ENSAYO SOBRE EL CORPORATIVISMO (II)

por Soldado Vikingo

Eurofighter Typhoon del Ejército del Aire de España, modelo en cuya fabricación participa EADS-CASA, que se encarga, además, de montar los ejemplares destinados a España.

CASA C-101 Aviojet, ÍNTEGRAMENTE DE FABRICACIÓN ESPAÑOLA


Pese a la buena planificación que se pueda hacer de una economía, sería imposible tratar de llevar a cabo el mismo proyecto en dos países distintos, principalmente porque el nivel de recursos y calidad de los mismos suele diferir en cada uno de ellos.

Como toda doctrina económica, el corporativismo no es ninguna excepción. Por lo tanto, sería de locos creer que llevarlo a cabo nos aseguraría el mismo éxito en España y en Alemania. Y no menciono a Alemania por el hecho de que construyera la economía más sólida y fiable del siglo XX sin intervención capitalista o comunista alguna, sino porque es una nación que dispone de mucho más recursos económicos que España.

Con 3 siglos de vida menos que nosotros (como nación unificada), los alemanes han sabido industrializarse a un ritmo que está a años luz del nuestro. Y con una política económica inteligente como la del III Reich, desarrollaron una agricultura "apenas existente" -favoreciendo al pequeño y mediano empresario- y explotaron al máximo su ya de por si excelente industria. Pero mi preocupación actual no es la economía alemana del III Reich, sino la española de 2011. 

España es un país económicamente débil y por eso sufre más que el resto los nefastos efectos de la Bolsa judía de Nueva York. Llevamos décadas vendidos a una política económica especuladora y poco inteligente (y eso sin olvidar que somos “de sangre caliente” y que lo del trabajo tampoco es que nos guste mucho). Analizando nuestra economía sector por sector, nos encontraremos con un desbarajuste grandísimo:

Campaña de MSR en defensa de los trabajadores y productos españoles
El sector primario en España está casi abandonado, reducido a pequeños focos como Almería que, eso sí, alimentan a gran parte de Europa. Sin embargo, las verduras y hortalizas españolas son vendidas al extranjero en lugar de autoabastecernos con ellas los españoles. ¿Qué supone esto?. Que la fruta española de calidad se la vendemos a alemanes, franceses y británicos y en su lugar consumimos (manteniendo así) a los agricultores de Marruecos. En resumen, los españoles somos tan “inteligentes” que preferimos ganar dinero vendiendo buenas verduras al extranjero para después comprar otras de menor calidad a los marroquíes antes que abastecernos de lo nuestro. Priorizamos los beneficios económicos a la calidad de nuestra alimentación.

Pero no toda la culpa es nuestra. El capitalismo y el libre mercado son los culpables de que eso suceda, ya que los agricultores son gente que tiene que sacar a su familia adelante y, como es normal, venden al mejor postor.

El sector secundario es casi inexistente. Históricamente, la industria española se ha concentrado en Cataluña, Vascongadas y Asturias. Durante el franquismo se continuó el proceso industrializador, pero ya dentro de la política capitalista de la globalización. Dentro de este apartado entrarían también las pequeñas y medianas empresas relacionadas con la construcción, de la que hablaré más adelante.

El sector terciario había sido uno de los más explotados hasta fechas recientes, gracias a la gran cantidad de turistas extranjeros que visitan España. Por desgracia, depender de este sector es muy arriesgado, ya que la afluencia de turismo está muy relacionada con la situación económica mundial, además de que estos negocios son verdaderamente productivos en específicas épocas del año. Dentro del sector terciario también estaría la educación, el mejor ejemplo de lo “provechosa” y “rentable” que ha sido la inversión español de los últimos tiempos (sobre todo en maestros sectarios de corte progresista).

Por último, tendríamos al sector de la construcción, especulación pura y dura y sobre el que ha girado la economía española de la última década y principal responsable de la situación actual.

Mapa industruial de España en 1974 - Pincha en la imagen para ampliar
¿Qué soluciones puede ofrecer un cualquiera como yo? Hipótesis y especulaciones, si, pero más que aquellos que ven la solución a la crisis en otorgar subvenciones a diestro y siniestro e incentivar el consumo (que me expliquen a mí cómo la gente que apenas tiene para comer va a consumir en ocio).

Antes que nada, un Estado corporativista tendría que nacionalizar la banca para poner la economía al servicio de la nación. El capital financiero está para servir a los españoles y no para que estos hipotequen sus vidas alimentando a las oligarquías banqueras.

Centrándonos en los diversos sectores económicos, pienso que se debería apostar por la incentivación del sector primario. Está claro que ya a nadie le apetece ocupar esos trabajos; excepto cuando hay crisis, época en la que aquellos que me acusan de “racista” y “extremista” dicen que los inmigrantes deben marcharse porque ya no hay empleo para todos. Una solución podría ser que el Estado se hiciera cargo de las explotaciones ganaderas, pesqueras y agricultoras, en colaboración con pequeñas y medianas empresas del sector. Otra medida a tener en cuenta podría ser que se destinara a grupos de personas a esas labores en épocas de cosecha, tarea que podría ser llevada a cabo por todos aquellos que objetaran al servicio militar obligatorio (en caso de que este volviera a hacerse efectivo) o por individuos que estén cumpliendo pena de cárcel (obviamente, los presos encargados de esas funciones no serían ni psicópatas, ni terroristas, ni violadores ni asesinos en serie; serían individuos que no supusieran un gran peligro para la población). Como última propuesta, también podría destinarse a las explotaciones agrarias a todos aquellos que necesiten comprender lo importante que es el trabajo para ganarse la vida (“en nuestra Patria no habrá sitio para los vagos”) o a los parados temporales que se hallen en la búsqueda de un empleo más cualificado.

Actividad agropecuaria, encuadrada en el sector primario

Una vez España fuera autosuficiente en materia económica, podría pasar a la mejora de la industrialización, cuyo gran objetivo sería fomentar a la industria española, ya que actualmente las pocas empresas de esas características residentes en España son extranjeras (aunque de todos modos, en el sistema actual el dinero va a parar a manos de particulares y no de las naciones). España necesita empresas nacionales dedicadas a la producción de vehículos, electrodomésticos y demás maquinaria. Repito que no podemos depender de productos venidos de fuera, ya que en cualquier conflicto político podríamos vernos perjudicados por ello.

En cuanto al sector terciario, no tenemos que poner todas nuestras expectativas en el turismo, aunque es bien cierto que tendríamos que fomentarlo más aún (por ejemplo, bajando los precios de museos y edificios importantes, y dando entrada gratuita en días especiales). ¿Y qué hacer con el sistema educativo, que actualmente se lleva mucho dinero y la mayoría es malgastado?. Obviamente, no podemos retirar las subvenciones a la educación pública. Pero si que tendríamos que permitir la expulsión definitiva de aquellos sujetos que no quieran ser educados y se nieguen a ser productivos para la nación. Sin embargo, antes de llegar a esa medida, dichos sujetos podrían ser enderezados con una educación estricta o su servicio en la explotación agraria, como he comentado anteriormente.

Aquellos maravillosos camiones PEGASO hechos en España por españoles
Finalmente, el sector de la construcción debería de ser nacionalizado, o al menos, puesto en manos de pequeñas y medianas empresas, para prevenir así la especulación y conseguir que únicamente se construyan las viviendas necesarias, además de evitar la construcción y compra-venta de viviendas que únicamente consigan esclavizar a sus propietarios por la posterior hipoteca bancaria.

En un Estado corporativista, empresas como la ACS de Florentino Pérez no tienen cabida, al igual que el Banco Santander, Inditex, PRISA o Rumasa. El destino de las grandes empresas de origen español tiene que ser el de su nacionalización y contribución a la economía nacional y el bienestar de todos los trabajadores españoles honrados.

Hace poco veíamos que el gobierno venezolano comunista de Hugo Chávez nacionalizaba el Banco Santander. Todo el mundo sabe mi poca “simpatía” por el comunismo… pero esa medida no me apena para nada; si acaso por los españoles que hayan perdido dinero por ello. Pero no puedo sentir ninguna lástima ante esa acción contra un capitalista español que lleva empleos hacia otros países para llevarse más plusvalías gracias a la mano de obra barata.

Caso diferente es el de las multinacionales, porque esas sí que no tienen más capital que el de sus dueños. Las grandes empresas que operan en un determinado país al menos pueden ser nacionalizadas, pero Coca Cola, Nike o McDonalds (por citar algunas) únicamente pueden ser eliminadas del mapa mediante la destrucción de la globalización (porque nacionalizar todas sus filiales sería muy difícil). Pero ese ya es otro tema del que se podría hablar largo y tendido…■

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