PULP, una historia de Charles Bukowski


Hay historias con las que no puedes parar de reír y Pulp es una de ellas. Te desternillas por lo pintoresco de las situaciones, por lo macabro de ciertos personajes y mucho más, incluso a veces porque te sientes identificado con las inquietudes, ideas, vicios o acciones de algunos protagonistas. Así que si quieren meterse de lleno en una historia amena, léanse este libro porque al menos a mí no me ha defraudado. He de reconocer que es la única obra que he leído de Bukowski y que no puedo hacer un análisis exhaustivo de lo que él representa en su conjunto, pero si todo su bagaje es igual de imaginativo, de divertido y de trasgresor (al menos en el uso del lenguaje) deben tener razón cuando le ponen en el cajón de los escritores malditos; y lo de escritores malditos expresado como un halago, como un rango superior dentro de la literatura, incluso mayor a la categoría de NOBEL o a la de los escritores best-seller. Son escritores sin ningún tipo de remilgo o de restricciones del tipo moral o políticamente correcto, y cuando uno está por encima de todo eso puede hacer un verdadero arte, porque puede juzgar, ver los errores y los puntos débiles de la sociedad en la que se vive, de su familia, de su propia vida, etc., no tiene miedo de derrumbar los cimientos en los que se sostiene el mundo y los provoca, aunque eso implique su destrucción. Tal vez esté equivocado, pero así me imagino a un escritor maldito.

Bukowski ya me empieza a caer simpático hasta en la dedicatoria: dedicado a la mala escritura, escribe. Pero adentrémonos en Pulp, y más concretamente en Belane. Es el personaje central de la novela, un detective fracasado pasado de los cincuenta que se tira los días enteros bebiendo y venerando su miembro viril con prácticas solitarias. Se casó tres veces y se divorció tres veces, no tenía ningún duro y allí a donde iba siempre encontraba problemas, como si nadie le quisiera dejar tranquilo, él mismo sabía que su vida valía una mierda pero que ahí estaba, solamente esperando a que la muerte se le abriera ante los ojos para luego cerrárselos.

Un día le vinieron muchos casos y empezó un periplo que le relacionó con bellas mujeres, desde la Señora Muerte hasta con una extraterrestre, que con la apariencia de un pivón, en realidad era un gusano con un ojo realmente espantoso. La búsqueda de El Gorrión Rojo es la excusa para llevar a Belane por un camino que le conducirá al éxito, aunque a un éxito de dimensiones sombrías.

Pero esta novela no deja de tener su trasfondo filosófico y ético. Desde la soledad de Belane, hasta en el deseo de poseer a una mujer o una copa, o en la necesidad de tener éxito en la vida y en el trabajo, o en sus reflexiones sobre sus vidas matrimoniales anteriores y sobre su situación en el mundo, o en el perfil de su barriga y en su conciencia de vacío, de infelicidad y sobre todo de fracaso, etc., en toda esa desgracia en la que se ve envuelto aveces Belane llega a cotas insospechadas hasta para él mismo, hasta cotas de un verdadero filósofo, o aprendiz de filósofo, pero decidió ser detective. Era tan desgraciado en este mundo que solamente le podía querer o coger cariño un ser de otro mundo, y en cierto modo así fue.

No cuento nada más, creo que este libro merece leerse por el buen rato que te hace pasar. Así que si tienen la oportunidad, aprovéchenla, Belane solamente les cobrará seis dólares la hora. ■