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Reflexión sobre la Interpretación: Hermenéutica y Deconstrucción




La Hermenéutica es el arte de interpretar textos, o el arte en sí de interpretar algo que tenga estructura, pues el interpretar no es otra cosa que indagar en las estructuras del lenguaje. Por eso, un texto debe analizase por partes.

La Hermenéutica es la reconstrucción del significado de un texto, de la intencionalidad del autor que lo escribió, o así pensaban los principales representantes de esta disciplina a finales del S. XIX. El análisis de un texto debe tener en cuenta las emociones, los sentimientos, el contexto histórico, la biografía del autor… es una reconstrucción psicológica, y aunque no se pueda decir que la hermenéutica sea exacta, por ser una labor imposible de completar, si hay que reconocer que es una disciplina que confía en cierta capacidad humana para alcanzar la verdad.

El texto nace del HOMBRE y es de él de quien hay que partir: cuanto mejor se conozca al sujeto en sus peculiaridades y en su amplitud mejor será la interpretación. El otro gran aspecto a tener en cuenta es la singularidad de los intérpretes: hay tantas interpretaciones como personas hay en el mundo y eso hace imposible fijar una interpretación exacta o absoluta, lo cual puede hacer caer en el relativismo o en el escepticismo, pues hay tantas verdades como interpretaciones verosímiles. Esto hace imposible fijar el significado de un texto, y hace muy difícil discernir el sentido exacto que el autor del mismo nos quería transmitir: la hermenéutica, en lugar hacernos estar más seguros de la verdad, nos puede crear una mayor inseguridad. El conocimiento, en consecuencia, se relativiza.

De ahí que surgiera (¿por qué no?) el deconstruccionismo, que parte de un escepticismo sobre la posibilidad de encontrar la verdad de un texto, pues determina que es imposible fijar el sentido de un texto puesto que cada lectura implica una interpretación. Esto genera cierta impotencia, nos aleja de la verdad y convierte al autor de cualquier cosa escrita en un mentiroso, pues todo aquello que no nos aproxime a la verdad o no sea verdad forma parte de la mentira, a pesar de que esa intencionalidad no exista. Supongo que esta limitación es algo que debe disculparse, como una premisa a tener en cuenta en el momento de la Interpretación del escrito. Debemos ser conscientes de las restricciones del lenguaje y de nuestras propias limitaciones en el proceso de comprender textos, pero no dejar de luchar por hacer el lenguaje mucho más exacto, para conseguir que las relaciones humanas sean más comprensibles. ■

LA IDENTIDAD DE EUROPA Y LA FORJA DE LAS IDENTIDADES


La identidad de Europa



Cuando uno intenta definir Europa se encuentra con un serio problema, al mismo que se encontró Freud para estructurar la mente o personalidad en YO, SUPERYO y ELLO.

La Identidad de Europa no puede ser geográfica, pues Europa es Ceuta y Melilla, y quién sabe si en el futuro lo es Marruecos, por ejemplo, o Rusia, que abarca un gran territorio que se extiende de ESTE a OESTE en Asia.

Europa ha sido el sueño de muchos y la persecución de su unificación, por así decirlo, no es nada nuevo. Europa se ha forjado a sangre y fuego, y la sangre Hermana y eso es quizá lo que dé igualmente identidad. El Imperio español tuvo su gloria en Europa y en América, los franceses conquistaron España, etc. Esa lucha que ha habido entre países europeos ha hermanado, la guerra nos ha unido, al final los odios se han convertido en auxilio entre los países europeos, pues existe una realidad lógica de luchar juntos frente al monstruo económico CHINO, EE.UU., JAPÓN, INDIA, etc.

Europa se contagia fácilmente de las tendencias y de los estilos que surgen de cualquier región de Europa como si esta tuviera cierta predisposición al sarampión, pero no creo que la identidad europea sea artística; si acaso Europa tiene una Identidad multicultural, eclectica, pero eso no es una identidad, más bien un aptitud, el carácter de Europa: abierto, tolerante... (¿pero cómo se forjó eso?).

Pero si creo que Europa tiene una identidad CULTURAL, pero una Identidad no forjada en tradiciones, sino una identidad de INTELECTUALISMO, de PARADIGMA, de EJEMPLO AL MUNDO. La Identidad de Europa se concilia en tres grandes acontecimientos:

-LA ILUSTRACIÓN (lucha contra el oscurantismo, razón por fe, etc.).
-REVOLUCIÓN FRANCESA (Ideal liberal-capitalista, libertad de prensa, la República con lo que todo eso conlleva...).
-LA REVOLUCIÓN RUSA (derechos de los trabajadores, logros de bienestar social, escuela pública, etc.).

Esos tres acontecimientos son los que marcan, a mi parecer, la CULTURA EUROPEA de forma más inmediata. También habría que analizar de dónde surgen esos tres grandes acontecimientos y hacer una especie de árbol genealógico de la IDENTIDAD DE EUROPA, lo cual implica un análisis más exhaustivo.

Así que Europa no es una cultura de tradiciones o de símbolos tangibles, sino de pensamientos, de ideas, de lo abstracto, de lo Ideal.

TAL VEZ DEBEMOS, PARA ESTIPULAR UNA IDENTIDAD Y CULTURA EUROPEA, LO SIGUIENTE: FIJARNOS QUE TIENEN EN COMÚN TODOS LAS CULTURAS QUE CONFORMAN ESA COSA IMAGINARIA QUE ES EUROPA.

Europa es un sueño, el futuro... ■


La forja de las identidades

Las IDENTIDADES se crean por confrontación y por afinidad, pero una verdadera IDENTIDAD es importante cuando esta constituye una CULTURA... ¿es el pasado nuestra IDENTIDAD?, ¿no es el presente nuestra IDENTIDAD VIVIENTE, algo que no tiene nada que ver con el pasado?, ¿Y cómo se constituye una cultura (una IDENTIDAD)?, ¿cómo surgieron realmente las primeras civilizaciones?, ¿qué es una cultura?.

Hablamos de cultura cuándo existe cierta uniformidad en un contexto, esto en PREHISTORIA se vive así. Si se encuentran dos tipos de cerámicas en dos lugares alejados o semialejados o pinturas parecidas en diferentes refugios o cuevas eso indica uniformidad, una misma cultura, inquietudes... A su vez la CULTURA es un artificio, pues la ha construido el HOMBRE con sus manos a través del medio y con el medio en que habitaba. Una cultura existe cuando se deforma la naturaleza para generar un contexto uniforme.

Y si una cultura significa uniformidad en muchos aspectos (religiosos, filosóficos, artísticos, deontológicos, deportivos, etc.), ¿dónde existe la uniformidad hoy día?, ¿cuáles son los rasgos comunes que hay en Europa?.

Y si la CULTURA EUROPEA o IDENTIDAD EUROPEA se ha construido a base de afinidad y de contraposición con, entonces: ¿cuáles son las contraposiciones con de Europa, y sus afinidades?

Ahí quedan esas reflexiones y preguntas, tal vez profundizando en este asunto podamos comprender mejor qué es Europa y por qué esa gloriosa necesidad de construirla. ■

VALORES EN EL PRECIPICIO


Cada mañana, cada día, cada noche, cada semana, cada mes, cada año... llevo mucho tiempo cultivando cierta angustia, una decepción colosal que me incapacita para sentirme identificado con el Hombre, condición impuesta en mí por naturaleza a sabiendas, si es que la naturaleza es sabia (y si es cruel lo hace a "sabiendas"), y de la cual comparto todos sus defectos y escasas virtudes. Mis principios, hace no mucho tiempo vivos en mí, llenos de alegría y fuerza, ahora parecen pálidos espasmos de luz a kilómetros de distancia (son los mismos espasmos de la esperanza). Tolerancia, decía, cuando los Hombres no quieren ser tolerantes; libertad, decía igualmente, cuando solamente los Hombres quieren un buen dueño, una correa que no les apriete; igualdad, continuaba, cuando los Hombres solamente se fijan en las diferencias; y terminaba con compromiso, cuando los Hombres nada más que piensan en sí mismos, con una egolatría feroz que puede traducirse en amistades interesadas a nivel social. No hay nada verdadero, el Ser Humano se ha perdido, ahora vive el Hombre, un ser débil y melifluo, pero cruel y egoísta, equivalente en escala a una cucaracha pero superior a Dios (un Dios en sentido de utopía de la idea del Hombre, ni de lejos mi idea se acerca al catecismo de cualquier religión) en megalomanía y orgullo.

Los valores adquieren importancia y valor si con ellos se quiere hacer algo grande por los demás. Grandes valores son los que han construido los grandes logros de nuestra civilización y que a su vez nos han acercado más a lo Humano, alejándonos del subversivo carácter del Ser Hombre. Unos valores en decadencia son igualmente la decadencia del Hombre, y son el fin de una época y el principio de una agonía o el comienzo de un nuevo reinado con otros valores. Es más, la decadencia de los valores es el resultado del triunfo de unos valores débiles, de escasa fuerza y voluptuosidad. Así calló el Imperio Romano, sucumbido en el vicio y en la corrupción, incapaz de adaptarse al nuevo sistema feudal que les sobrevino.

Algo muere en mí poco a poco cuando mis valores se debilitan, y no es que no crea en ellos, es que no merece la pena ponerlos en pie a modo de estandarte, pues se ríen de ti, te tratan de sectario. Mi voluntad no es la misma, y es que yo luchaba por algo grande para el Hombre. Mi voluntad no decae por desidia, sino por el convencimiento de que al hombre le faltan oídos y le sobran ojos para cegarse por la lujuria de la cosa . El Hombre no es algo por lo que se merezca luchar, ¿o tal vez sí? ¿Puede acaso haber esperanza? Por ahora, llego más bien a la conclusión de que el Hombre es algo más bien digno de pisotear.

Yo me hice a mí mismo de la nada. A modo nietzscheano, supongo que después de la decadencia debe llegar una transvaloración, pero antes pasando por la nada y el vacío; y para ello debo poner en marcha una aptitud poderosa, la voluntad de poder. Este mundo necesita una transvaloración importante, pero para ello habría que escuchar y ya nadie escucha. Un mundo nuevo, un mundo transvalorizado, pasa, en definitiva, por saber escuchar y por no ser débiles.■

Franz Kafka: POSEER Y SER


Una mirada hermeneuta

Fue un 4 de septiembre de 2006 cuando este blog vio la luz por primera vez con un comentario sobre el relato LA METAMORFOSIS, del siempre inquietante Franz Kafka. Hoy, cien entradas después, vuelvo a recrearme en este fascinante escritor, creador de unas historias tan ricas en ideas como variopintas en originalidad, tan esperpénticas y paranoides como cotidianas y cercanas. Cuando uno habla sobre Kafka no tiene más remedio que deshacerse en elogios. Para recordar aquella primera entrada sobre su más célebre relato, podéis pinchar sobre el siguiente enlace: Sobre Kafka y LA METAMORFOSIS.

Pero dejemos de escribir sobre el pasado, pasemos al texto y al comentario, adentrémonos en Kafka e intentemos recorrer sus vísceras: unas entrañas literarias.


«El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está extendida en alto, sino sobre el suelo. Parece preparada mas para hacer tropezar, que para que se siga su rumbo» (Franz Kafka, Consideraciones acerca del Pecado).

Esa cuerda es la humanidad. Nos tambaleamos sobre ella como cabra que sigue a su pastor por un camino pedregoso. Pero no es una cuerda, es un montón de piernas colocadas en forma de zancadilla. La única forma de no caer es pisar sobre esas piernas. También se puede dilucidad que la cuerda es la verdad y que andar sobre ella resulta arduo. De una forma u otra, esa cuerda sobre el suelo simboliza el transcurrir del hombre en la vida y sobre el mundo, un mundo en el cual se erra de forma natural.

«Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia. Interrupción prematura de un proceso ordenado, obstáculo artificial levantado al derredor de una realidad artificial» (Franz Kafka, Consideraciones acerca del Pecado).

Y siguiendo la estala del párrafo anterior, seguimos hablando de las "erraduras" de los Hombres. La impaciencia es uno de los males de nuestra vida artificial, un mal que nos quiere sumir en inmediatez y prisa. Hemos creado un sistema de precipicios donde los seres son lo que poseen y donde en consecuencia lo que poseen es lo que son. La vida humana se muestra macabra y real de esta forma: es un vertedero, un montón de objetos desechados. Los objetos tirados son nuestro pasado, su descomposición es la muerte. ¡¡Va a resultar ahora que ser inmortal a la manera clásica puede conseguirse si nos afianzamos un conserje que deje estirpe en cada generación y que aguarde todos nuestros objetos con celoso empeño!!.

«El poseer no existe, existe solamente el ser: ese ser que aspira hasta el último aliento, hasta la asfixia» (Franz Kafka, Consideraciones acerca del Pecado).

Solamente existe lo que vive en nosotros. Es una preposición existencialista clara. Lo que vive fuera de nosotros es una simple quimera de los sentidos, no podemos poseerlo realmente porque no se aloja dentro de nosotros. Hablar del ser es casi adentrarnos en los entresijos de la metafísica, uno hilos demasiado subjetivos para poder ser lo suficiente claros para todos. No existe una idea universal real sobre el ser; solamente los utilitaristas han dejado la triunfal idea de que somos lo que tenemos. Una idea que pervive y que nos sume en otro de esos precipicios donde caemos sin cesar: en que la felicidad constituye una multitud de objetos que supuestamente te hacen la vida más fácil... y al ser más inútil (pero esto último no se dijo, son los efectos secundarios).

«En un tiempo no podía comprender porqué no recibía respuesta a mi pregunta, hoy no puedo comprender cómo pude estar engañado hasta el extremo de preguntar. Pero no es que me engañase, preguntaba solamente» (Franz Kafka, Consideraciones acerca del Pecado).

La pregunta, manía filosófica y nacimiento de la filosofía. Parece que el Hombre se miente con el ya entredicho noble ejercicio del pensar. Si pensáramos con pensamientos o meditación en lugar de pensar con palabras sería posible no engañarse. El lenguaje es una herramienta de la mentira, solamente los virtuosos pueden explicar la verdad mediante fonemas, una verdad bien guardada, o así se me antoja, olvidada y antiquísima.

«Sólo temblor y palpitación fue su respuesta a la afirmación de que tal vez poseía pero no era» (Franz Kafka, Consideraciones acerca del Pecado).

Parece un toque de atención al hombre moderno, al "hombre moderno" contemporáneo a Kafka, al anterior a él mismo y al que sobrevivió a su muerte. Este aforismo se confronta con su anterior cita: «El poseer no existe, existe solamente el ser (...)» Tal vez por ello la respuesta fuera temblor y palpitación, debido al terror de ser lo que se tiene. Supongo que el poseer son las ambiciones de un ser egoísta. Nuestro mundo vive una fuerte crisis de valores, un mundo de agonía por poseer y poseer, un mundo en el que nos identificamos con las cosas y donde las cosas parece más representativas que nuestro ser, un mundo de vicio consumista y de derroche temerario que llena la cara de los Hombres con extrañas sonrisas, estupefacto retrato del hombre contemporáneo.■

Enlaces de interés:
http://mundodaorino.blogspot.com/2007/06/debate-tener-o-ser-de-la-asociacin-foro.html

NINE INCH NAILS

Esta semana quiero hacer algo distinto, presentándoos a mi grupo favorito, NIN. Cuando hablamos de Nine Inch Nails hablamos de Trent Reznor. No voy a deciros mucho quién es o cuál es su trayectoria, pues en internet existe multitud de información sobre sus discos y letras y no quiero repetirlo todo como un papagayo. Yo conocí a este grupo con su doble disco The Fragile, ya hace bastantes años. Y he de confesar que no me gustó en una primera escucha, incluso me pareció odioso, pero una vez entendí que era algo totalmente distinto, mi mente se abrió y descubrí un mundo impresionante, un mundo de sonidos que funcionan como una forma de pensamiento. La música puede que sea eso, sustancia del pensamiento, como lo es la literatura o la pintura.


NIN hace de su música una sustancia intelectual que te golpea con diferentes tipos de ánimo. Su música parece a veces ruido, pero por eso hay que tener los oídos bien afinados y dispuestos a entender lo que escuchamos. No es simple música, es el interior del hombre construido con sonidos, con sonidos encadenados en ritmos poco habituales. Trent Reznor es lo que podría llamarse un innovador.

NIN constituye un referente musical indiscutible y un gran grupo de culto, y no espero que estén deacuerdo conmigo, cada cual entiende la música como puede entenderla. NIN hace algo tan distinto, tan fuera de lo común, tan valiente a su modo... Yo seguiré navegando en su mundo de sonidos. La música de NIN me ayuda a escribir y a expresar con claridad, abstrayéndome completamente, muchas cosas que de otra forma no podría, lo mismo que otros escritores o quienes pretenden serlo se abstraen con Mozart o cualquier clásico. Os animo a descubrir el fascinante mundo de NIN.■

SÉNECA EL "SABIO" Y LA COMPASIÓN


«La compasión es una enfermedad del espíritu, que se contrae al contemplar las desgracias de los demás, o una depresión causada por los males de los demás, que cree que suceden a quienes no lo merecen. Y la enfermedad no recae sobre el sabio: su mente está serena y no puede sucederle nada que la ofusque. Nada le es adecuado a un hombre como la grandeza del ánimo, y no puede la grandeza coexistir con la tristeza. La tristeza destroza la mente, la degrada, la reduce. Esto no debe sucederle al sabio, ni siquiera ante una calamidad propia; rechazará las iras de la fortuna y las destrozará ante él. Siempre conservará el mismo aspecto, plácido, inalterable, casa que no podrá hacer si diera cabida a la depresión».

SÉNECA, de "Sobre la Clemencia". Clásicos de Grecia y Roma, nº8274, de Alianza Editorial. Pág. 109. Traducción de Carmen Codoñer.

Para los estoicos existían cuatro "pasiones" (=adfectus), una especie de cuatro pecados capitales del espíritu: aegritudo (=tristeza), cupiditas (=deseo), metus (=temor) y uoluptas (=placer). Para los estoicos, las pasiones son impulsos desmedidos provenientes del deseo de querer más de lo necesario y de la inteligencia, que aleja al Hombre de la Naturaleza y de la suya propia. Aún así, la inteligencia no es otra cosa que una adaptación al medio, un paso adelante del instinto. El control sobre las pasiones, mantenerse en equilibrio, es entonces una de las cualidades que debe identificar al sabio, quien debe estar por encima del bien y del mal.

Para Séneca, el sabio debe posar inalterable, imperturbable como una roca. Como bien dice, "la tristeza (aegritudo) destroza la mente", lo que no debe ocurrir en el sabio, sobre quien la tristeza o cualquiera de las pasiones cruza, pero sin erosionar.

En cuanto a la compasión, Séneca dice que es una enfermedad del espíritu. Qué razón tiene Séneca. La enfermedad primero afecta a los que compadecen, convirtiéndose en débiles, palideciendo ante la desgracia, de forma que su visión imparcial se desvanece. Posteriormente, esta enfermedad se contagia a los compadecidos, agasajados con la pena de los demás, con la caridad de los demás, con las supuestas buenas acciones de los que compadecen, que creen hacer una buena acción cuando solamente sacian la enfermedad que les provoca la pena. La compasión está en un polo opuesto a la clemencia, pues la clemencia es castigar y gratificar en su justa medida, ni más ni menos. Como dijo Seneca: "Y la enfermedad no recae sobre el sabio: su mente está serena y no puede sucederle nada que la ofusque"; seamos entonces como el sabio.

Finalmente, la compasión no es algo que deba desestimarse, verse como un mal menor. Hoy en día vemos como compadecientes y compadecidos le sacan partido. No hay que ser ajeno a la desgracia humana ni alejarnos del dolor, es cierto, pero hay que serlo sin pasión, pues flaco favor se hace a los que realmente necesitan ayuda si fanatizamos la clemencia hacia cualquiera de sus polos, hacia la compasión o hacia la venganza. Con la venganza se castiga en exceso tanto al espíritu propio como al ajeno; con la compasión, como hemos dicho anteriormente, el espíritu cae en depresión, debilitándose, y hacemos más débil al débil, creándole dependencia de la compasión de los demás.

En la sociedad actual ser compasivo parece una virtud, nuestro derecho penal está lleno de leyes compasivas. Es más, quien no es compasivo parece un demonio. En definitiva, la compasión es la caridad espiritual hacia los débiles y desvalidos, caridad que convertirá a los compadecidos en pícaros y a los compadecientes en estafados. Creemos una sociedad fuerte, ¡hagamos fuerte al débil!■

LA RISA DE LAS RISAS



De todas las risas que hablando propiamente no son tales, sino que más bien reemplazan el aullido, sólo tres a mi juicio merecen detenerse sobre ellas, a saber: la amarga, la de dientes afuera y la sin alegría. Corresponden a -¿cómo decirlo?- a una excoriación progresiva del entendimiento y el paso de una a otra es el paso de lo menos a lo más, de lo inferior a lo superior, de lo exterior a lo interior, de lo grosero a lo sutil, de la materia a la forma. La risa amarga ríe de lo que no es bueno, es la risa ética. La risa de dientes afuera ríe de lo que no es verdadero, es la risa judicial. ¡Lo que no es bueno!¡Lo que no es verdadero!¡En fin! Pero la risa sin alegría es la risa no ética por este gruñido -¡ja!-, así, es la risa de las risas, la risus purus, la risa que se ríe de la risa, homenaje estupefacto a la broma suprema, en resumen, la risa que se ríe -silencio, por favor- de lo desdichado.

Palabras de Samuel Beckett, extraídas del prólogo de un libro de E. M. Cioran, de título Breviario de Podredumbre. Suma de letras, S.L., enero de 2001, págs. 18-19. Traducción de Fernando Savater.

Creo que es un magnífico párrafo, una brillante clasificación; y espero que no parezca que esté adulando o halagando en sentido zalamero. La Risa sin Alegría, concepto del que alguna vez he hecho referencias, tiene su origen en esas palabras de Beckett, un maestro de lo desdichado, un embajador de la amargura, de la misma forma que Cioran, ambos Cortesanos del Vacío y NARRADORES DEL SIN SENTIDO. El nihilismo se me antoja ya como una forma de vida, una forma de vida para hombres fuertes de voluntad que realmente quieren ser libres y dar sentido a sus propias vidas como si fueran artistas de la materia y de la forma, narrando cada momento de sus existencias, dictando sus propias metas y consiguiéndolas o no consiguiéndolas. Es posible que solamente una vida libre sea digna de vivir, digna de revivir, digna de eternizar. Pero la vida carece de sinsentido cuando el hombre de voluntad pierde la inspiración creadora y deja de ser -en consecuencia- un hombre libre, un artista existencial. Entonces el hastío hace mella y la vida se cierne en declive, aplastándonos. Riámonos con el ¡JA!, será síntoma de buen humor y una gratificante forma de enfrentarnos a la vida, vida de la que no se puede esperar nada, pues está aliada con la muerte; es decir, y hablando metafísicamente, la muerte fornica con la vida, y posiblemente por detrás: ¿no nos vienen a caso todos los golpes por detrás, sin avisar, por el culo?■


¡JA! ¡JA! ¡JA!

LA FELICIDAD DESGRACIADA


Como ciudadano del mundo siempre he pensado, o siempre he sabido, que si la crueldad, la tristeza, el remordimiento, la guerra, el caos… todo tipo de “iconos” o absolutos claramente irreverentes e indeseables sacados de la voluntad y de la magia demoledora del ser hombre son, paradójicamente, tan bellas e incluso estéticamente atractivas en literatura y en todo el arte en general, es porque nuestra naturaleza, nuestra realidad, ¡nuestra historia!, nuestro morbo y nuestra vesania así lo han querido. Ahora sólo nos podemos imaginar la felicidad, dibujarla, pintarla, fotografiarla, narrarla e incluso describirla… pero es todo tan hipócrita y fingido: un mundo en el que una parte de él muere lentamente no puede ser feliz aunque la otra mitad esté de desparpajo, viciado de caprichos y de comodidades: eso es lo triste y eso es lo que hace del mundo algo atribulado y carente de felicidad. Pero… ¿y si mañana los que manejan los hilos del mundo se dieran cuenta de quiénes son y quisieran rectificar, que se percataran de que son posibles otras formas, el triunfo de otros “iconos”, éstos sacados de nuestra imaginación, de nuestra esperanza y de nuestros deseos, que por fin brotarían como la flor de la harina en primavera?; ¿qué ocurriría si mañana el mundo fuera perfecto, fuera feliz y justo, una maraña de sentimientos e ideas hoy día casi abstractas, según dicen, utópicas?, ¿ entonces nuestra vida tendría algo más de sentido?, ¿sobre qué hablarían los escritores en sus obras?, ¿sería igual de atractiva la literatura y el arte en general?, ¿nos imaginaríamos la crueldad y nos volveríamos nostálgicos de la misma como si no supiéramos vivir sino como desgraciados?... ■

INSTINTO Y SENTIDO COMÚN: LAS DOS INTELIGENCIAS DEL HOMBRE

Para empezar he de hacer hincapié en la subjetividad de los conceptos. Yo tengo los míos y me explico de acuerdo a ellos, por lo que seguramente muchos entenderán algo diferente leyendo las mismas palabras que yo voy a escribir. Es un tema complejo y sé que es una cuestión muy debatida y estudiada en las áreas científicas y de pensamiento, pero yo no me ciño a las convenciones científicas y a las conclusiones de científicos de toga con hábito de sabios. La vida también se expresa más allá de lo apreciable, de hecho la ciencia explica cosas que van más allá de lo apreciable y especula; especula mucho sobre asuntos no probables por ahora y no se atreve a asumir la propia estupidez de la naturaleza del Hombre. En cierto modo, en algunos círculos científicos parece recuperarse el viejo espíritu metafísico griego que la vio nacer, aunque esto siendo egocéntrico en un sentido occidental y suponiendo que la cuna de nuestro saber y de Occidente está en la tradición de la Grecia Antigua, que sin duda es falso.

Yo voy a hacer una dicotomía que tal vez resulte absurda, pero mi atrevimiento supera todo sentido del ridículo. A mi entender la inteligencia, en el hombre, se bifurca formando dos líneas paralelas. Digamos que el propio instinto animal es una línea recta que llegada a un punto, que llamaremos nacimiento de la inteligencia, diverge en Inteligencia Negativa e Inteligencia Positiva.

La Inteligencia Negativa o Instinto Humano no se distingue demasiado del Instinto, de hecho es un instinto de la inteligencia. Son todos aquellos actos inconscientes que realizamos cada día, toda nuestra negatividad en sí misma en el plano emocional. La falta de control, la emotividad desenfrenada, la poca reflexividad nacen de esa inteligencia negativa, de ese instinto humano que parece actuar con inteligencia. Su raíz es la misma que la del instinto, de la misma forma que pienso que inteligencia e instinto actúan bajo los mismos principios, al menos en cuanto a inteligencia negativa se refiere. Porque la inteligencia negativa es también la que nos embarga de egoísmo y de esa agresividad que nos hace fuertes físicamente en la vida para poder sobrevivir. Gracias a la inteligencia negativa, tal vez mal llamada negativa, pues es más bien una inteligencia de supervivencia, un instinto humano primitivo, es la que nos mantiene, la que ha hecho que sobrevivamos durante milenios. Aún así, esa inteligencia pervive y no es sino muestra de nuestro pasado salvaje y animal. Esta vivacidad actúa bajo los mismo principios del instinto animal por el hecho de que el instinto mantiene vivo al animal en sus necesidades básicas, lo mismo que ese tipo de inteligencia mantienen igualmente al hombre en alerta para conseguir cubrir sus necesidades básicas. Es la inteligencia de la acción, del impulso, del moverse o morir en un ya.


Por otro lado, la Inteligencia Positiva o Sentido Común es consciente porque el hombre tiene control sobre sí mismo y sobre lo que le rodea. Sin duda, no existe mucha diferencia entre mi análisis y el del propio Ouspensky (Durmiente, Vigilia o Conciencia relativa, Conciencia de sí mismo, Conciencia objetiva), aunque eso sí, yo estoy contando algo mucho más simplificado y simple sin llegar a los límite trascendentales del genial Ouspensky. En definitiva, es la inteligencia del hombre reflexivo, del hombre que tiene cubiertas sus necesidades más básicas y que puede pararse a pensar y a contemplar el mundo. Supone el nacimiento del pensamiento y de la tragedia humana narrada, interpretada y vivida.

Sin más, espero que el hombre resurja de sus cenizas y se pare a pensar con su inteligencia positiva, una inteligencia en su significado más estricto. Con esto no quiero hacer un simple análisis entre dos tipos de inteligencia, sino de poner entredicho nuestra sapiencia y dejar claro que seguimos siendo seres animales y que nuestras diferencias no son abismales respecto a ellos. Hoy en día, vivimos en una crisis de la inteligencia donde el hombre no reflexiona, se deja llevar por los impulsos, como un perro por los olores. La generalidad de los seres hombres se rigen por la belleza como un valor superficial y por las apariencias, lo mismo que para el apareamiento de los pájaros le es importante a la hembra el color del plumaje del macho o el tono de su cantar. Al final, pues, nos regimos por la misma naturaleza. La diferencia entre instinto e inteligencia es de matices, no en forma. Son como dos líquidos con una leve diferencia de color.

El Hombre contemporáneo prefiere lo pensado a pensar, supongo entonces que para muchos llevar la cabeza sobre sus hombros es una gran carga, una muy inútil. ¿Y a qué se debe esta crisis del Hombre? Tal vez al bienestar, a la comida enlatada, a la televisión… ¿y cuando no ha existido esta crisis?, ¿y cuándo esta crisis llegará a su fin?... Pues cuando el hombre alcance otro tipo de inteligencia que se bifurca de la Inteligencia Positiva. Me refiero a la Inteligencia Trascendental, aquello que eleva al Hombre a lo Humano, de a una consciencia relativa de sí mismo a una absoluta de todo lo que le rodea y de la mentira a la verdad sin miedos ni concesiones.■

ESPÍRITU SIN VOLUNTAD




(...)tanto cuesta imaginar la nada. Ahora sabía: las cosas son en su totalidad lo que parecen, y detrás de ellas... no hay nada.
(LA NÁUSEA, de J. P. Sartre. Editorial Losada, Primera Edición, Sept. de 2003. pág. 161)

Empiezo a escribir sin tener una idea clara de lo que quiero decir, últimamente mi vida se ha sustentado en la porquería común de la calle, alejado de un ambiente sosegado y repleto de cultura, y no tengo la cabeza en su sitio, es como si estuviera desubicado. La vida ordinaria que nos hemos creado te destruye, te arrebata y secuestra por completo, te convierte en una vasija vacía, en un espíritu muerto. Acabas el día sin pensar en nada, eludiendo todo, siempre sumido en la tarea de ser productivo y práctico para no verte en la ruina económica. Yo acabo el día con la sensación de que no lo he aprovechado, con la sensación de que desperdicio mi vida y que soy pobre y miserable por no hacer lo que realmente me gusta.

A veces desearía escapar, dejar este pútrido mundo e irme a otro, a un paraíso natural, sin preocupaciones ni estrés, sin cosas materiales a las que se hacen culto en nuestra cultura. Esta sociedad es como una inmensa cárcel, pero una invencible, o casi, que no te permite huir. Solamente encuentro superficialidad entre los seres, seres que se fijan constantemente en las imperfecciones físicas: vales menos que nada si no eres hermoso, estético, simétrico...
La valoración de un ser humano se tasa de la misma forma que cualquier mercancía, por eso ya velemos menos que cualquier objeto. El Ser Hombre ha triunfado, es una vasija vacía, ha capitalizado su espíritu, es como si el Hombre se hubiera vendido al diablo. Los pocos Seres Humanos que quedan abanderan la civilización como consigna sin hacer nada, encerrándose en sí mismos en su propia espiritualidad, marginados como bichos exóticos en un pequeño recipiente de plástico. ■

FELIZ NAVIDAD PENUMBROSA A TODOS LOS AMIGOS Y AMIGAS DE EL MUNDO DE DAORINO


El 4 de septiembre de 2006 publiqué por primera vez en este blog. Por aquel entonces El Mundo de Daorino era un mero proyecto cargado de ilusión pero sin una meta previa ni ningún afán de constancia. Más de un año después creo que este blog ha cogido peso en la red, aunque no mucho, y ha tenido buena acogida, lo que me ha animado a seguir publicando y a mantener este espacio. Y lo digo con toda modestia, no es que me importe que lean el blog o no, seguramente seguiría publicando si nadie lo hiciera, pero el saber que hay gente que le echa alguna ojeada a lo que uno hace con gran ahínco es un fuerte aliciente para seguir en la brecha con la misma ilusión que hace ya más de un año. Y cómo no, me siento muy orgulloso de todo lo que he trabajado en este blog, ¿acaso nadie está orgulloso (y en el sentido noble y humilde de la palabra orgulloso) de lo que nace de la propia voluntad, de lo que es producto de las cosas que nos fascinan y que amamos con especial delicadeza?

Quisiera felicitaros a todos esta navidad penumbrosa, esta navidad cada vez más fea y sin espíritu. Nunca he sido un seguidor de las tradiciones pero reconozco que la navidad ensalzaba los mejores dones del ser humano; aunque surgieran de la piedad y de la pena hacia los semejantes también escondía cierto esfuerzo por querer hacer un bien. Lo lamentable es que fuera un esfuerzo de carácter anual. Pero ese esfuerzo ya se ha disipado. Supongo que el hombre ha perdido el rumbo, se ha debido romper el timón y la brújula está desvariando, ya no tenemos un punto en el que se divida lo bueno y lo malo. Nuestra sociedad no vive ya en un mundo moral ni inmoral, sino amoral; es decir, en un mundo por encima de la moral, y eso es tanto por encima de lo bueno como de lo malo (y ya sé que generalizo a la ligera, pero es que hablo en general y no en particular). En hombres sabios (y no me refiero al sabio que cree saberlo todo) ser amoral puede ser algo constructivo, una forma de crear nuevos valores, pero en el hombre nihilista vulgar de la calle, que ha invadido la vida contemporánea encarnándose en seres desidiosos e incultos, se convierte en un cable pelado cargado de electricidad que de vez en cuando echa chispas y puede arder. En definitiva, lo amoral es alejarse del compromiso que tiene cada cual hacia sus semejantes, y esta vez me voy al lado negativo, actuando por mero capricho y porque sí y no movido por una escala de valores consciente que equilibre los impulsos y las pasiones instintivas con la inteligencia, un arma de doble filo, tan peligrosa como una serpiente venenosa. Por todo esto, feliz navidad penumbrosa, pues la polución, el humo y el polvo ha alcanzado nuestro espíritu; digamos que el HOMBRE con mayúsculas, o la HUMANIDAD, que es lo mismo, está enfermo, esquilmado, necesitado de alguna medicina que cure su espíritu corrompido y a la deriva.

Sin más, me despido muy cordialmente, esperando que la felicidad os llegué de cualquiera de sus formas.■

LA VIOLENCIA Y SOREL: LA CARA Y LA CRUZ DE LAS IDEOLOGÍAS

Georges Sorel (1847-1922), teórico político y filósofo social francés. Nació en Cherburgo y estudió en la Escuela Politécnica de París. Tras culminar su formación, ingresó como ingeniero en el Departamento de Puentes y Carreteras del gobierno francés, permaneció como funcionario del Estado hasta 1891, año en que presentó su dimisión. Sorel fue un destacado dirigente y teórico del movimiento sindicalista revolucionario. Creía que el poder debía pasar de la decadente clase media a la clase trabajadora, y que este objetivo sólo podía lograrse a través de una huelga general que, para ser efectiva, debía ser violenta. Después de 1909 rompió con el sindicalismo y abrazó durante un breve periodo el monarquismo protofascista de Action Française (Acción Francesa, grupo fundado por Charles Maurras), para pasar después a apoyar la causa de la Revolución Rusa. La filosofía de Sorel tuvo una repercusión considerable en muchos teóricos políticos, como fue el caso de Benito Mussolini y de Lenin. Su obra más importante es Reflexiones sobre la violencia (1908).
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Sorel es un personaje histórico controvertido que posee un magnetismo potente por sus cambios aparentes y repentinos de ideología: lo mismo está con los comunistas que como con los ultraderechistas pero siempre existe un denominador común: su adhesión a la clase trabajadora. Aunque tal vez jamás hayan existido tales cambios y sí una aptitud obstinada, decidida y revolucionaria.

Siempre se ha hablado del proletariado y de su dictadura como ideas marxistas que adoptaron los partidos comunistas y los grupúsculos anarquistas ya fueran dispersos u organizados. Pero nunca se habla del proletariado fascista y ultraderechista que defienden desde la otra cara de la moneda otra especie de seguidores de la dictadura del proletariado, grupos de derecha que al menos sostienen un discurso populista y demagogo hacia el pueblo, porque seamos sinceros, una vez en el poder, y ya sea la izquierda o la derecha, quien manda es el que tiene el dinero y no las ideas por las que se ha luchado. Al final, los intelectuales o los utópicos apropiados o no por un bando u otro (en otro artículo hablaremos de los utópicos de la izquierda y de los desconocidísimos utópicos de la derecha) se convierten en víctimas de revolucionarios maniatados por el poder económico.

La Falange española, la de José Antonio, por ejemplo, tiene mucho en común con el comunismo, por su visión proletaria. Se entiende así cierta antipatía de Franco que maquillaría después con esa santificación de José Antonio Primo de Ribera. A grandes rasgos, la falange era un grupo proletario que defendía la religión, la tradición española, la desaparición de los partidos (que se traduciría en el partido único, supongo) y la unidad del país. Pero no nos extendamos en este punto, ya profundizaremos en las convergencias entre falangismo y comunismo, derecha e izquierda en otro artículo.

Pero algo en lo que sí confluyen grupos de ultraderecha y de izquierda de carácter clásico y que deben comentarse, es la defensa de la violencia para conseguir el poder y el partido único. Sin duda alguna, la violencia es el arma de las ideas cuando éstas pierden peso y calado en los oídos de la gente, el arma de los desheredados y dominados que despiertan y que se rebelan contra el poder, el arma del propio poder estatal, con el que intenta maquillar su debilidad e inconsistencia argumentativa. Por supuesto, así entendida la violencia como sinónima de revolución.

Sin duda alguna la violencia solamente trae más violencia, pero es la única respuesta contra la violencia porque poner la otra mejilla supondría la muerte u otro daño irreparable. Por lo que cuando las palabras no paran un golpe es necesario defenderse. A su vez la violencia genera miedo, y entre los miedosos la violencia surge como respuesta contra su propia debilidad, como una forma de crecerse. ¿Entonces, qué es mejor? ¿Es defendible la violencia? La violencia solamente es defendible cuando ésta constituye una defensa legítima, ¿y qué es una defensa legítima? Pues no miren en los libros de derecho y en ninguna legislación de algún país, porque lo que comento repercute a una dimensión filosófica y ética que requiere de muchas más vueltas que la sentenciosa e insensible normativa de las legislaciones, cuyas aplicaciones pueden ser poco justas.

El propio derecho puede justificar una acción violencia, es decir, sustentarla, proteger ese hecho delictivo, incluso la guerra se puede defender mediante el derecho internacional, aunque sea una guerra ilegal para los hombres de ética. ¿No existe pues una antítesis o contradicción entre la ética positiva (la que tiende al bien) y la ética deontológica (limitada, relativa e insensible, poco humana en definitiva)?

De una forma u otra, lo que si debemos tener claro es que la violencia procede de la debilidad del hombre, ya se sea la víctima o el verdugo. Las víctimas de la violencia pueden ser los verdugos del futuro, pues no existe mayor debilidad que dejarse embaucar por el odio y el resentimiento, emociones negativas de una furia descomunal y que dan lugar a venganzas salvajes. Al final, lo que se esconde debajo de todo acto violento no son sino nuestras peores compañías, nuestras peores emociones, nuestras descargas más destructivas, pues no es posible la violencia que construye, la violencia creativa; sin duda alguna la violencia puede metaforizarse poéticamente en torrenciales lamidos de amor y en puñetazos de besos, en cuadros, en cine, en literatura y en todo ate (alcanzando éxtasis de belleza), pero desde una dimensión más real llena de cicatrices, la violencia nace de lo peor del ser humano, de aquello que le convierte, sin duda, en más hombre, en más animal: el miedo, el odio, el resentimiento… Y nadie se libra de la furia de esas emociones, pues tan tremendas e incontrolables son. El mundo en el que vivimos, por lo tanto, es una ensalada de emociones negativas llena de víctimas y de verdugos donde brotarán los odios y las venganzas del futuro.
Pero aún con un espíritu fuerte que prodigue la no agresión puede germinar la violencia con fuerza, pues al fin y al cabo no hay nada más peligroso ni existe hombre más digno a temer por el débil (el violento) que la propia imagen de un hombre fuerte cuya arma es presentarle su propia flaqueza e inmoralidad. Hoy en día no hay ni heroísmo ni gloria en los hombres violentos, aunque si dignidad en aquellos que luchan por sus familias y el futuro de sus hijos y en aquellos que se han tenido que encauzar en una guerra irremediable y sin tregua provocada por los sordos-débiles, pues las guerras no son justas en esta época de presunción de civilización y supongo que la eternidad ya tiende a olvidarlos. ■

LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE DE JOHN REED



Cuando en Rusia se cocía una Revolución, muchos norteamericanos soñaban con una insurrección del mismo nivel que transformara sus vidas, su sociedad, su forma de vida hacia un sistema más humano. Muchos soñaban, en definitiva, con la dictadura del proletariado: la toma del poder de los obreros de la Industria y la apropiación de la tierra para los campesinos mediante la Reforma Agraria.

John Reed, corresponsal de guerra y dirigente obrero, fue un hombre con espíritu bolchevique que conoció a Lenin y que siguió de cerca los acontecimientos revolucionarios desde Petrogrado, el actual San Petersburgo. La película Rojos de Warren Beaty retrata la pericia de este gran hombre, que se convirtió en un héroe en los círculos intelectuales estadounidenses, y no solamente por su trayectoria político-revolucionaria, sino por su trayectoria periodística.

John Reed, en su estancia en Rusia, tuvo una gran actividad, colaborando con el gobierno soviético en nombre de la Revolución. En la película Rojos se ve cómo tenía una gran amistad con Emma Goldman, una anarquista que dio de qué hablar en el movimiento obrero norteamericano. En ambos se podía ver la decepción por Rusia, tanto por lo que estaba representando como por lo que se estaba desencadenando debido a la Revolución: paredones, hambre, pobreza, dictadura... aunque John Reed nunca perdió la esperanza y lucho hasta que tuvo fuerzas como para levantar la bandera revolucionaria y contestar con sus ideas la amenaza capitalista.

Yo siempre me he preguntado qué hubiera ocurrido si hubiera tenido éxito una Revolución Bolchevique en EE.UU. Al final, los poderes del capital aplastaron toda esperanza. Sin duda alguna habría sido el mejor espacio, pues es el país más rico del mundo, donde existe una mayor industria... Sin duda alguna la historia se habría escrito de otra forma y las atrocidades habrían sido distintas. De todas formas, durante la Guerra Fría convivieron dos hegemonías mundiales y se vio cómo en muchos casos actuaban de la misma forma ante un mismo problema: mediante la violencia.

Las ideas solamente suenan bien en los intelectuales, aquellos que rara vez gobiernan; son el germen y la conciencia de todo gran acontecimiento. Los políticos, sin embargo, no son intelectuales, a pesar de las excepciones, pero les gusta utilizar esa palabra para encubrir sus rarezas, sus extravagancias, ¡sus torpezas!, algunos ni siquiera las encubren, pues son idiotas por formación. Se parapetan detrás de los intelectuales, malinterpretándoles y manipulándoles, pues no son originales, miran de frente y a su bolsillo. El político está más hecho a la medida de la palabra guionizada, de la televisión, del protocolo, de los consensos y de las ataduras que constituyen los documentos firmados, y si eso no funciona, sus voces suenan mejor en la guerra, pero desde sus despachos, pues los reyes, los grandes líderes y hombres no son como los de antaño, que luchaban junto a los suyos dando la cara. Y si cazan a un intelectual vivo y lo esclavizan, pues mejor, porque así parece que dan más credibilidad a su estupidez.

Aún así, John Reed era más que un político, era un idealista (que son los más realistas por darse cuenta de los verdaderos problemas y de los grandes engaños) que fue arrastrado por una oleada de acontecimientos, por su propia trayectoria y por sus propios principios, sueños e ideas que quería hacer algo pro la gente humilde. A todos nos gusta soñar y parece que al final de cada sueño hay alguien que te engaña. Parece que lo que distingue a un intelectual del político es que el segundo va cegado por el poder y el primero se desilusiona por la locura del segundo. Y no digamos la diferencia entre intelectual y político-intelectual-verdadero, son astillas de una misma madera y ambos acaban desilusionándose, aunque el segundo ya pierde un poco de credibilidad. Y como siempre digo, ahí están también las excepciones, porque un intelectual puede tomar una decisíón política en el sentido de que su idea puede afectar en la forma en que los demás pueden ser gobernados.

En conclusión, no creo que exista nada más digno que luchar contra la injusticia y a favor de la igualdad, pero no en manos de un político, que hace de ello un programa y empieza a jugar con la ilusión de los demás. Los políticos deben ser servidores, no portavoces, me parece sumamente negligente otorgarles tanto poder. Aún así, parece que alguien debe gobernarnos, y parece ser que nunca acertamos. Gente responsable y comprometida es lo que necesita nuestra sociedad, ¡cualquier sociedad!, no charlatanes de eslogan y foto que solamente sirven para estar colgados en una farola.■

Para saber más:
http://es.wikipedia.org/wiki/John_Reed
http://www.antorcha.org/galeria/reed.htm
http://www.upec.cu/noticias/mayo07/17/07.htm

La vida es como una frase entre interrogantes


¿Quiénes somos? ¿Acaso podríamos responder a tal pregunta sin caer en la mentira? ¿Cuántos seres-tipo hay en el mundo? ¿Acaso significamos algo? ¿Somos una nota musical más que da armonía al Universo o un timbal estridente y desafinado del que se podría prescindir? ¿Por qué nos creemos necesarios e importantes? ¿No es un una necedad innata, egocentrismo pintoresco darnos esa importancia? ¿Acaso existe el mundo tal como lo vemos? ¿Es real lo que sentimos? ¿No son las paredes de nuestro cuerpo muros infranqueables que nos alejan de la verdad? ¿Pero es el mundo como es o como lo pensamos? ¿No transforma acaso el pensamiento la materia en idea? ¿No es un paso de lo tangible a lo idílico el noble ejercicio del pensar? ¿No es pensar cómo hacer barquitos de papel? ¿Por qué no una voluntad creadora para salvar el mundo de su necio espíritu arrogante? ¿Y por qué y para qué tanto dolor? ¿Para hacer la vida más heroica? ¿Acaso crece el hombre solamente cuando sufre lo imposible e innombrable o simplemente lo soportable? ¿Es entonces el sufrimiento necesario para crecer interiormente y convertirnos en seres más reflexivos y conscientes? ¿No es el sufrimiento una forma de despertar a la realidad a base de palos? ¿No es absurdo? ¿Pero no es más absurdo la fruición total y vivir en la bruma de polvo que se queda impregnada en los sentidos? ¿Quién ocupará mi cuerpo? ¿Podré ser otro en otro lugar? ¿por qué algunos crecen con madera de sabios y otros, sin embargo, se pierden en la tragedia vulgar de todos los días? ¿Es el sueño despertar de la realidad? ¿Para qué sirven las cosas inútiles? ¿Por qué nos hace ricos la propiedad? ¿Por qué todo es vendible y negociable? ¿Dónde están las cosas sagradas? ¿Merece la pena luchar por algo? ¿Nos seguiremos dejando llevar por el sensual ritual del consumo? ¿Es rentable vivir en un mundo lleno de inseguridades? ¿Somos humanos? ¿Sirve de algo todo lo que hemos creado? ¿Tiene algún sentido encontrarle la razón de ser a la vida? ¿La tendría una vez encontrada?...