EL CIELO SOBRE BERLÍN: UNA MIRADA FILOSÓFICA A LA VIDA...


Pocas películas me han ahondado realmente, EL CIELO SOBRE BERLÍN del director Win Wenders, que ha abordado también films como Paris-Texas o Million Dollar Hotel, es una de ellas. Pero quisiera hablar sobre la primera. Es apasionante desde el principio, tiene un ambiente agobiante (pero atrayente) y un trasfondo poderoso y enérgico. En la película se ahonda en las personas, en el sufrimiento, y para ello el director utiliza la voz en off, pero no como palabras introductorias, sino como pensamientos; lo apasionante de la película es que Win Wenders nos quiere meter dentro de las personas, quiere que compartamos el sufrimiento de cada una de ellas, toda la agonía y toda la insensatez e ilógica realidad que nos rodea. Para ello se sirve de un contexto único: la posguerra alemana.
En sí misma CIELO SOBRE BERLÍN es una película atrevida, tanto por su contenido filosófico como por el elevado grado de madurez que exige la película. Entender lo que mueve a los hombres, entender lo que es el deseo, que hay cosas superiores a nosotros y que la mayoría se nos escapan... son claves de la película. Pero lo realmente hermoso, la guinda de la película, es que te muestre que en el fondo, por mucho que nos duela, lo que mueve el mundo es el AMOR, el DESEO, el poder TOCAR, VER, SENTIR, incluso MENTIR, DIFERENCIAR, CHARLAR, NO SABERLO TODO; y por todo eso vale la pena cualquier sacrificio, hasta perder la inmortalidad.
A mi modo de ver el cine, El Cielo sobre Berlín es un trabajo filosófico con mayúsculas, una de esas creaciones que no requieren de la escritura: con el cine nos encontramos ante una dimensión filosófica distinta, ya no es necesaria en exclusiva la letra, sino que el cine, la música... cualquier expresión artística puede dar pie a un énfasis filosófico. La película que aquí se comenta no es solamente creada por una mente cuya formación es filosófica, sino que para ella se requiere una madurez especial, una sensibilidad más evolucionada... requiere de la visión de aquellos que no se quedan entre luces y sombras, sino la de aquellos que bailan entre ellas, entre esos contrastes lumínicos, para ahondar en lo más profundo del ser y de la vida.