EL COLONIALISMO CHINO: ¿UN NUEVO ORDEN MUNDIAL?

RESUMEN DE UN DEBATE DE FORO IDENTIDAD, CELEBRADO EL 4 DE FEBRERO DE 2012

Asistentes: Carlos P, Daorino, De Lorenzo, GuAy, JDia, Mago M., Pablo de La Línea.
Duración: 11:10-13:10 horas.
Autor de esta síntesis: De Lorenzo

Es el conocido contertulio Daorino, robusto pilar de nuestra asociación, el encargado de hacer la introducción para el debate de hoy. Como es habitual, menciona y resume los textos recomendados, disponibles, como de costumbre, en nuestra página web. Lanza a continuación una interesante pregunta: ¿es China una alternativa real al dominio histórico de Estados Unidos? Habla seguidamente de la compra de deuda de terceros países por parte de China e identifica esta práctica como netamente usuraria. Práctica que relaciona con el capitalismo de estado o capitalismo marxista, advirtiendo no ver contradicción alguna en ello. Desarrolla este hilo y habla de la presencia masiva de multinacionales en China, de la explotación salvaje. Concluye con una pregunta de esas que van al fondo del problema: ¿el capitalismo internacional utiliza a China como base de operaciones, o China es un actor del capitalismo internacional?

JDia parece recoger parcialmente la línea de análisis inaugurada por Daorino y se plantea si las diferencias entre el bloque comunista y el capitalista son reales. Su tono nos informa de su escepticismo con respecto a estas supuestas divergencias. Goldman Sachs, dice, aconseja a las 13 familias más poderosas del mundo y, a la vez, califica la deuda de los estados. Añade la observación de que la globalización provoca que los productos de países sin estado de bienestar inunden el mercado de los países con estado de bienestar, deteriorando gravemente la economía de estos últimos. Él también tiene una pregunta que formular: ¿el capital chino, a quién pertenece, al estado o a determinada gente emparentada con las familias poderosas de Occidente?

De Lorenzo, enérgico, afirma, o más bien denuncia, que la división izquierda/derecha carece de sentido. Añade que la única división hoy significativa es la que hay entre los que están a favor de la globalización y los contrarios a la globalización. Señala, convertido ahora este tertuliano en un fenomenal despreciador, que la izquierda primero se hizo pasar por anti-globalización, pero pronto comprobó que eso no iba con ella, con un conjunto de ideologías tradicionalmente tan internacionalistas, y entonces se convirtió en alter-globalización, con una ridícula consigna añadida, la de que otra globalización es posible.

Mago M., tertuliano a la vez que moderador, aporta al debate el testimonio de un amigo suyo que recientemente ha visitado China, según el cual, la juventud de este país está obsesionada con lo occidental y exige consumo. Mago M. pone al lado de este testimonio su observación personal de que China no respeta los derechos humanos.

Daorino, visiblemente irritado, dice que los derechos humanos sirven para que el capital internacional se apropie de los recursos de otros. Sin derechos humanos China invade Europa y eso es lo que cuenta, afirma. Concluye con una exigencia: “hay que ponerse serios con China”.

A continuación JDia intenta centrar el tema advirtiendo de que la pregunta del foro de hoy es si Estados Unidos va a ceder la hegemonía mundial a China y a otros países emergentes, o no. Vuelve a su idea de que el capital mundial está en manos de muy pocas familias y de que este dato es clave para interpretar los fenómenos que ocurren.

De Lorenzo sigue una línea de análisis que parece creer convergente con las abiertas hasta el momento, y esto como otro intento de centrar el tema. Habla de una metodología para comprender y contextualizar las actuaciones de los gobiernos, consistente en estudiar si hay indicios de que un gobierno determinado es, o no es, mundialista. Las fuerzas globalizadoras quieren derribar a aquellos gobiernos y gobernantes que tengan auténtica base nacional, como podría ser el actual gobierno de Siria. Otro gobierno que parece tener, siquiera parcialmente, cierta base nacional es el de Rusia. El indicio está, según De Lorenzo, en su política demográfica, consistente en estimular la natalidad y frenar la inmigración, exactamente la contraria a la seguida por los gobiernos de España y de otros estados europeos, política esta última que es, dice este contertulio, de indudable cuño mundialista, señal de que estos gobiernos no tienen base nacional alguna y son meros instrumentos de las plutocracias mundialistas.

El tema se va centrando y ahora JDia habla por extenso de las familias y de sus estrategias e intrigas. Los Rothschild, por ejemplo, presionaron para crear Israel. Los Rockefeller, a su vez, emigraron a Estados Unidos. Se va viendo cómo las familias colocan a sus peones. Insiste en la relación de parentesco entre familias occidentales y élites chinas.

Mago M. niega parentesco alguno entre oligarquías chinas y occidentales. “No conozco esos datos”, dice con énfasis. Ante esto, JDia, como para ampliar su tesis, afirma que ciertos datos relativos a símbolos de la antigua realeza china, los emperadores, que él en este momento aporta, confirman la relación de parentesco entre las oligarquías occidentales y china.

Pablo de la Línea, ahora locuaz pero en absoluto procaz, se pregunta si es mala la globalización. Tras mostrar un cierto disgusto por nuestra historia, también se pregunta si se puede vivir sin competir y, aunque no lo dice expresamente, por su tono y por sus gestos parece entenderse que su opinión al respecto es que sí, que sería posible tal actitud.

Daorino, en este momento cargado de energía y pleno de fortaleza, exige que nos preocupemos de nosotros y no de los chinos o de los negros. Condena la caridad. “¿Por qué no voy a estar orgulloso de nuestra historia?”, exclama por fin.

Sucede a esto una rápida respuesta de Pablo de la Línea. “¡Que vengan medio millón de inmigrantes no es una operación de caridad!”, dice. Esta respuesta no se corresponde muy bien con los argumentos y afirmaciones de Daorino, y así se lo manifiesta JDia. También Daorino, que repite una y otra vez, dirigido a Pablo de la Línea: “rebáteme de lo que he hablado”. A continuación, Pablo de la Línea y Daorino se enzarzan en un cruce de acusaciones que aportan poco en lo que al debate se refiere, pero que informan a todos los que allí estaban reunidos, e incluso a los que se encontraran a una cierta distancia del sitio concreto de debate, del carácter eminentemente belicoso de estos dos contertulios. Se escucharon muchas cosas en este rifirrafe, entre ellas, de Daorino: “los asuntos que perjudican a los chinos son de ellos”, “me dan igual los derechos de los chinos” y “no tengo una mentalidad mundialista como la que tienes tú”. Todo esto ocurría además entre un intenso gesticular de ambos con las caras y un incesante movimiento de manos.

De Lorenzo, anímicamente impertérrito ante tanta gesticulación, mueca y voz, cree encontrar la aparentemente imposible convergencia entre estos dos vehementes tertulianos en la defensa de la autarquía. Daorino quiere independencia y soberanía, mientras que Pablo de la Línea quiere evitar la explotación; pues bien, la solución, dice De Lorenzo, está en la autarquía, empezando por la autarquía energética. España y Europa deben ser capaces de producir la energía que necesitan por sí mismas, mediante el recurso de las energías renovables. Es el mejor modo de que España y Europa se garanticen su independencia y de que, a la vez, no entren en relaciones de explotación con terceros. Suprimir o minimizar el comercio internacional es el modo más seguro de evitar explotaciones de pueblos por otros pueblos y guerras.

A JDia parece gustarle la propuesta de la autarquía y decide desarrollarla. Dice que hay que partir de una autarquía personal y, a partir de ahí, extenderla a otros ámbitos. Añade que en un mundo compuesto por estados que no se teman entre sí es posible la colaboración entre estados. De Lorenzo se muestra completamente de acuerdo con esto. “Para que haya colaboración entre naciones tiene que haber naciones”, dice. Cree que la colaboración puede venir de las transferencias de tecnología, teniendo siempre presente el principio del justiprecio y la preferencia por el trueque en los intercambios internacionales que se generen. Pablo de la Línea se muestra alborozado ante la idea del trueque.■

Frases célebres:
- De Lorenzo: La izquierda primero se hizo pasar por anti-globalización, pero pronto comprobó que eso no iba con ella, un conjunto de ideologías tradicionalmente tan internacionalistas, y entonces se convirtió en alter-globalización, con una ridícula consigna añadida, la de que otra globalización es posible.
- Daorino: Hay que ponerse serios con China.
- JDia: El capital mundial está en manos de muy pocas familias y este dato es clave para interpretar los fenómenos que ocurren.