HEMANN HESSE SOBRE NIETZSCHE

-- Este texto y su comentario son extraídos de un blog llamado Grupo de Estudios Nietzscheanos, blog que podéis conocer en el siguiente enlace: http://www.grupodeestudiosnietzscheanos.blogspot.com/ ; Se trata de una de las colaboraciones de DAORINO con este grupo—


Un hombre de la Edad Media execraría todo el estilo de nuestra vida actual no ya como cruel, sino como atroz y bárbaro. Cada época, cada cultura, cada costumbre y tradición tienen su estilo, tienen sus ternuras y durezas peculiares, sus crueldades y bellezas; consideran ciertos sufrimientos como naturales; aceptan ciertos males con paciencia. La vida humana se convierte en verdadero dolor, en verdadero infierno sólo allí donde dos épocas, dos culturas o religiones se entrecruzan. Un hombre de la Antigüedad que hubiese tenido que vivir en la Edad Media se habría asfixiado tristemente, lo mismo que un salvaje tendría que asfixiarse en medio de nuestra civilización. Hay momentos en los que toda una generación se encuentra extraviada entre dos épocas, entre dos estilos de la vida, de tal suerte, que tiene que perder toda naturalidad, toda norma, toda seguridad e inocencia. Es claro que no todos perciben esto con la misma intensidad. Una naturaleza como Nietzsche hubo de sufrir la miseria actual con más de una generación por anticipado; lo que él, solitario e incomprendido, hubo de gustar hasta la saciedad, lo están soportando hoy millones de seres.

El lobo estepario. Hermann Hesse. Alianza, Madrid, 2004, págs. 27-28. (Texto seleccionado por Daniel Aragón Ortiz, Daorino).■


Cuando leí a Hesse por primera vez -me inicié con Siddharta- se me pusieron los pelos de punta, pero cuando me adentré en la oscuridad de El Lobo Estepario llegué al clímax, a una felicidad indescriptible que aún me estremece porque Hesse es, a mi parecer, un escritor que empatiza con el lector y que además posee una prosa bella y virtuosa manejada con sencillez.

El texto al que hago referencia, que está un poco más arriba, puede hablar de dos hombres, del hombre que está adelantado a su tiempo y del hombre que, por el contrario, se pierde en el tiempo, aquel que se resiste a nuevas oleadas de cambios. Nietzsche fue uno de esos hombres conservadores en contra de la modernidad, así es mi modo de verlo; aunque también se adelantó a su tiempo, y por lo tanto Nietzsche tiene un problema temporal más serio, no solamente estaba encerrado entre dos épocas, sino que ESTABA PERDIDO EN EL TIEMPO, EN LA HISTORIA.

«La vida humana se convierte en verdadero dolor, en verdadero infierno sólo allí donde dos épocas, dos culturas o religiones se entrecruzan».

Pero si estar perdido entre dos épocas es doloroso, ¿no es más doloroso estar perdido en cualquier época, en la historia, en el tiempo, saber que no existe tu lugar en la vida de los hombres? Visto así, el sufrimiento de Nietzsche es inefable e inextricable.

Pero puede haber una interpretación mucho más acertada. El hombre que se encuentra encerrado entre dos épocas o entre dos estilos de vida y que por lo tanto tiene que perder toda naturalidad, toda norma, toda seguridad e inocencia, puede ser aquel ser que se ve enredado y convulsionado por los cambios irreparables de la historia, esos puntos que parecen no formar parte de período alguno, esas transiciones que igual tienen como que no tienen nombre y que son como vacíos de tiempo: son los puntos que anuncian el cambio de verdad, como las revoluciones, los cambios de gobierno, las guerras… Aquel que sufrió la Revolución francesa, por ejemplo, se vio encerrado entre dos épocas, entre el antiguo régimen feudal y conservador y el nuevo régimen galopante, liberal y “emancipador”. Ese punto vacío entre dos épocas es la bisagra de la historia, en él no hay antes ni después, antes de él está el pasado y después una nueva página, el futuro.

«Hay momentos en los que toda una generación se encuentra extraviada entre dos épocas, entre dos estilos de la vida, de tal suerte, que tiene que perder toda naturalidad, toda norma, toda seguridad e inocencia».

¿Pero por qué ha de perder el lobo estepario toda naturalidad, toda norma, toda seguridad e inocencia? Pues porque un hombre que está fuera del mundo, de cualquier período, del tiempo y de la vida y que vive para sus adentros y en sí mismo, donde el techo que habita son los propios límites de su cuerpo, no es un hombre al uso, sino un ser que se enfrenta solitario al mundo y a la vida de los hombres, cuya comprensión es a veces complicada y que solamente se explica, como diría Woody Allen, por irracionales e ilógicas.■