EL FEMINISMO COMO MEDIO PARA LA DESTRUCCIÓN DE LA FAMILIA

por David Duke


Simultáneamente con el sacrificio de nuestra nación en el altar de un imposible igualitarismo racial, apareció la promoción de la igualmente ficticia idea de la "igualdad" sexual. A las mujeres se les dijo que eran psicológicamente iguales que los hombres pero que eran socialmente condicionadas por su entorno para ser esposas y madres en vez de ser investigadoras científicas y capitanas de industria. No solamente las "liberadoras de las mujeres" trataron de convencerlas de que criar y cuidar a la siguiente generación era menos importante que sudar en una cadena de montaje o trabajar en el último rango de una serie de ejecutivos, sino que aún fueron más lejos al menospreciar el papel de esposa y madre.

Freud también contribuyó a la destrucción de la familia con su respaldo a la supuesta liberación de la promiscuidad sexual. Una de las más arraigadas características de Occidente ha sido siempre la importancia dada al parentesco, contrariamente al Tercer Mundo. Freud y sus proveedores judíos de psicoanálisis enfrentaron al sexo con el amor y justificaron la destrucción de la unidad familiar con pretextos tales como una gratificación sexual insatisfactoria.

La liberación de la mujer ha reestructurado completamente a la familia americana, porque la mayoría de esposas y madres han sido forzadas a entrar en el mercado laboral por los nuevos standards económicos, limitando así las opciones de las que hubieran preferido ocuparse de su hogar. Muchos investigadores dicen que la creación de millones de madres "trabajadoras" ha tenido un efecto desastroso en la estabilidad familiar y en el desarrollo de los niños. El resultado ha sido que muchas mujeres están ahora luchando como único sustento para ellas y sus hijos, y las que forman parte de una familia biparental, a menudo se encuentran estresadas y debilitadas por tener que realizar el tradicional trabajo de las mujeres en el hogar y trabajar ocho horas diarias fuera de él.

SUPREMACISMO JUDÍO (El poder judío en la sombra), por DAVID DUKE. Ediciones Ojeda, Barcelona, 2007. Pág. 140