a la inacción de la crítica, no es solamente la crítica lo que cambia las cosas, sino la voluntad de querer cambiar las cosas, es decir, poner en práctica la crítica en la realidad. El mismo contertulio expone: "Estamos dándole vueltas a la ignorancia, pero la desinformación puede ser igual de dañina que la ignorancia y he ahí quizá el motivo por el que personas tan formadas vivan tan enajenadas", finiquita. Otro prosigue con otra reflexión: "La clase política no está interesada en que la cultura llegue a todo el mundo. Por ejemplo, la vida sexual la está dirigiendo el Estado y le está sirviendo para manipular a la gente, especialmente a los más jóvenes. Si añadimos eso a una familia atomizada y a una enseñanza que no se preocupa en educar…". Siguiendo con la crítica al Estado, otro de los presentes añade: "El estado ha sido bueno, rápido y eficaz ayudando a los bancos pero, ¿por qué debemos pagar los ciudadanos los problemas de entidades privadas que se lucran de mí? En definitiva, no puede ser que el Estado solucione con el dinero de los ciudadanos los problemas de organismos privados. La plutocracia se aprovecha de los medios públicos, y así nos va". Otro continúa: "El Estado se mete en la sexualidad para controlar a las masas, nunca ha habido tanta pornografía como hasta ahora. Antes la gente estaba politizada para bien o para mal, pero hoy todo el mundo está pensando en el sexo y de esa forma se elimina o merma la conciencia política o crítica".

A continuación se comenta que los partidos políticos son los que interpretan la democracia y que todo el mundo quiere entrar en la vida democrática para asegurarse el futuro (infinidad de cargos públicos). También se glosa que "en las sociedades occidentales solamente vota poco más de 50% o 60% de la población con derecho a voto y, sin embargo, se presume de democracia; si hubiera un pueblo realmente soberano se haría caso a esa verdadera mayoría que es la que no vota y que quizá sea o la más crítica (parte de ella) o la más dejada, despreocupada y carente de conciencia o valores (otra parte de ella). La manipulación de los partidos políticos y la corrupción no han contribuido tampoco a mejorar la imagen de la democracia. Y por otro lado, se habla de la democracia como si fuera un sistema político, cuando no es así, la democracia es un planteamiento social donde se pueden desenvolver las diferentes ideologías, es decir, aquello que realmente aporta un sistema político diferente. Pero es que para colmo, la homogeneidad entre los partidos no contribuye a la pluralidad y a la vida democrática, siendo al fin al cabo las democracias de occidente democracias de partido único disimulado con muchas caras diferentes y que además sirven a la misma plutocracia".

Anteriormente se dijo que no debería gobernar cualquiera, que no debería votar cualquiera. Ante esta problemática se plantea lo siguiente: "Es el entendido el que debe estar al frente de lo que realmente entiende. El zapatero a sus zapatos, el político a la política, pero no el zapatero a la política. El pueblo soberano debería votar a los expertos que deben elegir a los entendidos en la política". ¿Pero quiénes son los entendidos en política?, se pregunta, ¿cómo se sabe eso?. "La política no es algo específico, la política son sentimientos, valores, carisma… no se puede tecnocratizar", comenta uno de los habidos.

Siguiendo con el cuestionamiento de la democracia, se lanza la siguiente pregunta retórica a la cancha dialéctica: "¿Cómo se puede decir que se cree en la democracia habiendo una ley electoral que no garantiza ni siquiera esa máxima tan falsa y extendida de que «un ciudadano un voto»?" Y continúa: "Todos vemos en el congreso cómo por ejemplo Izquierda Unida con poco más de un millón de votos tiene menos representación en el congreso que cualquier partido nacionalista catalán con menos de la mitad de votos".

Abundando en la introducción de información sexual en la escuela como modo de manipulación y en la ignorancia se aporta lo siguiente al debate: "La ignorancia sexual da lugar a muchos abusos, por lo que la educación sexual que se promueve tampoco debería ser tan negativa, lo cual no quiere decir que defienda cómo se enfoca dicha educación en este momento; pero la ignorancia en la sexualidad es muy dañina, de eso no cabe duda. El sexo no puede ser un tabú siempre". A esto se añade que "por mucha formación que haya no va a dejar de haber abusos". Un tercero agrega: "El hombre como ser sexuado que es debe plantearse en la educación, pero de forma antropológica, donde se incluya el amor, la maternidad, la familia, etc.". Un cuarto contertulio expone con cierta ironía: "Me parece muy triste que tengan que enseñarte en el colegio a masturbarte, ¿llevamos cientos de generaciones y resulta que es ahora cuando hay problemas sexuales?".

Para salir del idealismo en el que está sumido el debate, según uno de los presentes, éste expone una reflexión en términos de Carl Schmidt: "Lo característico de la política es la polémica, la lucha. Es un careo entre facciones. La enseñanza es un campo de batalla entre esas facciones"; ensalza así el concepto de lucha. Seguido a lo anterior, otro miembro del foro dice: "La clase política y los medios tergiversan el sentido común, el sentido sano del mundo y de las cosas. Hay una falta de sensibilidad crítica que es de temer, como ya se ha dicho a lo largo del debate. Hoy no valen los valores, sino las sensaciones. La sociedad se está enfermando, la ética y la moral decaen, y de eso tienen la culpa los que mandan, la clase política, los plutócratas, los medios, etc. Los valores deben estar por encima de todo, de todo beneficio, de todo el dinero... Lo importante es vivir bien, no poder comprar mucho. El mundo está éticamente en ruinas. Reducir la sexualidad a un mecanismo, a algo mecánico, es una barbaridad. El sexo debe madurar, pero debe madurar tanto de abajo como de arriba (tanto desde la cabeza como desde los genitales). Me parece una indecencia que se meta en el colegio la sexualidad de una forma tan explícita, vana y… banal", concluye, haciendo un juego de palabras.

Casi llegados al final del debate se hace una intervención digna de mención: "A cada uno le interesa su desarrollo propio y no la política. La gente quiere simplemente medios para que se cumpla su propio desarrollo. No hay cultura de pueblo, de país, etc., no interesa, ya no. La política la dirige una plutocracia, eso está claro. Los políticos y los banqueros sólo quieren su beneficio y nada más que piensan en cómo sacarle a los demás lo que puedan".

El debate concluye con la apocalíptica visión de que "la juventud no es garante de nada, pues no tiene nada que decir".■