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F O R φ ι D E N T I D Λ D - Debate celebrado el sábado, 12 de junio de 2010


MEMORIA HISTÓRICA
Segunda República
(1931-2010)
Fuente original



RESUMEN:


ASISTENTES AL DEBATE Y OTROS DATOS

Debate organizado por Foro Identidad y celebrado el 12 de junio de 2010.

Asistentes:
Carlos P, Daorino, De Lorenzo, TRIV, GuAy, JRam, JuCab, JDia, JuVac, Mago M, Pablo de La Línea.

Autor de esta síntesis:
De Lorenzo

Duración: 11:00-13:45 horas


Comienza el debate de Foro Identidad con la lectura de sendos textos relacionados con el asunto de discusión. Ambos son creaciones originales de dos miembros de Foro Identidad. Esta asociación ofrece la posibilidad a sus miembros, y a los asistentes habituales a sus debates, de leer un escrito propio o de otro, siempre y cuando esté relacionado con el asunto a tratar y cuya declamación no exceda de diez minutos.

El primero de los textos se llama “Cuestión de rigor y método”. Supone un breve ensayo de carácter metodológico que a nadie deja indiferente. Aquí se habla, entre otras cosas, de la importancia del lenguaje como mediador entre la realidad y la comprensión de la misma por nosotros y de la necesidad de tener siempre presente este factor a la hora de acercarnos a la realidad.

El segundo es un escrito que el autor del mismo califica como conciliador. Se titula “Segunda República… ¡presente!” y la idea principal que transmite es la necesidad de abandonar viejas discusiones acerca de viejos asuntos (Segunda República, Guerra Civil y Franquismo) y de centrarse en los problemas de hoy día. También se desvela en este escrito el motivo del título del debate de hoy: Segunda República (1931-2010); y es que en el discurso público de más de un líder político parece que la Segunda República siguiera presente. Tras su lectura se abre una polémica acerca del carácter conciliador o no del mismo y con esto da comienzo el debate propiamente dicho.

Un contertulio manifiesta su conformidad con todo lo expresado en el segundo texto. Atribuye el origen de la Guerra Civil a la proclamación, en la calle, de la Segunda República el 14 de abril de 1931. Comenta igualmente la influencia soviética en el origen de semejante régimen. Afirma que los españoles fueron ingenuos al dar carta blanca a unos políticos de los que no se sabía el camino que iban a tomar. De esta manera, según este análisis, sin república no habría habido ni guerra ni dictadura. Propone avanzar hacia una democracia al estilo de Estados Unidos, es decir, presidencialista y con una efectiva separación de poderes y cerrar el capítulo de la Guerra Civil cuanto antes. Finaliza esta interesante intervención con una inquietante advertencia: hoy soportamos una constitución con un sistema autonómico que es un tremendo error y que puede conducirnos a un enfrentamiento entre los distintos territorios de España.

Esta intervención genera la réplica de otras tres. La primera insiste en la necesidad de tener presente la historia, sobre todo la más reciente, al objeto de que no se repita. También duda este participante de la existencia real de la izquierda y la derecha. La segunda, crítica con el segundo texto y con la primera intervención suscitada por éste, propugna la necesidad de estudiar el período histórico con desapasionamiento. A la vez que se discute la realidad del dato aportado de que la Segunda República se proclamó en la calle, se señala a la Iglesia Católica como grupo que se opuso abiertamente a este régimen desde el primer momento, aliándose con los sectores económicos más reaccionarios. También discute que la Segunda República surgiese bajo la influencia soviética; sí aparece, dice, como reacción a la Restauración, que mantenía al pueblo en el analfabetismo y en la necesidad. Concluye con la afirmación de que existía una estrategia programada de generar terror por parte de los militares sublevados en 1936. La tercera sostiene que si el asunto estuviera bien explicado no habría tanta pasión. Y así introduce como elementos explicativos de algunos hechos la importancia del analfabetismo y lo manipulables que eran las masas por parte de los políticos. Éstos insertaron en las clases populares la idea de que había que arrasar con todo aquello que no fuera ellos mismos.

Otro participante hace aquí una inflexión, que califica de psicológica. Manifiesta que todas las posturas expuestas tienen su parte de razón para añadir que, al igual que a una persona que en su desarrollo está demasiado preocupada por su pasado le ocurre que no tiene alegría para construir su futuro, a un pueblo le puede ocurrir lo mismo.

A continuación, un contertulio reivindica al historiador Stanley Payne. Añade que al hablar de este tema hay que considerar que la Segunda República perdió la guerra pero ganó la batalla de la propaganda. Replicando a una opinión anterior, afirma que la población española del momento no era tan ignorante como se ha dicho. Además, continua, el país se había desarrollado, como consecuencia de su neutralidad en la Primera Guerra Mundial y el comercio con las potencias beligerantes. Termina con la afirmación de que los defectos de la constitución republicana sumados a la falta de capacidad de reacción de los dirigentes republicanos fueron los responsables de la Guerra Civil.

Otro participante realiza una breve intervención que abunda en la línea del anterior. Insiste éste en el error por parte de las autoridades republicanas, influidas por la opinión de Largo Caballero, de armar a las masas, de la constitución de las milicias populares. Hizo que la inseguridad fuera absoluta. Añade que convertir a toda esa gente en gente maravillosa es el truco de la memoria histórica.

A continuación un contertulio destaca que hablar de todo esto provoca catarsis. También que tal hablar ha parado, se ha dejado pendiente y hay que continuar con ello. Esta opinión es contestada por otro. Éste afirma que no ha tenido lugar tal catarsis y que en su lugar solo se ha hecho una historia muy concreta, la de los vencedores.

Un tertuliano que no había intervenido hasta el momento marca aquí otro punto de inflexión. Señala éste el carácter de oportunismo político que ha tenido, de hecho, todo este asunto de la memoria histórica. Aprovechando cierto ambiente cultural favorable propiciado por la producción cinematográfica española y apelando al resentimiento y a los bajos instintos de las masas, ciertos marxistas, por tanto tributarios de la forma más lograda de sadismo político, imbuidos de su proverbial hipertrofia de legitimidad han colocado la memoria histórica en el centro del discurso político. También incide este contertulio en el exacerbado legalismo de los memorialistas a la hora de exigir condenas del golpe de estado militar de 1936, que contrasta con su olvido del intento de subversión del orden republicano en 1934, protagonizado precisamente por el PSOE. Tal legalismo, insiste, no existe en política, como se ha visto en el proceso de aprobación del Tratado de Lisboa, en el que Irlanda se ha visto obligada a repetir su voto negativo y convertirlo en positivo, tal y como dictaba el poder real y nada democrático que impera en la Unión Europea.

A continuación, otro participante, a partir de un análisis fisonómico de algunos de los tertulianos lanza una interesante hipótesis. La gente de izquierda es especialista en establecer una dictadura mental y en calificar negativamente cualquier idea que no vaya en su línea, se afirma. Se basa para esto, entre otras cosas, en la observación de los rostros de algunos participantes y en las miradas que lanzan a otros contertulios ante intervenciones con las que no parecen coincidir. Insiste en el resentimiento natural de la izquierda, un indicio de lo cual ve en el hecho de que la Ley de Memoria Histórica fuera aprobada un 20 de noviembre (de 2002).

Otro tertuliano complementa esta observación con otra: la gente de izquierda es muy habilidosa y, con el vocablo memoria histórica, ha ligado la memoria, que es ante todo un proceso psicológico, con la historia, que remite a un análisis documentado. Son, por tanto, dos cosas muy distintas.

Tras esta afirmación, otro participante advierte a los presentes acerca de la actitud de confiar demasiado en las ideologías y en los políticos profesionales al uso en estos tiempos. Pues, se dice, que tal y como sostenía Maquiavelo, predomina lo malo, en los políticos y en la gente. Los políticos y los grupos de presión, distintos intereses económicos y sociales minoritarios, son los que controlan el poder y terminan decidiendo. Hay que tener mucho cuidado con cierta tendencia a creer en la buena voluntad de determinadas ideologías y políticos. Un ejemplo de lo que se dice sería la existencia en España, territorio relativamente pequeño y homogéneo, de 17 autonomías. ¿Para qué sirven? Sobre todo, se añade, para alimentar las ansias partitocráticas de puestos públicos, en los que los pésimos de cada sitio medran sin trabajar. Ante esto, otro contertulio propone, para prevenir precisamente estas amenazas, hablar, a partir de ahora, en nuestro debate, en términos científico-racionales.

Frases célebres:
- De Lorenzo: el marxismo constituye la forma más lograda de sadismo político.
- Daorino: mirando vuestras caras puedo ver el resentimiento propio de la gente de izquierda.

F O R φ ι D E N T I D Λ D - Debate celebrado el sábado, 29 de mayo de 2010


MEMORIA HISTÓRICA
¿Es la historia una falsificación?



RESUMEN:

Como viene siendo habitual, comienza el debate de Foro Identidad con la presentación de los textos seleccionados para el mismo. Uno de ellos consiste en una entrevista a Pierre Nora. El introductor comenta que éste es un historiador judeofrancés, creador y director de la revista Le Débat, perteneciente a la tercera generación de la Escuela de los Annales, la más importante escuela historiográfica de Francia y, posiblemente, de Europa. Es, igualmente, el cogenerador de la corriente historiográfica Nouevelle Histoire, una historia de las mentalidades, entendidas como representaciones colectivas y estructuras mentales de las sociedades. En lo que respecta al tema de debate de hoy, es el teorizador primigenio del concepto de memoria histórica. Lo ha hecho sobre todo mediante su obra en tres volúmenes Les lieux de Mémoire, dónde plantea una geografía sentimental de la nación francesa. Aquí transmite la historia de una nación a través del presente, rompiendo así con el hábito cronológico habitual. A continuación, pasa a leerse un fragmento de la entrevista valorado como altamente significativo para tratar el problema que nos ocupa:

«Memoria e historia funcionan en dos registros radicalmente diferentes, aun cuando es evidente que ambas tienen relaciones estrechas y que la historia se apoya, nace, de la memoria. La memoria es el recuerdo de un pasado vivido o imaginado. Por esa razón, la memoria siempre es portada por grupos de seres vivos que experimentaron los hechos o creen haberlo hecho. La memoria, por naturaleza, es afectiva, emotiva, abierta a todas las transformaciones, inconsciente de sus sucesivas transformaciones, vulnerable a toda manipulación, susceptible de permanecer latente durante largos períodos y de bruscos despertares. La memoria es siempre un fenómeno colectivo, aunque sea psicológicamente vivida como individual. Por el contrario, la historia es una construcción siempre problemática e incompleta de aquello que ha dejado de existir, pero que dejó rastros. A partir de esos rastros, controlados, entrecruzados, comparados, el historiador trata de reconstituir lo que pudo pasar y, sobre todo, integrar esos hechos en un conjunto explicativo. La memoria depende en gran parte de lo mágico y sólo acepta las informaciones que le convienen. La historia, por el contrario, es una operación puramente intelectual, laica, que exige un análisis y un discurso críticos. La historia permanece; la memoria va demasiado rápido. La historia reúne; la memoria divide».

Esta lectura suscita la primera intervención. Un contertulio sostiene que Pierre Nora hace de la historia algo demasiado ideal, cuando realmente la historia se alimenta de la memoria. La historia es tan falsificable como la memoria. Precisamente, por ser científica, puede estar adulterada. La memoria, subjetivamente, puede ser verdad y somos subjetividad, mejor o peor constituida, concluye.

Otro tertuliano precisa que la memoria es una fuente que el historiador no puede desdeñar. La historia se basa en el acontecimiento y la memoria es un acontecimiento. Complementando esto, un tercero añade que memoria e historia se retroalimentan. La historia se basa en textos escritos y eso es memoria. La historia consiste en enfatizar en los hechos que nos interesan y no es hasta el siglo XIX cuando la historia deja de ser el mero elogio del gobernante.

Dentro de este cúmulo de rápidas reacciones que ha generado la lectura de aquel fragmento, un cuarto contertulio, respondiendo a estos puntos de vista, llama la atención hacia el hecho de que la historia establece filtros para las fuentes, al objeto de garantizar su autenticidad como fuente y su fiabilidad, referida esta última al autor de la fuente. También señala que este camino que ha tomado el debate nos lleva directamente a una discusión acerca del método histórico. Y que, desde este momento, es conveniente establecer una clara dicotomía entre la historia como tal, destinada a eruditos y gente más o menos culta, y la creencia popular acerca del pasado, que hoy es elaborada por el cine, por libros de carácter no histórico (científicamente hablando) y por otros elementos de similar calidad histórica ínfima.

En un sentido más general, otro participante sostiene que la historia es puramente documentación de hechos. Añade que esto no lo puede hacer una sola persona sino que debe ser producto de varias corrientes historiográficas. La historia es algo muy distinto de la memoria histórica y hacer pasar a la segunda por la primera es un fraude. La memoria histórica la hacen determinadas personas, bandos o partidos y con una vocación claramente instrumental. Prosigue con la denuncia de la llamada ley de la memoria histórica en España, que tiene, según él, mucho de revancha y de intencionalidad política. Concluye con la afirmación de que la historia nunca podrá ser una ciencia, al ser descripción de hechos vividos, a la cual se transmite la propia estructura mental. Vemos como en el debate se distinguen tempranamente dos grupos: el de aquellos que consideran absolutamente incompatibles, en lo referente al conocimiento, historia y memoria histórica, y que se decantan por la historia como único camino verídico de conocer el pasado, y el de aquellos otros que ven cierta complementariedad entre ambas e incluso cierta preeminencia analítica de la memoria histórica sobre la historia.

Esta intervención es rápidamente respondida por otro tertuliano. Considera éste que la memoria histórica es una memoria social. Sostiene además que no existe revanchismo alguno en el caso expuesto. Afirma, por último, que la memoria histórica, al ser individual y subjetiva, podría ser positiva para el hombre, al no ser tan pesimista como la historia.

Esta respuesta es seguida por una réplica por parte del contertulio aludido. Un fenómeno humano visto a distancia no parece ser el mismo fenómeno, manifiesta. Si queremos exigir objetividad histórica no podemos atender a la memoria histórica de sus diferentes protagonistas. La historia debe ser hecha por profesionales, señala, para concluir que lo fundamental es separar memoria histórica de historia.

En este momento se produce la aportación de un participante recién llegado de un viaje a Alemania. Impregnado aún de sus recientes experiencias, afirma que memoria histórica es una expresión que ha triunfado, pero básicamente en España. En Alemania no se habla de memoria histórica, es algo por lo que la gente no tiene el más mínimo interés. Concluye denunciando que en España existe una manipulación de la memoria histórica.

A continuación, otro tertuliano considera pertinente introducir en el debate un texto del filósofo francés Alain de Benoist, correspondiente a su obra Comunismo y nazismo. 25 reflexiones sobre el totalitarismo en el siglo XX (1917-1989). Por su interés extremo es reproducido aquí:

«La comprensión del pasado no puede efectuarse desde el horizonte del juicio moral. En el terreno de la historia, la moral se condena a la impotencia, porque se basa en la indignación –definida por Aristóteles como una forma no viciosa de envidia–, una indignación que, al proceder mediante el descrédito, impide el análisis de lo que desacredita. La descalificación por razones de orden moral –escribe Clément Rosset– permite evitar todo esfuerzo de la inteligencia para entender el objeto descalificado, de forma que un juicio moral traduce siempre un rechazo de analizar e incluso un rechazo de pensar».

Frente a lo que se sostiene en el texto, un participante afirma que el historiador debe valorar todas las versiones existentes del acontecimiento y que la historia oficial, realmente, no recoge las historias de sus protagonistas. Concluye con la aseveración, a modo de ejemplo, de que en España falta condenar el golpe de Estado contra la República en 1936.

Como viene siendo frecuente en este debate, tal afirmación encuentra pronta respuesta. Se sostiene ahora, por parte de otro contertulio, que el golpe de Estado de 1936 fue un golpe contra un desorden constitucional. Insiste en que la historia no puede ser una memoria, y que se necesita acreditar aquello que se dice.

Otro participante tercia ahora en esta discusión. Incide en el hecho de que la memoria, en sí misma y abarcando también ámbitos no históricos o políticos, es engañosa. También señala que la memoria histórica se ha utilizado por una parte del poder político para la lucha política. Respondiendo al contertulio viajero, observa que Alemania es un caso particular de negación de la historia y de falsificación de la misma por parte de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, con sus instrumentos de represión militar e ideológica.

El viajero añade que es complicado comprender cómo aún no se ha llegado a entender bien la historia de España, particularmente lo relacionado con la Segunda República y la Guerra Civil. Recomienda leer la obra La Guerra Civil Española, de Hugh Thomas.

Un crítico de la memoria histórica vuelve a la carga. La historia no puede ser descrita por ninguno de los bandos, que aportan su propio interés y su ideología, falsificando así la historia. Añade la interesante reflexión de que los cuadros de los partidos políticos de izquierda son, en general, incultos. Ignoran la historia y sólo les interesa la ideología y la toma del poder. Señala, por último, como Levi-Strauss sostiene que la historia debe ser interdisciplinar y basada en documentos, modo de garantizar su rigor y veracidad.

Termina el debate con una intervención en la que se plantea el problema de la historia entendida como elemento de poder. Observa este contertulio como la historiografía marxista hace esto con buena conciencia, fruto sin duda del sentimiento de legitimidad hipertrofiado que acusan los marxistas y, en general, toda la izquierda. Sentimiento de legitimidad absolutamente injustificado, añade. Se señalan en la cuestión que nos ocupa dos problemas. Uno el de utilizar la memoria histórica como sustituto de la historia, pero haciéndola pasar por historia y con una intencionalidad de lucha política. Otro utilizar los medios de comunicación de masas para difundir una historia falsificada pero que, gracias al carácter precisamente masivo de estos medios, a su capacidad de difusión, termina por imponerse como verdad, al menos para el pueblo.

Autor de esta síntesis: De Lorenzo

EL FEMINISMO COMO MEDIO PARA LA DESTRUCCIÓN DE LA FAMILIA

por David Duke


Simultáneamente con el sacrificio de nuestra nación en el altar de un imposible igualitarismo racial, apareció la promoción de la igualmente ficticia idea de la "igualdad" sexual. A las mujeres se les dijo que eran psicológicamente iguales que los hombres pero que eran socialmente condicionadas por su entorno para ser esposas y madres en vez de ser investigadoras científicas y capitanas de industria. No solamente las "liberadoras de las mujeres" trataron de convencerlas de que criar y cuidar a la siguiente generación era menos importante que sudar en una cadena de montaje o trabajar en el último rango de una serie de ejecutivos, sino que aún fueron más lejos al menospreciar el papel de esposa y madre.

Freud también contribuyó a la destrucción de la familia con su respaldo a la supuesta liberación de la promiscuidad sexual. Una de las más arraigadas características de Occidente ha sido siempre la importancia dada al parentesco, contrariamente al Tercer Mundo. Freud y sus proveedores judíos de psicoanálisis enfrentaron al sexo con el amor y justificaron la destrucción de la unidad familiar con pretextos tales como una gratificación sexual insatisfactoria.

La liberación de la mujer ha reestructurado completamente a la familia americana, porque la mayoría de esposas y madres han sido forzadas a entrar en el mercado laboral por los nuevos standards económicos, limitando así las opciones de las que hubieran preferido ocuparse de su hogar. Muchos investigadores dicen que la creación de millones de madres "trabajadoras" ha tenido un efecto desastroso en la estabilidad familiar y en el desarrollo de los niños. El resultado ha sido que muchas mujeres están ahora luchando como único sustento para ellas y sus hijos, y las que forman parte de una familia biparental, a menudo se encuentran estresadas y debilitadas por tener que realizar el tradicional trabajo de las mujeres en el hogar y trabajar ocho horas diarias fuera de él.

SUPREMACISMO JUDÍO (El poder judío en la sombra), por DAVID DUKE. Ediciones Ojeda, Barcelona, 2007. Pág. 140

La colonización de Europa por parte de los musulmanes

por León Riente,

El discurso dominante y políticamente correcto está plagado de mensajes sobre lo beneficioso que es el multiculturalismo. Son los musulmanes una de las recientes comunidades llamadas a formar parte de la maravillosa sociedad multicultural que se nos impone en Europa y, como tal, sujeto de exaltación y parabienes por parte del poder y de sus altavoces. Sabemos mucho, no todo, de los proyectos para los musulmanes en Europa por parte de la oligarquía que ahora ocupa el poder. Pero, ¿qué sabemos de los proyectos para Europa de los musulmanes? Esto nos interesa porque la defensa de Europa no se hace con fábulas y mentiras acerca de la bondad de la “religión de la paz”, como la califican repetidamente los adalides del multiculturalismo.

No es el objetivo aquí entrometerse en creencias y prácticas religiosas ajenas y muy respetables en principio. Por lo tanto, no hay aquí lugar para un análisis de la religión musulmana en tanto religión. Pero el Islam no es meramente un conjunto de creencias, dogmas y prácticas religiosas, es también, y muy destacadamente, una comunidad de civilización (umma o comunidad de los creyentes), ahora tendencialmente expansiva, tanto demográfica como social y políticamente. El Islam tiene instrumentos suficientes en su tradición y en su historia para organizar una sociedad según sus parámetros particulares, y lo hace allí donde deviene mayoritario. Es por esto y en este sentido en el que nos interesa el Islam. La separación entre lo religioso y lo social y político es ajena absolutamente al Islam y la preponderancia del Islam y de los musulmanes en las sociedades que dominan es total. Lo no islámico en estas sociedades es, en el mejor de los casos, tolerado. Así, históricamente y en la actualidad, tanto ideas y organizaciones políticas, como entidades sociales y creencias y prácticas religiosas están controladas y reguladas por las normas islámicas allí donde los musulmanes gobiernan. El Islam también se entromete en el modo de vida de la gente. Los no-musulmanes, aún cuando sean nativos del país, son relegados de la vida política y social del país. No pueden ejercer cargos públicos que comporten autoridad o jurisdicción sobre los musulmanes. Las otras dos religiones monoteístas, cristianismo y judaísmo, son solamente admitidas con restricciones allí donde el Islam ha establecido su modelo social, y esto a condición de que renuncien a hacer proselitismo. Está prohibida la edificación de nuevas iglesias o sinagogas. Situación que, por otro lado, contrasta con la activa acción propagandística del Islam en nuestras sociedades, subvencionada incluso por el estado. ¿Cómo olvidar las machaconas demandas de una asociación musulmana para ocupar una parte de la catedral de Córdoba, antes mezquita, pero antes, interesadamente obviado, templo cristiano visigodo? El paganismo, el agnosticismo y el ateísmo son, con mayor o menor intensidad, perseguidos en las naciones musulmanas, aún a día de hoy. El Corán prohíbe al creyente amigarse con cristianos, judíos y paganos, por considerarlos impuros. Esa es la realidad que el discurso políticamente correcto niega u oculta. Todo esto no nos debería interesar mucho como europeos si no fuera por el hecho de que el Islam se extiende por Europa como una mancha de aceite.

En contra de la opinión interesadamente difundida por las élites políticas, sociales y económicas, los musulmanes como grupo étnico en Europa no son un sujeto pasivo que entra de buena gana a conformar una sociedad multicultural presidida por un pretendido pluralismo. Antes bien, poseen un plan, una estrategia dictada por el Islam sobre qué hacer en un caso como el actual. De este modo, la tradición musulmana señala tres tipos de situaciones, que se diferencian por el distinto poder que el Islam ha alcanzado en cada una, y establece cuál es la que el buen musulmán debe perseguir y cómo debe hacerlo, elemento este último que se adapta a las circunstancias.

El territorio de Dar al-Islam (casa del Islam) está constituido por el conjunto de naciones para las que el Islam es la religión de estado. Corresponde a la descripción hecha arriba de una sociedad donde el Islam se hace mayoritario.

Para el Islam, toda alteridad religiosa se traduce en enemistad política y militar. La paz para el Islam es posible sólo mediante la conversión del infiel al Islam. No existe espacio en el estricto monoteísmo del Islam para la pluralidad religiosa en condiciones de igualdad. Por tanto, el territorio bajo control de los no-musulmanes es Dar al-Harb (casa de la guerra). Únicamente relaciones de guerra pueden existir lícitamente entre los territorios musulmanes y los no musulmanes.

Sólo puede haber una excepción a la situación de guerra entre musulmanes y no-musulmanes según el Corán. Hacemos referencia al Dar al-Sulh (casa de la tregua). Esta situación se justifica en la coyuntura política y militar y en la posibilidad de continuar la yihad por otros medios. Es la situación de la Europa actual. Dada el carácter minoritario, aunque creciente, de los musulmanes, y dada la inferioridad militar de Dar al-Islam, esta tregua permite continuar la yihad mediante el arma de la propaganda y la edificación de más y más mezquitas en nuestro suelo. La evolución demográfica, favorable para los musulmanes, hará el resto. Requiere de una actitud de cierto disimulo por parte de los musulmanes y ahí es donde encajan estas declaraciones que se oyen frecuentemente, tanto por parte de líderes musulmanes como de colaboracionistas europeos, acerca de la posibilidad de una Islam laico, europeizado. Esta actitud de simulación tiene base en la tradición musulmana y se denomina taquiya. Una situación inédita en la historia resulta de la constatación de que la yijad está siendo financiada por las propias víctimas incluso antes de ser sometidas. Es de sobra conocida la financiación pública que recibe la propaganda islámica bajo la coartada de los Derechos Humanos, la libertad religiosa y la satisfacción de los supuestos derechos de las minorías. No es ajena a esta rendición ideológica y política la difusión, por parte de determinadas fuerzas de carácter internacional, de cierta mala conciencia entre los europeos, camino infalible para el etnomasoquismo y la xenofilia que nos azotan.

Los líderes musulmanes, sabedores del manifiesto colaboracionismo de las élites europeas, y del estado de decadencia profunda del pueblo, no dudan en explotar esta situación. El victimismo musulmán no conoce límites, mientras, en términos generales, allí donde dominan los musulmanes no guardan el más mínimo respeto por la condición política, social y religiosa de los no-musulmanes.

PAGANISMO

por Alain de Benoist

Si se admite que algo es grande, dice Heidegger, «entonces el comienzo de esa grandeza resulta ser lo más grandioso». Evidentemente, el paganismo en la actualidad supone en primer término, una cierta familiaridad con las religiones indoeuropeas antiguas, su historia, su teología, su cosmogonía, su simbolismo, sus mitos y mitemas de los que se componen. Familiaridad en el saber, pero también familiaridad espiritual, familiaridad epistemológica, y aunque también familiaridad intuitiva. En efecto, no se trata únicamente de acumular conocimientos sobre las creencias de las diferentes provincias de la Europa pre-cristiana (ni por otra parte ignorar lo que pueda distinguirlas, a veces profundamente, a las unas de las otras), sino sobre todo identificar en estas creencias la proyección, la transposición de un cierto número de valores, que como herederos de una cultura, nos pertenecen y nos conciernen directamente. (Lo que lleva por consiguiente a reinterpretar la historia de los dos últimos milenios como el relato de una lucha espiritual fundamental).

Es ya una tarea considerable. No solamente las religiones de la Europa antigua no le van a la zaga al monoteísmo en cuanto a su riqueza o su complejidad espiritual teológica, sino que incluso se puede considerar que le superan muy a menudo en este terreno. Que le superen o no, no es por otra parte lo más importante. Lo que es importante, es que nos hablan -y yo, por mi parte, obtengo más enseñanzas de la oposición simbólica de Jano y Vesta, de la moral de la Orestíada o del relato del desmembramiento de Ymir, que de las aventuras de José y de sus hermanos o de la historia de la muerte abortada por Isaac. Más allá de los propios mitos, conviene buscar una cierta concepción de la divinidad y de lo sagrado, un cierto sistema de interpretación del mundo, una cierta filosofía. B. H. Lévy se remite al monoteísmo, aunque declara que no cree en Dios. Nuestra misma época es profundamente judeocristiana, aunque las iglesias y sinagogas se vacíen; lo es por su forma de concebir la historia, por los valores esenciales a los que se refiere. Por el contrario, no hay necesidad de «creer» en Júpiter o en Wotan -a pesar de que no es más ridículo que creer en Yavé- para ser pagano. El paganismo, hoy en día, no consiste en edificar altares a Apolo o en resucitar el culto a Odín. Implica, por el contrario, buscar detrás de la religión, y siguiendo un esquema ya clásico, el «utillaje mental» del que es producto, a qué universo interior hace referencia, y qué forma de aprehensión del mundo traduce. En definitiva, implica considerar a los dioses como «centros de valores» (H. Richard Niebuhr), y las creencias de las que son objeto como sistemas de valores: los dioses y las creencias pasan, pero los valores permanecen.

Es decir, que el paganismo, lejos de caracterizarse por una negación de la espiritualidad o un rechazo de lo sagrado, consiste por el contrario en la elección (y la reapropiación) de otra espiritualidad, de otra forma de lo sagrado. Lejos de confundirse con el ateísmo o con el agnosticismo, establece entre el hombre y el universo una relación fundamental religiosa -y de una espiritualidad que se nos aparece como mucho más intensa, grave y fuerte que la reclamada por el monoteísmo judeocristiano. Lejos de desacralizar el mundo, lo sacraliza en el sentido estricto, y es precisamente por esto, ya lo veremos, por lo que es pagano. Tal como escribe Jean Markale, «el paganismo no es la ausencia de Dios, la ausencia de lo sagrado, la ausencia de lo ritual. Más bien al contrario, es, a partir de la constatación de que lo sagrado ya no está en el cristianismo, la afirmación solemne de una trascendencia. Europa es más pagana que nunca cuando busca sus raíces, que no son judeocristianas» (Aujourd´hui, l´esprit païen? , en Marc Smedt, ed., L´Europe païenne, Seghers, 1980, p. 16).

El sentido de lo sagrado, la espiritualidad, la fe, la creencia en la existencia de Dios, la religión como ideología, la religión como sistema y como institución son nociones muy diferentes y que no se entrecruzan necesariamente. Tampoco son unívocas. Hay religiones que no tienen Dios (el taoísmo, por ejemplo); creer en Dios no implica necesariamente que se trate de un Dios personal. En cambio, imaginar que se podría eliminar de manera permanente toda preocupación religiosa del hombre, es a nuestro modo de ver una pura utopía. La fe no es ni un «retroceso» ni una «ilusión», y lo mejor que puede hacer la razón es que ella sola no basta para colmar todas las aspiraciones interiores del hombre. «El hombre es el único ser que se sorprende de su propia existencia, constata Schopenhauer; el animal vive tranquilamente sin sorprenderse de nada (…) Esta sorpresa que se produce, sobre todo frente a la muerte y observando la destrucción y desaparición de todos los otros seres, es la fuente de nuestras necesidades metafísicas; es por ello que el hombre es un animal metafísico» (Le monde comme volonté et comme representation, PUF, 1966). La necesidad de lo sagrado es una necesidad fundamental del ser humano, tan importante como la alimentación o la copulación (si hay quienes prefieren prescindir, allá ellos). Mircea Eliade señala que «la experiencia de lo sagrado es una estructura de la conciencia», de la que no se podría hacer economía (entrevista en Le Monde-Dimanche, 14 de septiembre de 1980). El hombre tiene necesidad de una creencia o de una religión -nosotros distinguimos aquí la religión de la moral- en tanto que ritual, en tanto que acto uniforme apaciguador, como parte concerniente que toma los circuitos habituales por los cuales se construye. A este respecto, la reciente aparición de la descreencia verdadera forma parte de los fenómenos de decadencia que desestructuran al hombre en lo que tiene de específicamente humano. (¿El hombre que ha perdido la capacidad o el deseo de creer, es aún un hombre? Se puede al menos plantear la cuestión). «Puede haber una sociedad sin Dios, escribe Régis Debray, no puede haber una sociedad sin religión» (Le scribe, Grasset, 1980). Y añade: «Los Estados en vías de incredulidad, están en vías de abdicación» (ibid.). Se pueden igualmente citar las palabras de Georges Bataille, según el cual «la religión, cuya esencia es la búsqueda de la intimidad perdida, se reduce a un esfuerzo de la clara conciencia por devenir completamente conciencia de sí» (Théorie de la religion, Gallimard, 1973). Basta con esto para condenar al liberalismo occidental. Ciertamente, representa darle aún mucho crédito al judeocristianismo al rechazar las nociones de las que pretende arrogarse el monopolio, por el único motivo de esa pretensión. No hay lugar para rechazar la idea de Dios o la noción de lo sagrado bajo el pretexto de que el cristianismo ha dado sobre ello una idea enfermiza, sería como romper con los principios aristocráticos bajo el pretexto de que la burguesía los ha caricaturizado. ■

¿Cómo se puede ser pagano?, de Alain de Benoist. Ediciones Nueva República, S.L. Pág. 61-64. Traducción de Jordi Garriga y José Luis Campos.


OTROS TEXTOS:

COMBATIENDO EL CAPITAL

(el dinero como razón de todos los males)
por ALAN

Fuente Original


Hoy voy a tratar el delicado tema del dinero. Quienes me conocen saben que soy anticomunista así que puedo decir lo siguiente sin ser tildado de socialistoide: «en un principio existía la igualdad económica primitiva». Obvio que dentro de cada clan siempre hubo un macho alfa que se llevó a las mejores hembras por la fuerza - ¡A Dios gracias que los fuertes follaban y dejaban buena raza! Hoy billetera mata galán según el judío Winograd - y eso es algo natural; lo que es totalmente artificial y ajeno a nosotros mismos, es la desigualdad tan pero tan grande que deja a millones sin comer cuando las tierras del orbe entero nos regalan sus frutos suculentos...

Una vez más compleja la sociedad y sus roles, se introdujo el trueque como valoración de los esfuerzos. Lo malo vino cuando las primigenias razas orientales - emparentadas con el judío errante - sacaron a relucir la moneda como medida del sacrificio humano. Ahí existe un problema de moral. ¿Quién decide lo que vale tu trabajo o el de tu vecino? ¿Trabaja realmente tu vecino o hace dinero del dinero - usura - o niega su ocio poniéndole valor a las cosas de la natura o de manos terceras?

SIN MENOSPRECIAR A NADIE, YO DIGO QUE EL COMERCIO - ENCUMBRADO EN NUESTROS DÍAS POR EL MODUS VIVENDI CONSUMISTA - ES ALGO DETESTABLE. SE DEJA DE LADO EL TRABAJO DE LAS TIERRAS Y LOS TALLERES PARA DIBUJARLE NÚMEROS A LOS SUDORES AJENOS. ESO ES LO QUE HACE EL VENDEDOR DE GRANDES NARICES EN LAS TAMBIÉN GRANDES CIUDADES.

Por voluntad de unos pocos que nos gobiernan - oligarquía - los valores de las cosas suben artificialmente al mismo tiempo que los salarios se vuelven cada vez más magros y amargos. ¡Saladitas están las ofertas! Ya lo decía Perón: «los precios suben por ascensor mientras los sueldos lo hacen por la escalera».

Ya que saco a relucir a Perón, puedo ahora hablar de la Argentina. Sin ahondar demasiado en la problemática local, quiero decir que me parece inexplicable que haya hambre en un país como este. Somos el granero del mundo para confirmar el refrán que reza en casa de herrero cuchillo de palo. Seguramente los lectores de España sabrán que el gobierno peronista ayudó a Franco enviándole toneladas de alimentos en una época de vacas flacas. ¿A qué voy con todo esto? Resulta imposible de explicar el problema de las así llamadas naciones tercermundistas sin dejar de recordar la influencia capital del vil metal (deuda externa y eterna).

Aprovecho la ocasión para meter un bocadillo muy sabroso: por más que digan lo que digan, Adolf Hitler fue un socialista. Por eso aplicó el trueque en las transacciones internacionales. Esto me sirve para terminar de redondear la idea...

UNA NACIÓN COMO JAPÓN DIFICILMENTE PODRÍA AUTOABASTECERSE DE ALIMENTOS DADA SU SUPERPOBLACIÓN Y SU ESCASEZ DE TIERRAS FERTILES. ENTONCES ES AHÍ CUANDO UN PAÍS COMO EL MIO TIENE QUE CAMBIAR ALIMENTOS Y AGUA POR ALTAS TECNOLOGÍAS NIPONAS. ALGUIEN DIRÁ QUE LOS TRATOS PUEDEN SER INICUOS PERO EN UN CONTEXTO SOCIAL MÁS JUSTO LOS VALORES SERÍAN EXPRESADOS EN RECIPROCIDAD Y NO EN ACCIONES. POR EJEMPLO, LOS ARABES PODRÍAN DAR PETROLEO MIENTRAS QUE LOS OCCIDENTALES PODRIAMOS DARLES CASI TODO. PUEDEN DECIR QUE MI TESIS ES INFANTIL PERO NO...

Si me preguntan las fuentes, yo les digo que me baso en "Utopía" de Tomás Moro. Es un reflejo del verdadero socialismo aquella sabiduría inspirada por el santo pensador inglés. Con esto no quiero que me acusen de sacerdote porque no lo soy pero buena parte de Europa está en Roma le pese a quien le pese. Yo no soy religioso pero en su momento quise ser cura...

Volviendo al tema en cuestión, prosigo diciendo que para un nuevo sistema de estados es menester una nueva economía. Si el dinero dejase de existir, la industria, la producción y las grandes masas humanas se manejarían de maneras más nobles y con mejores objetivos. No puede ser que los grandes capitalistas alteren el paisaje de las naciones según su conveniencia económica. Ayer la Argentina fue el mayor exportador mundial de carne y hoy mi país está hundido bajo el cultivo de la soja (en pocos años más va a haber desabastecimiento de carne). No está bien que el mezquino interés particular pueda más que la voluntad y la necesidad popular.

Es lógico pensar que con el surgimiento de nuevas tecnologías más serán las comodidades y las horas de ocio. Esta es la línea que siguen los lunáticos del New Age en su proyecto "Venus" (una farsa que despotrica contra la historia del mundo entero sin condenar a su autor intelectual, que es el judío: los idiotas se animan a mentir diciendo que Hitler y Rockefeller eran amigos). Lo que está pesimamente mal es el entregarse a la resignación de un mundo ocioso y parasitario: convengamos que este planeta no es de griegos solamente. Hay millones de personas que necesitan darse a un ideal para evitar que su existencia caiga en la animalidad. Ahí es cuando el estado imperial, romano y fascista debe suscitar mediante sueños y voluntades la vocación por las grandes realizaciones y descubrimientos.

MILES DE MILLONES DE PERSONAS PIERDEN SUS DÍAS SIENDO VÍCTIMAS DE LAS INJUSTICIAS SOCIALES: TODAS LAS ENERGÍAS COLECTIVAS SE DILAPIDAN VANAMENTE POR CULPA DE INDUSTRIAS HACEDORAS DE LO ARTIFICIAL. SI LA HUMANIDAD SE DEDICASE A PENSAR A LARGO PLAZO, ESTARÍAMOS OTRA VEZ CREANDO NUEVOS MUNDOS Y NUEVOS CAMINOS...

Yo no renuncio así porque sí al dinero, al lujo y al confort: lo que pasa es que una minoría de millonarios errantes no puede tener la casi totalidad del planeta sólo para degradarla a un desfile de moda o a una vanguardia intrascendente. Me parece una locura que una nación como China esté enteramente dedicada a la fabricación de plásticos cuando una época plena de sentido histórico está reclamando colonias en el espacio exterior y debates filosóficos de alta seriedad intelectual.

Con todo esto afirmo que la plata es ocasión de perdición para todos los hombres. Abolir el capital para darle libertad al hombre: ese es mi ideal. Es que en un contexto social como el nuestro se desarrollan las peores pasiones: el robo, la prostitución, el engaño, la mentira, la hipocresía, la corrupción, etc.

¿Qué influencia tiene el dinero en su vida? En mayor o menor medida, todos llevamos la marca de la bestia. Me gustaría que se reflexione acerca de la plata y los vínculos de dependencia e interés que ella crea. ¡Hasta hay millones de familias que se armaron y se desarmaron por culpa del vil metal!

EN CADA COMUNIDAD - YA SEA BARRIO O CIUDAD - HAY QUE FORZAR A LOS INDIVIDUOS A TRABAJAR CON LA MENTE O CON EL CUERPO. OBVIO QUE LA TECNOLOGÍA AYUDA, Y MUCHO, PERO JAMÁS SE TERMINA DE SUSTITUIR AL ESFUERZO Y AL INGENIO HUMANO. ENTONCES ES AHÍ QUE UNA VERDADERA AGRUPACIÓN DE VALORES APARECE PARA RETRIBUIR LOS ESFUERZOS DE TODOS: NO HAY INFLACIÓN O CRISIS QUE VALGAN PARA NEGARLE UN TECHO Y UN PLATO DE COMIDA A UN POBRE SER HUMANO.

HAY QUE ACABAR CON EL FENOMENO DE LOS PARADOS Y LOS "MILEURISTAS": NO ES JUSTO QUE POR HERENCIA, CORRUPCIÓN O NEGLIGENCIA UNOS POCOS LO TENGAN TODO CUANDO OTROS NO TIENEN NI UN PEDAZO DE LA NADA MISMA...

"El que no trabaja que no coma". El Estado tiene que ser fuerte pero moralmente ético. No como la Unión Soviética que fue un formidable imperio al servicio del sionismo internacional. Digo todo esto porque soy un socialista convencido de que el trabajo puede redimir al hombre de sí mismo. No más parasitarismo, rentas, especulaciones y alquileres cuantiosos...

El mundo ni siquiera ha empezado con la obra de crearse a sí mismo. Ya vendrá la hora en la cual todos tengamos que poner nuestro granito de arena para levantar ciudades, monumentos, estadios, carreteras, puertos y ese largo etcétera que constituye la materialización de nuestro genio.

¡Basta ya de acaparar alimentos y recursos esenciales! No se negocia con lo mínimo indispensable para nuestra subsistencia. Y como el hombre no vive solamente de pan, creed que es bueno que los hombres crean...

Sobre todo el Estado y la edificación de sociedades más organizadas. Eso es lo fundamental. Por eso hay que aspirar a la felicidad de los seres fomentando la autogestión y el esfuerzo productivo. Nada de divisas y verá el mundo cómo desaparece el robo y la corrupción de la faz de la tierra...

PARA LLEVAR A LA PRACTICA ESTOS POSTULADOS MÍOS, ES NECESARIO QUE EN CADA PAÍS EXISTA UN ESTADO CAPAZ DE SER MOTOR DE LAS VOLUNTADES TODAS: UNA FUERZA QUE LLEVE A MILLONES DE PERSONAS POR EL CAMINO DE LAS GRANDES OBRAS Y QUE DISTRIBUYA EQUITATIVAMENTE LO NECESARIO PARA UNA VIDA DIGNA.

Si mi ideal es totalitario es porque el rebaño necesita de un pastor. Por eso creo en la redistribución demográfica basada en criterios étnicos. Ya va a ver el universo lo que es el orden natural.

PARA ABOLIR EL DINERO ES FUNDAMENTAL DIFUNDIR OBRAS COMO "UTOPIA" DE TOMÁS MORO O TEXTOS COMO EL MÍO. ASÍ ES QUE DEBEMOS PONER MANOS A LA OBRA Y EMPEZAR A LUCHAR CONTRA EL CAUSANTE DE TODOS LOS MALES... ■

SOBRE LA DERECHA Y LA IZQUIERDA

por Alain de Benoist

La derecha ya había sido corrompida por la riqueza; la izquierda fue corrompida por el poder. La derecha aliada con el dinero ha contribuido más que la izquierda a destruir los valores que pretendía conservar. La izquierda aliada con el dinero ha impedido más que la derecha el advenimiento de la nueva sociedad que quería poner en marcha. En resumen, la izquierda ha perdido sus principios frente a una derecha que nunca se ha preocupado demasiado por respetar los suyos (…)

La derecha ha perdido a su principal enemigo: el comunismo. La izquierda ha elegido transigir con el suyo. El resultado es que la derecha ya no puede movilizar a su electorado denunciando el «peligro colectivista», mientras que la izquierda ya no puede unir a los suyos proponiéndoles «cambiar la sociedad». Sin embargo, eso no les impide intentar reanimar peleas obsoletas periódicamente. Pero los mitos simétricos del anticomunismo y del antifascismo, evocaciones polémicas de una época hoy día pasada, no pueden servir eternamente para ahorrar una reflexión profunda ni para esconder el vacío de ideas. Un día u otro habrá que reformular las identidades.

Por ahora estamos todavía lejos. Mientras que la derecha populista se procura una identidad de recambio gracias al debate sobre la inmigración -es decir, en último término, gracias a los inmigrantes-, la izquierda se agota en «renovaciones» y «refundaciones» diversas. o bien busca reconstituirse en los márgenes de la vida pública en base a los temas de la ayuda a las minorías, la solidaridad con los más desprovistos y la lucha contra la exclusión. Por muy simpáticos que puedan ser -y suponiendo que responden a una voluntad de altruismo vivido auténtico, y no a una simple necesidad de buena conciencia o de comodidad moral-, tales objetivos son también desgraciadamente una confesión de fracaso. Remplazar los criterios ideológicos por criterios puramente morales, reducir la acción militante a la ayuda de urgencia a los heridos del cambio, y la justicia a una versión profana de esta cáritas que los teólogos de la Edad Media definían como una forma de amor no sensual, vuelve a ser sólo un intento por corregir los defectos o los excesos de una sociedad que somos incapaces de cambiar que, finalmente, redunda en su fortalecimiento. Si la izquierda ataca solamente a las consecuencias de la disolución del vínculo social, convirtiéndose así en comparsa de la mejor tradición del paternalismo que otrora denunciaba, es que es incapaz de actuar sobre las causas. Ahora bien, en política actuar es construir y no solamente reparar. Reanimar el vínculo social implica, en primer lugar, la creación de nuevos espacios públicos donde formas activas de ciudadanía puedan manifestarse. 

ALAIN DE BENOIST, Más Allá de la derecha y de la izquierda (Antología a cargo de Javier Ruiz Portella). Editorial Áltera, febrero 2010 (Primera Edición). Págs. 49-51. La traducción: María Graíño.

LOS TRES HOLOCAUSTOS JUDÍOS

por Qbit

Ha habido mucha polémica recientemente con el obispo negacionista del holocausto, el cual ha sido finalmente expulsado de Argentina.

Lo que no me ha quedado claro es a qué holocausto se refería el obispo, si al de 1902, al de la Primera Guerra Mundial o al de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo? Sí, es que los judíos durante el siglo XX han clamado haber padecido tres holocaustos de 6 millones cada uno.

Aquí traigo los documentos históricos escaneados que lo prueban: 

Primer holocausto. 

En la 10ª edición de la Enciclopedia Británica, (1902), en un artículo sobre el antisemitismo, se afirmaba lo siguiente (ver el último párrafo de la columna de la izquierda, abajo del todo; pulsar para ver en grande):
“While there are in Russia and Rumania six millions of Jews who are being systematically degraded, and who periodically overflow the western frontier, there will continue to be a Jewish question in Europe”





La verdad es que la expresión queda bastante ambigua. ¿A qué se referirán con 6 millones de judíos “envilecidos” o “degradados”? Parece un holocausto, pero no se ha vuelto a saber nada del asunto… 

Segundo holocausto. 

El 31-10-1919, el antiguo gobernador del Estado de Nueva York, Martin H. Glynn, escribió en The American Hebrew, pág. 582 y 601, exigiendo que “la crucificación de judíos debe parar. El texto está lleno de llamativos elementos religiosos, como “dar de vestir al desnudo y de comer al hambriento”, además del numerito mágico de los 6 millones, por no hablar de la “guerra por la democracia”, frase que parece copiada por el mismo Bush. Y es que hay cosas que nunca cambian.

Dos semanas más tarde, el banquero judío Felix M. Warburg, el presidente de Joint Distribution Committee of American Funds for Jewish War Sufferers informó que “los judíos eran los peores sufridores de la guerra”… “los sucesivos soplos de ejércitos contendientes han roto la espalda de la judería europea y han reducido trágicamente a increíble pobreza, hambre y enfermedad a alrededor de 6.000.000 de almas, o la mitad de la población judía de la tierra”.

Siguió diciendo que “durante más de 4 años la guerra en el frente oriental fue luchada principalmente en los centros de la población judía” y que “tras el cataclismo de los últimos años es demasiado esperar que esta judería llegue a autosostenerse en unos breves doce meses” [New York Times November 12, 1919]

Edward M.M. Warburg, su hijo, fue el presidente de este mismo comité durante la Segunda Guerra Mundial.

Estas son las fotocopias de las 2 páginas originales del artículo de Martin H. Glynn en The American Hebrew:



“¡La crucificación de judíos debe parar!

Desde el otro lado del mar, seis millones de hombres y mujeres nos piden ayuda, y ochocientos mil niños pequeños lloran por pan.

Estos niños, estos hombres y mujeres son nuestros hermanos de la familia humana, con el mismo derecho a la vida que nosotros, la misma sensibilidad al frío del invierno, la misma propensión a la muerte ante los colmillos del hambre. Dentro de ellos residen las ilimitadas posibilidades para el avance de la raza humana como naturalmente residirían en seis millones de seres humanos. No podemos ser sus guardianes sino que debemos ser sus auxiliadores.

En la cara de la muerte, en la angustia del hambre no hay sitio para distinciones mentales de credo, no hay sitio para diferenciaciones físicas de raza. En esta catástrofe, cuando seis millones de seres humanos están yendo hacia la tumba por un destino cruel y despidadado, sólo los impulsos más idealistas de la naturaleza humana deberían mecer el corazón y mover la mano.

Seis millones de hombres y mujeres están muriendo por falta de lo necesario para vivir; ochocientos mil niños lloran por pan. Y este destino está sobre ellos sin tener culpa, sin transgredir las leyes de Dios o el hombre, sino por la espantosa tiranía de la guerra y una fanática sed de sangre judía.

En este amenazante holocausto de vida humana, olvidados están los refinamientos de distinción filosófica, olvidados están las diferencias de interpretación histórica; y la determinación de ayudar al desamparado, de cobijar al sin-hogar, de vestir al desnudo y de alimentar al hambriento se transforma en una religión en cuyo altar los hombres de cada raza pueden adorar y las mujeres de cada credo pueden arrodillarse. (*) En esta calamidad las pequeñeces de las modas del hombre se apartan ante las verdades eternas de la vida, y despertamos al hecho de que de las manos de un Dios venimos todos y ante el tribunal de un Dios debemos estar en el día del juicio final. Y cuando ese juicio venga la mera palabrería no valdrá un penique; sino las obras, las simples obras intangibles, obras que secan la lágrima del afligido y alivian la pena de la angustia, obras que con el espíritu del buen samaritano vierte aceite y vino en las heridas y encuentra sustento y cobijo para el que sufre y el afligido, superarán todas las estrellas en los cielos, todas las aguas en los mares, todas las rocas y metales en todos los astros celestes que giran en el firmamento sobre nosotros.

La raza es un asunto de accidente, credo, parcialmente un asunto de herencia, parcialmente un asunto del ambiente, parcialmente el método de raciocinio de uno; pero nuestras necesidades físicas y necesidades corporales están implantadas en todos nosotros por la mano de Dios, y el hombre y la mujer que puede, y no lo hace, oir el grito del hambre; que puede, y no lo hace, atender el gemido del moribundo; que puede, y no lo hace, extender una mano de ayuda a aquellos que se hunden bajo las olas de la adversidad es un asesino de los mejores instintos de la naturaleza, un traidor a la causa de la familia humana y un abjuro de la ley natural escrita sobre las tablillas de cada corazón humano por el dedo de Dios mismo.

Y así en el espíritu que cambió el voluntario ofrecimiento de la pobre viuda de cobre en plata, y la plata en oro al colocarlo en el altar de Dios, la gente de este país es llamada a santificar su dinero donando 35.000.000 de dólares en el nombre de la humanidad de Moisés para seis millones de hombres y mujeres.

Seis millones de hombres y mujeres están muriendo — ochocientos mil niños pequeños están llorando por pan.

¿Y por qué?.
Por culpa de una guerra para arrojar la autocracia al polvo y dar a la democracia el cetro del justo.

Y en esa guerra por la democracia 200.000 muchachos judíos de los Estados Unidos lucharon bajo las barras y estrellas. Solamente en la 77ª Division había 14.000 de ellos, y en el bosque de Argonia esta división capturó 54 armas alemanas. Esto muestra que en Argonia los chicos judíos de los Estados Unidos lucharon por la democracia como Joshua luchó contra los Amalekitas en las llanuras de Abraham. En un discurso en el así llamado “Batallón perdido”, liderado por el coronel Whittlesey de Pittsfield, el general-mayor Alexander muestra el espíritu combativo del que están hechos estos chicos judíos. De una manera u otra, el mandato de Whittlesey se apagó. Estaban faltos de comida. Intentaron dar la espalda a sus apuros. Intentaron y lo volvieron a intentar, pero sus hombres no sobrevivieron. La parálisis y la estupefacción y la desesperación estaban en el aire. Y cuando el momento era el más oscuro y todo parecía perdido, un muchacho soldado apareció, y le dijo al coronel Whittlesey: “Intentaré pasar”. Lo intentó, y fue herido, tuvo que arrastrase, pero pasó. Hoy lleva la Cruz al Mérito de Servicio y su nombre es Abraham Krotoshansky.

Por culpa de esta guerra por la democracia seis millones de hombres y mujeres judíos están famélicos al otro lado del mar; ochocientos mil bebés judíos están llorando por pan.”

(…viene de la página 582)

“En el nombre de Abraham Krotoshinsky que salvó al “Batallón perdido”, en el nombre de ciento noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve otros muchachos judíos que lucharon por la democracia bajo las barras y estrellas ¿no daréis cobre, o plata, u oro, para mantener la vida en el corazón de estos hombres y estas mujeres; para mantener la sangre en los cuerpos de estos bebés?.

El judío ha ayudado a todos excepto al judío.

En la guerra mundial el judío ha ayudado a todos excepto al judío. “Por allí” ayudó en un campo, en un ayuntamiento y en la guerra. “Por aquí” ayudó a la Cruz Roja, la Y.M.C.A., los Caballeros de Colón, los masones, el Ejército de Salvación y a todos los demás. Así ahora es el momento para que todos ayuden al judío, y Dios sabe ahora que es el momento en el que lo necesita.

Desde el abatimiento de esta guerra cada otra raza, salvo una o dos, ha agarrado un rayo de sol. Pero entre el envolvente abatimiento no hay luz para el judío “que llevar sobre mí”. La guerra está acabada para todos, excepto para el judío. El cuchillo está todavía en su garganta y una sed antiquísima sin razón ni motivo por sangre judía abre sus venas. El judío en Rumanía, Polonia y Ucrania está siendo el chivo expiatorio de la guerra. Desde el armisticio han sido señalados miles de judíos en Ucrania, han sido ofrecidos como sacrificios vivos a la pasión fanática y avaricia diabólica — sus gargantas cortadas, sus cuerpos ejecutados trozo a trozo por bandas de asesinos y milicia rabiosa. En la ciudad de Proskunoff un día hace unas pocas semanas el amanecer vió la puerta de cada casa en donde vivía un judío marcada para el asesinato. Durante cuatro días, desde el amanecer hasta el anochecer, fanáticos empuñaban dagas como demonios desde el infierno, parándose sólo para chapotear con las manos con la sangre de víctimas judías. Mataron a los hombres; fueron menos compasivos con las mujeres. Las violaban, y luego las mataban. Con un propósito de rabia, de la rabia a un hábito corrió este asesinar de judíos, hasta que entrados los cuatro días las calles de Proskunoff corrían rojas con la sangre como arroyos de un matadero, hasta sus hogares se convirtieron en una morgue por miles de seres humanos asesinados cuyas heridas abiertas gritaban venganza y cuyos ojos se habían vuelto de piedra ante los horrores que habían visto. Como el honorable Simon W. Rosendale, acertadamente parafraseando el pensamiento de Bobby Burns, en su discurso no hace mucho dijo, es la vieja historia de “la inhumanidad del hombre con el hombre que hace incontables miles de lamentos”. Por como ha sucedido en Proskunoff, así ha sucedido en cientos de otros sitios. La historia sangrienta se repitió ad nauseaum. Es la misma historia teñida de lágrimas — la misma vieja mancha sobre el escudo de armas de la humanidad. En verdad, Byron tenía razón cuando escribió:

Las tribus del pie errante y el pecho cansado
¿Dónde volaréis para estar en paz?
La paloma silvestre tiene su pecho, el zorro tiene su cueva,
La humanidad sus países, Israel nada más que el sepulcro.

Pero a Israel se le ha dado el derecho de un sitio en el sol, y la crucificación de judíos debe parar. Repetimos que la guerra está acabada para todos, excepto para el judío. Como Isaac el cuchillo está en su gargante, pero a diferencia de Isaac ningún poder parece capaz de parar el acero sediento de su sangre. Pero algún poder en el mundo debe alzarse para impedir esta masacre de una raza merecedora. Por la paz del mundo, tengamos a toda costa una Liga de Naciones; pero por la Humanidad del Mundo, para dar justicia al judío y otros pueblos oprimidos en la tierra, ¡tengamos una tregua de Dios! — Albany Times Union.”

Este artículo es el clásico texto judío en el que se practica el victimismo y a la vez intenta generar complejo de culpa, “la vieja mancha sobre el escudo de armas de la humanidad” (matar judíos), y la soberbia (mencionando hazañas militares). Al mismo tiempo, pide dinero, o mejor todavía, metales preciosos (“¿no daréis cobre, o plata, u oro?”).

En una cosa sí le doy la razón: En que es siempre “la misma historia sangrienta repetida ad nauseaum”. Y que lo diga, oiga, y la prueba es el tercer holocausto: 

Tecer holocausto. 

De este no hace falta que aporte ningún documento, porque es bien conocido. Los medios de comunicación nos dicen incesantemente que mataron a 6 millones de judíos en tiempos de Hitler, durante la 2ª Guerra Mundial. El cine ha hecho muchas películas, hay museos sobre el asunto y en diversos países se enseña en el colegio también. 

Conclusiones. 

Los holocaustos han ido de menos a más. El primero pasó desapercibido. El segundo, armó más revuelo, y este tercero, el de la actualidad, es superfamoso y dogma de fé (como el caso del obispo expulsado de Argentina).

Tres veces seis, 666. El 6 es un número de la numerología cabalística usado mucho en el judaísmo.

Una de dos: O se han “olvidado” de los anteriores holocaustos, o es que no existieron. De lo cual se deduce otra cosa: Se han olvidado de los anteriores al triunfar el tercero. Los anteriores parece que sirvieron como entrenamiento, como borradores. En esas ocasiones, dichos holocaustos no prosperaron por varios motivos:

− Poca tecnología: A principios del siglo XX, no existían medios de comunicación como la TV o estaban mucho menos desarrollados, por lo que la propaganda a la población era muy ineficaz.
− Población rural: La mayoría de la población vivía dispera en el medio rural, y no concentrada en ciudades, con lo cual el alcance propagandístico mediático era más limitado que en la actualidad. El avance tecnológico provocó que la sociedad pasara de agrícola y ganadera a industrial, y luego a una sociedad de servicios, concentrándose en ciudades, y es en las ciudades, con toda la población apelotonada, en donde se difunde la información con más facilidad, por la radio, TV o prensa, configurando una mentalidad uniforme entre la población como si de un rebaño se tratase.
− Tenían menos poder que ahora (financiero, medios de comunicación, etc.), y el mundo ignoraba su victimismo holocáustico.


Fuente:

Artículos relacionados:


La ideología inmigracionista a partir del tríptico de Andalucía Acoge

por León Riente

Todas las citas están extraídas del citado tríptico (1) que, según nos cuentan sus autores, está dirigido a los profesionales de la comunicación. Su título completo es La inmigración comunica. Propuestas para el tratamiento informativo de la inmigración.

“Es necesario conceder la palabra a los verdaderos protagonistas, los inmigrantes” (afirmación situada en el apartado Propuestas). Ante esto la pregunta es inmediata: ¿los nativos no tenemos nada que decir acerca de la inmigración hacia nuestra nación? ¿Por qué los inmigrantes son los verdaderos protagonistas de la inmigración y así debe reflejarse en los medios? ¿No tiene consecuencias para el nativo la inmigración masiva hacia su territorio? ¿Debe el nativo pueblo soberano renunciar a la facultad democrática de decidir acerca de su futuro? ¿Debe dejar el asunto en manos de los gestores de la mundialización, de los capitalistas, de los gobiernos europeos de ocupación y de los grupos de presión inmigracionistas, como Andalucía Acoge?

“La emigración es un derecho y se ha convertido en un deber forzoso para millones de personas. Avanzamos hacia la libre circulación de capitales, mercancías y servicios, y sin embargo restringimos la libre circulación de personas” (en el apartado Claves de la inmigración). Tenemos aquí la expresión del lobby inmigracionista Andalucía Acoge como agente activo y con buena conciencia en la promoción de la mundialización, verdadero azote del mundo del siglo XXI. Esto bastaría como indicio de la convergencia real entre lobbies inmigracionistas y capital transnacional. Todos, a su manera, y en su campo, avanzan hacia un objetivo común, que no es sino el retroceso de los pueblos y de sus derechos democráticos. Por otro lado, ¿por qué este lobby niega cualquier derecho a la población nativa a decidir su futuro? Quizás los nativos no quieran su maravillosa sociedad multicultural, intercultural o de inmigrantes integrados y prefieran vivir en una sociedad homogénea étnicamente. En ese caso, ¿no tendrían derecho a que fuera así, o deben plegarse a las exigencias de la mundialización, del capital transnacional y de Andalucía Acoge? Parece que, según este grupo de presión, sí, deben plegarse.

“El fenómeno de la inmigración es positivo en muchos aspectos: económicos, demográficos, sociales y culturales” (en el apartado Claves de la inmigración). ¿Por qué? Económicamente, ¿a quién ha beneficiado? No al trabajador nativo, que ha visto como los salarios se desplomaban en los sectores a donde afluían los inmigrantes que trabajan (de todas formas, porcentualmente minoritarios en el conjunto de inmigrantes). Sí para determinados sectores empresariales (construcción, hostería y agricultura intensiva), cuyos márgenes de explotación y plusvalía obtenida se han incrementado en la misma medida en que los salarios bajaban. Ahora se nos aparece Andalucía Acoge como defensora de los más exacerbados intereses empresariales. No, en cambio, de la nación que ha contemplado el fenómeno de la descapitalización mediante las cuantiosas remesas, dinero enviado por los inmigrantes a sus países. Esto supone que recursos generados en España son transferidos a lugares lejanos y dejan de generar riqueza en el circuito económico nacional. También el estado ha sufrido un incremento en los gastos del presupuesto público causado por los inmigrantes más que notable, incremento que deben satisfacer los trabajadores nativos. Por no hablar del daño al turismo que ha supuesto el incremento de la inseguridad ciudadana motivado por la inmigración masiva.

Demográfica, social y culturalmente, la inmigración supone una catástrofe. Para todo aquel que valore la pluralidad étnica no deja de ser una mala noticia la desaparición de una realidad étnica y cultural como la española y su sustitución por una amalgama mestiza de cultura cosmopolita.

“La inmigración es un fenómeno inevitable, por lo que las medidas policiales y de cierre de fronteras no son la solución” (en el apartado Claves de la inmigración). Es raro que no aparezca esta idea en los documentos que salen de estas organizaciones inmigracionistas. Tratan con esto de hurtar al pueblo su facultad democrática a decidir qué hacen con su propia nación. Frente a esto, hay que decir la verdad. Y ésta es que la inmigración es evitable, y que el pueblo nativo tiene todo el derecho a defender sus fronteras para evitarla. Se plantea implícitamente la apertura irrestricta de fronteras, ya que su el cierre de fronteras no es la solución se nos dice. ¿Cuál sería la consecuencia necesaria de todo esto? Si la inmigración ya es masiva, con un control fronterizo más bien escaso pero existente, ¿qué pasaría si las fronteras se abrieran? Lo lamentable es que este tríptico esté financiado por la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía. ¿Asume esta institución política este postulado? Si es así que lo diga claramente para que el pueblo sepa lo que tiene que hacer.■

(1) Disponible en la página web de este lobby inmigracionista. A quién le parezca exagerada la calificación de inmigracionista, no tiene más que revisar su página web, donde explícitamente reconocen que “su principal objetivo es la promoción de la interculturalidad y favorecer la integración de los inmigrantes en la sociedad de llegada”.

DEMOCRACIA Y PLUTOCRACIA

¿La voluntad popular contra el dinero?
Resumen de uno de los debates de FORΦιDENTIDΛD,
celebrado el 17 de abril de 2010
Pincha este enlace para ir a la fuente original

Comienza el debate con una introducción en la que se comentan los textos propuestos para el debate que se encuentran en nuestra página web. En uno de ellos se relata un caso en el que los sindicatos UGT y CCOO aceptan dinero procedente de Citibank como “pago” por unas negociaciones llegadas a cabo entre la empresa y estos sindicatos, lo que supone un claro ejemplo de relaciones plutocráticas. Posteriormente, se hace referencia a un vídeo donde sale a relucir la incultura de los jóvenes españoles actuales; por último, se refiere un texto donde se informa sobre las donaciones del multimillonario Billy Gates, que tienen como beneficiarios desde lobbies abortistas a gays. Seguidamente se da paso a otro asistente al debate, Daniel Aragón Ortiz, quien hace lectura de un texto que también sirve para prologar el debate. El texto es el que sigue:

«Bienvenidos amigos de Foro Identidad a esta nueva tertulia. El tema de hoy es un tema más complejo de lo que parece. Podemos correr el error de posicionarnos entre la democracia y la plutocracia, pero para ello primero hay que saber qué es cada cosa; pero aún así, ¿posicionarse? Si nos posicionamos en el debate se pierde toda la objetividad. Hay que mantener siempre una postura crítica, y sea la crítica nuestra labor, nuestra labor constructiva. Pero bien sé y sabemos que posicionarse es algo inevitable, por lo que es lícito y cada cual decida qué defender o no defender o… ser neutral.

El tema que vamos a tratar hoy es "DEMOCRACIA Y PLUTOCRACIA" bajo el subtítulo "¿La voluntad popular contra el dinero?". El título y subtítulo no son nada caprichosos. La relación democracia y voluntad popular contra dinero y plutocracia me parecen dos emparejamientos lógicos. Dichos emparejamientos son antagónicos, son, por decirlo de alguna forma, irreconciliables.

Pero ¿qué es la democracia? Etimológicamente puede traducirse como "el poder del pueblo"; y ésta ha derivado a muchas formas, como a socialdemocracia o democracia popular, que es la forma en que se denominan los propios gobiernos de Cuba o China, por ejemplo, los representantes del "socialismo real"; cuando digo "real" no me refiero al "socialismo teórico", sino al que existe en la vida regida por los hombres.

Por otro lado, tenemos el término "plutocracia", ¿qué es la plutocracia? Pues bien, se trata de una forma de gobierno en la que el poder lo ostentan aquellos hombres cuyo poder se mide mediante el dinero o capital. Es, en definitiva, el dinero en el poder.

Definidos los dos términos, es justo preguntarse: ¿vivimos en una democracia o en una plutocracia? ¿es nuestra democracia una plutocracia? También echo a la palestra las siguientes cuestiones: ¿tiene la sociedad mayoría de edad suficiente para afrontar las obligaciones, deberes y derechos que implica una democracia? Y cómo no: ¿vivimos en democracia o es, como dijo uno de los amigos de Foro Identidad hace dos semanas una "democracia hipnótica", un espejismo? Y para concluir. ¿qué sentido tiene la democracia en un país donde no hay solidaridad social, donde solamente se vota lo que interesa -que no es siempre lo que más conviene- y no lo que se debería votar, donde el voto no viene condicionado por el deber y saber obrar, sino por intereses dinerarios? ¿no está nuestra sociedad chantajeada a base de dinero, no es nuestra sociedad en cierta medida igual de corrupta que la clase política aunque sea bajo el ejercicio de connivencia? Nuestra democracia es una democracia del mercado, es decir, lo voy a aclarar, no digo que seamos una democracia de mercado o una democracia con mercado sino una democracia propiedad del mercado, de los capitales, de los plutócratas, de las élites financieras, bursátiles, bancarias… ¿qué sentido tiene entonces la democracia?

Muchos creen que haber llegado a la democracia es una cima, no hay nada mejor después de ella. Esto ha labrado un conformismo ideológico, el exceso de comida y entretenimientos han hecho el resto. Todo eso unido a una enseñanza mediocre donde no salen hombre formados sino niños aún más niños hace que una democracia y su sociedad soberana pierdan la soberanía primero, pero posteriormente se desvalorice, pierda validez y soltura; pero sobretodo capacidad para elegir, capacidad para decidir, capacidad para hacer uso del ejercicio democrático, una responsabilidad que le queda demasiado grande a la mayoría de la sociedad. Una sociedad de analfabetos que saben leer y escribir -séame lícita la ironía-, una sociedad donde la única espiritualidad la encuentran en los programas del corazón y la prensa rosa, no puede ser, amén de muchos gobernantes y algún florero como nuestro príncipe, la sociedad más y mejor formada de la historia de este país. La formación no se rige a base de títulos académicos, eso es lo que menos valor tiene, la formación de una persona debe ser ante todo ética y moral, literaria, científica y filosófica, pero no exclusivamente académica. Quizá piensen que digo una incongruencia, es cierto que en los medios académicos se dan esas materias, pero se hace de forma fría, porque lo primero que hay que hacer es educar en valores, enseñar el valor de la cultura, del aprender, de la familia, de la patria, de la raza y de todo aquello que hay que defender. El mundo académico fabrica personas tituladas para servir al y en el mercado, pero de la voluntad de una persona depende ser culta y responsable.

Y ya he concluido, que comience el debate».

A continuación uno de los presentes manifiesta que ciertamente la ignorancia es un peligro para la democracia, pero que "la democracia es tan buena, que todos pueden y deben formar parte de ella; no se debe excluir a los ignorantes, son ciudadanos como todos los demás y tienen derecho a tomar decisiones". A esto le responden que no se trata de ignorancia en lo académico, sino de madurez democrática, e insiste en que la democracia le queda a la mayoría demasiado grande.

Se habla de la democracia como si ésta fuera sinónima de libertad, comentario que es inmediatamente atacado por otro contertulio al decir que no tiene nada que ver la libertad con la democracia: "Se cae en el error de relacionar democracia con el sufragio universal y la libertad, y a su vez en relacionar el sufragio universal con la libertad; la libertad es otra cosa", concluye. Se habla de la democracia popular y de la democracia capitalista, se hablan de los logros de Cuba y su revolución (que aún continúa) en la cultura y la medicina. Se sostiene que en Cuba hay democracia, que incluso existe mayor nivel democrático que en los países occidentales. Se habla de una sociedad más culta y se plantea: ¿son ellos manipulados, siendo la población más formada? Otros dicen que "señalar que en Cuba hay un sistema más democrático que en Occidente es una auténtica impostura. Al menos aquí existe el sufragio universal y cierta libertad de expresión hasta que eres incómodo para el sistema", se comenta; el mismo contertulio prosigue: "Y si bien pensamos, o mejor dicho, pienso que la democracia occidental es una farsa porque las decisiones populares están condicionadas por una ley electoral injusta y la manipulación de los medios de comunicación gracias en gran medida a una conciencia social ridícula, acomodada, acrítica y pobre, no va a ser mejor en las democracias populares de China o Cuba o en la añorada, por muchos, Unión Soviética, sistemas donde solamente existe o existía un partido y donde las decisiones se toman y se tomaban internamente con apariencia de democracia (gracias al sistema asambleario) pero donde existe y existía el miedo a la crítica, a la deportación, al encarcelamiento, etc. Ambos sistemas son igual de no democráticos, palabra (democracia) que se usa para parecer simpático. Ambos modos de entender la democracia son idénticamente falsos en definitiva, sólo se diferencian en la sutileza y en la brusquedad, pues en ninguna se puede ser crítico o hablar libremente", remata.

Seguidamente, uno de los tertulianos opina que la línea de debate anterior es buena, que efectivamente existe la posibilidad de intelectuales y gente formada manipulada. Otro manifiesta que realmente la gente sabe lo que le interesa y que se puede confiar en su criterio. Pero un tercero señala que "si la gente supiera lo que le interesa no se endeudaría tanto, no viviría más allá de sus posibilidades. Que gente así gobernara en el país garantizaría el déficit presupuestario. La ignorancia es un lastre para cualquier sistema de gobierno democrático. Pero no es lo mismo estar formado que ser culto y responsable". A continuación viene la siguiente exposición: "La opinión pública está mediatizada y por lo tanto está controlada por los medios de comunicación y los plutócratas. Y se manipula tanto en las democracias liberales como en las democracias de partido único"; a esto, otro de los presentes añade: "Tal como vivimos la democracia en Occidente podemos afirmar que es una auténtica decepción de la sociedad civilizada. Que en la cultura occidental haya incultura es un fracaso. La democracia está secuestrada por los partidos, que obedecen a los plutócratas, ¡además de que el bipartidismo no es bueno para la democracia! El fútbol, lo más banal de mundo… la gente sólo habla de fútbol y no habla de más nada, por ejemplo". Siguiendo el mismo hilo de los anteriores contertulios, otro despliega las siguientes reflexiones: "La democracia tiene el tufillo de la libertad pero sin embargo no se puede tener una concepción u opinión crítica. La gente no tiene conciencia de lo que debe o no votar. Sólo se opina de lo que se dice en los medios, la gente no va más allá. La democracia debe ser cultura, fluidez y civilización. Además, la sociedad está perdida, hasta los sindicatos están al servicio de los partidos y los plutócratas desde hace lustros. La democracia aún no la hemos alcanzado. Pensemos que estamos en la Alta Edad Media. Seguimos creyendo en los ricos (y en ser rico), en la Iglesia, en los reyes, etc. La democracia es una aspiración. La democracia no está consolidada".

A continuación se habla sobre la presión social de la incultura y del borreguismo. Se comenta que existe cierta filosofía muy dañina, la de "como todo el mundo lo hace yo lo hago". Eso es muestra de indecisión, de falta de personalidad y debilidad. Al hilo de esto se expresa: "La relación entre ignorancia y formación de opinión pública es evidente. Basta decir una cosa cien veces para que todo el mundo se lo crea. No hay verdadera opinión pública, no hay ni siquiera opinión. Además, la partitocracia dominada por la plutocracia no ayuda a la democracia. Y abundando en lo anterior decir que con el hombre se puede hacer lo que se quiera, es un ser muy plástico y manipulable". Posteriormente este mismo contertulio hace una comparación entre sus amigos de 16 años tiempo atrás con los actuales jóvenes de 16 años y denota que hay un retroceso considerable. La ignorancia es supina y los entretenimientos no ayudan a aglutinar a las personas, a crear un grupo, a hacer de la sociedad algo fuerte y consolidado. Posteriormente, y rompiendo un poco las líneas de debate anteriores pero sin salirse del tema, se plantea lo siguiente: "¿Cómo es posible que mi opinión valga lo mismo que la de alguien que me mira con mala cara por decir alguna palabra que no entiende pero que es muy sencilla?, ¿cómo va a valer lo mismo mi voto crítico y meditado que el de aquel que vota aquello o aquello otro porque todo el mundo lo vota?".

A continuación se arrojó una interesante reflexión: "La cultura abunda en los problemas pero no aporta soluciones, en realidad nos da igual la justicia". Se refiere a la inacción de la crítica, no es solamente la crítica lo que cambia las cosas, sino la voluntad de querer cambiar las cosas, es decir, poner en práctica la crítica en la realidad. El mismo contertulio expone: "Estamos dándole vueltas a la ignorancia, pero la desinformación puede ser igual de dañina que la ignorancia y he ahí quizá el motivo por el que personas tan formadas vivan tan enajenadas", finiquita. Otro prosigue con otra reflexión: "La clase política no está interesada en que la cultura llegue a todo el mundo. Por ejemplo, la vida sexual la está dirigiendo el Estado y le está sirviendo para manipular a la gente, especialmente a los más jóvenes. Si añadimos eso a una familia atomizada y a una enseñanza que no se preocupa en educar…". Siguiendo con la crítica al Estado, otro de los presentes añade: "El estado ha sido bueno, rápido y eficaz ayudando a los bancos pero, ¿por qué debemos pagar los ciudadanos los problemas de entidades privadas que se lucran de mí? En definitiva, no puede ser que el Estado solucione con el dinero de los ciudadanos los problemas de organismos privados. La plutocracia se aprovecha de los medios públicos, y así nos va". Otro continúa: "El Estado se mete en la sexualidad para controlar a las masas, nunca ha habido tanta pornografía como hasta ahora. Antes la gente estaba politizada para bien o para mal, pero hoy todo el mundo está pensando en el sexo y de esa forma se elimina o merma la conciencia política o crítica".

A continuación se comenta que los partidos políticos son los que interpretan la democracia y que todo el mundo quiere entrar en la vida democrática para asegurarse el futuro (infinidad de cargos públicos). También se glosa que "en las sociedades occidentales solamente vota poco más de 50% o 60% de la población con derecho a voto y, sin embargo, se presume de democracia; si hubiera un pueblo realmente soberano se haría caso a esa verdadera mayoría que es la que no vota y que quizá sea o la más crítica (parte de ella) o la más dejada, despreocupada y carente de conciencia o valores (otra parte de ella). La manipulación de los partidos políticos y la corrupción no han contribuido tampoco a mejorar la imagen de la democracia. Y por otro lado, se habla de la democracia como si fuera un sistema político, cuando no es así, la democracia es un planteamiento social donde se pueden desenvolver las diferentes ideologías, es decir, aquello que realmente aporta un sistema político diferente. Pero es que para colmo, la homogeneidad entre los partidos no contribuye a la pluralidad y a la vida democrática, siendo al fin al cabo las democracias de occidente democracias de partido único disimulado con muchas caras diferentes y que además sirven a la misma plutocracia".

Anteriormente se dijo que no debería gobernar cualquiera, que no debería votar cualquiera. Ante esta problemática se plantea lo siguiente: "Es el entendido el que debe estar al frente de lo que realmente entiende. El zapatero a sus zapatos, el político a la política, pero no el zapatero a la política. El pueblo soberano debería votar a los expertos que deben elegir a los entendidos en la política". ¿Pero quiénes son los entendidos en política?, se pregunta, ¿cómo se sabe eso?. "La política no es algo específico, la política son sentimientos, valores, carisma… no se puede tecnocratizar", comenta uno de los habidos.

Siguiendo con el cuestionamiento de la democracia, se lanza la siguiente pregunta retórica a la cancha dialéctica: "¿Cómo se puede decir que se cree en la democracia habiendo una ley electoral que no garantiza ni siquiera esa máxima tan falsa y extendida de que «un ciudadano un voto»?" Y continúa: "Todos vemos en el congreso cómo por ejemplo Izquierda Unida con poco más de un millón de votos tiene menos representación en el congreso que cualquier partido nacionalista catalán con menos de la mitad de votos".

Abundando en la introducción de información sexual en la escuela como modo de manipulación y en la ignorancia se aporta lo siguiente al debate: "La ignorancia sexual da lugar a muchos abusos, por lo que la educación sexual que se promueve tampoco debería ser tan negativa, lo cual no quiere decir que defienda cómo se enfoca dicha educación en este momento; pero la ignorancia en la sexualidad es muy dañina, de eso no cabe duda. El sexo no puede ser un tabú siempre". A esto se añade que "por mucha formación que haya no va a dejar de haber abusos". Un tercero agrega: "El hombre como ser sexuado que es debe plantearse en la educación, pero de forma antropológica, donde se incluya el amor, la maternidad, la familia, etc.". Un cuarto contertulio expone con cierta ironía: "Me parece muy triste que tengan que enseñarte en el colegio a masturbarte, ¿llevamos cientos de generaciones y resulta que es ahora cuando hay problemas sexuales?".

Para salir del idealismo en el que está sumido el debate, según uno de los presentes, éste expone una reflexión en términos de Carl Schmidt: "Lo característico de la política es la polémica, la lucha. Es un careo entre facciones. La enseñanza es un campo de batalla entre esas facciones"; ensalza así el concepto de lucha. Seguido a lo anterior, otro miembro del foro dice: "La clase política y los medios tergiversan el sentido común, el sentido sano del mundo y de las cosas. Hay una falta de sensibilidad crítica que es de temer, como ya se ha dicho a lo largo del debate. Hoy no valen los valores, sino las sensaciones. La sociedad se está enfermando, la ética y la moral decaen, y de eso tienen la culpa los que mandan, la clase política, los plutócratas, los medios, etc. Los valores deben estar por encima de todo, de todo beneficio, de todo el dinero... Lo importante es vivir bien, no poder comprar mucho. El mundo está éticamente en ruinas. Reducir la sexualidad a un mecanismo, a algo mecánico, es una barbaridad. El sexo debe madurar, pero debe madurar tanto de abajo como de arriba (tanto desde la cabeza como desde los genitales). Me parece una indecencia que se meta en el colegio la sexualidad de una forma tan explícita, vana y… banal", concluye, haciendo un juego de palabras.

Casi llegados al final del debate se hace una intervención digna de mención: "A cada uno le interesa su desarrollo propio y no la política. La gente quiere simplemente medios para que se cumpla su propio desarrollo. No hay cultura de pueblo, de país, etc., no interesa, ya no. La política la dirige una plutocracia, eso está claro. Los políticos y los banqueros sólo quieren su beneficio y nada más que piensan en cómo sacarle a los demás lo que puedan".

El debate concluye con la apocalíptica visión de que "la juventud no es garante de nada, pues no tiene nada que decir".■