TORO SALVAJE


Jake La Motta, el "Toro del Bronx", campeón mundial de los pesos medios en 1949, castigo de los legendarios Sugar Ray Robinson y Marcel Cerdan, orgullo de la comunidad italo-americana, es un buen exponente, casi un arquetipo, de un modo de estar en el mundo y de sus contradicciones. Atrapado en un universo inmigratorio, necesariamente fragmentario, miembro de una singular e idiosincrásica comunidad étnica, atrapada esta, a su vez, en el magma de una sociedad norteamericana de dirección anglosajona. Su figura es símbolo de la reafirmación étnica de su comunidad frente a la realidad de la descomposición cultural y anomia social crecientes que esta misma comunidad sufre. Italo-americanos, que viven su realidad nacional a medias como simulacro, a medias como espectáculo; este es el caldo de cultivo en el que la insultante degradación de la mujer llega a ser elemento de reconocimiento y de autorreconocimiento, realidad muy bien plasmada en esta película, en la que la censura hipócrita de la mentalidad wasp contra los excesos latinos queda perfectamente perfilada. Caldo de cultivo que explica también el papel de la Mafia como elemento organizativo de esta comunidad, en la cual llega a desempeñar hasta funciones judiciales, rompiéndose aquí el monopolio estatal de su impartición. Y es que es el propio desarraigo y caída del protagonista, auténtica trama argumental de la película, el mejor exponente microsocial de la evolución de su comunidad. ■